jueves, 20 de marzo de 2014

LA ALEGRIA DE SER FRANCISCANO

Hay momentos en la vida que quedan para siempre: el día que recibes el hábito, el día que haces tu profesión solemne, el día que te conviertes en diácono del Señor o el día de la Ordenación Sacerdotal; pero el día de hoy en que escribo estas líneas, al contemplar la alegría de ser parte de este proyecto franciscano, eso sí que es una bendición del Señor que se queda para Siempre. Gracias a todos los que día a día me muest ran con su vida el camino franciscano, PAZ Y BIEN 

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