domingo, 29 de junio de 2008

Sembrar para cosechar




Hay que saber sembrar para cosechar...

Una mujer soñó que estaba en una tienda recién inaugurada y para susorpresa, descubrió que Dios se encontraba tras el mostrador.- ¿Qué vendes aquí?, le preguntó.- Todo lo que tu corazón desee, respondió Dios.Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, se decidió a pedir lomejor que un ser humano podría desear.- Deseo Paz de Espíritu, Amor, Felicidad, Sabiduría y ausencia detodo temor....Tras un instante de vacilación, añadió:- No sólo para mí, sino para todo el mundo...... Dios se sonrió y le dijo:- Creo que no me has comprendido.- Aquí no vendemos frutos. únicamente vendemos semillas.- Para sembrar una planta hay necesidad de romper primero la capaendurecida de tierra y abrir los surcos; luego, desmenuzar y aflojarlos trozos que aún permanecen apelmazados, para que la semilla puedapenetrar, regando abundantemente para conservar el suelo húmedo yentonces......!- Esperar con paciencia hasta que germinen y crezcan!. En la mismaforma en que procedemos con la naturaleza hay que trabajar con elcorazón humano, "roturando" la costra de la indiferencia que larutina ha formado, removiendo los trozos de un egoísmo mal entendido,desmenuzándolos en pequeños trozos de gestos amables, palabrascálidas y generosas, hasta que con soltura, permitan acoger lassemillas que diariamente podemos solicitar "Gratis" en el almacén deDios, porque EL mantiene su supermercado en promoción. Son semillasque hay que cuidar con dedicación y esmero y regarlas con sudor,lágrimas y a veces hasta con sangre, como regó EL nuestra redención y!como tantos compatriotas han fecundado nuestro suelo!.- En un trabajo de Fe y Esperanza, de perseverante esfuerzo, mientraslos frágiles retoños, se van transformando en plantas firmes capacesde dar los frutos anhelados...

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