miércoles, 3 de abril de 2013

El Santo Nombre de Jesus.

Hechos 3,1-10: Te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo, echa a andar. Lo que actúa en San Pedro al curar a este lisiado de la Puerta Hermosa del Templo en Jerusalén, es el Nombre de Jesucristo, esto es, su Persona y su fuerza.

Sobre el Nombre de Jesús dice San Bernardo:

«El nombre de Jesús no es solamente Luz, es también manjar. ¿Acaso no te sientes confortado cuantas veces lo recuerdas? ¿Qué otro alimento como él sacia así la mente del que medita? ¿Qué otro manjar repara así los sentidos fatigados, esfuerza las virtudes, vigoriza la buenas y honestas costumbres y fomenta las castas afecciones? Todo alimento del alma es árido si con este óleo no está sazonado; es insípido si no está condimentado con esta sal. Si escribes, no me deleitas, a no ser que lea el nombre de Jesús. Si disputas o conversas, no me place, si no oigo el nombre de Jesús. Jesús es miel en la boca, melodía en los oídos, alegría en el corazón. ¿Está triste alguno de vosotros? Venga a su corazón Jesús, y de allí salga a la boca. Y he aquí que apenas aparece el resplandor de este nombre desaparecen todas las nubes y todo queda sereno» (Sermón 15 sobre el Cantar 1.2).

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