miércoles, 19 de diciembre de 2012

CARTA POR LA NAVIDAD DEL MINISTRO GENERAL

Es Navidad. Ha llegado la hora de despojarse del vestido de luto y aflicción (cf. Bar 5, 1). “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres” (Sal 125, 3). La humanidad aguardaba paciente el fruto precioso de la tierra (cf. Sant 5, 7), finalmente “ha aparecido la gracia de Dios que trae la salvación para todos los hombres” (Tit 2, 11). Es Navidad: Dios viene para quedarse con nosotros: “Estad alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres” (Fil 4, 4). La Navidad nos recuerda que no es- tamos solos, que Dios camina con nosotros por los ca- minos del mundo. Esta presencia es causa de inmensa alegría (cf. Mt 28, 8-9), fundamento de una esperanza cierta para quienes acogen la buena noticia con fe recta y la hacen presente en la vida con caridad perfecta (cf. OrSD).


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