*Nunca reflejes el mundo con el reflector de tu herida, sino con las bujías del amor.
*Nunca te muevas tanto que llegues a todas partes menos a tu alma.
*Nunca sueñes el matrimonio sólo con rosas. Ponle también sueños a los sacrificios y nudos al deber.
*Nunca mires una dificultad como imposible: siempre habrá un espacio para seguir.
*Nunca es tan importante lo que ha sido tu obra, como lo que llevó dentro tu proceder.
*Nunca deslumbres con lo que digas, hasta estar seguro de no desencantar con lo que hagas.
*Nunca intentes dominar a nadie, pero imponte a los demás hasta el punto que le permitirías a los demás que se te impusieran a ti.
*Nunca esperes éxito completo: hay muchos tramos de fracasos antes de llegar al triunfo.
*Nunca te apenes porque personas que te deben mucho, te paguen mal: aparecen otras que no te deben nada y te pagan con abundancia.
*Nunca entres a la vida de nadie con exceso de confianza. Todos tenemos un espacio íntimo al que nadie debe penetrar sin ser invitado.
*No te sorprenda sentir soledad en tus días nublados: la gente llega cuando el sol está en su apogeo.
*No decidas con la mente apasionada. Espera, para tomar tus conclusiones, la serenidad de una reflexión lógica.
*No desperdicies el agua de tu cántaro; es necesario llevarlo lleno para cuando la vida se nos haga un desierto y la sed nos suba desde el corazón.
*Nunca te menosprecies por ser una florecita silvestre: sin ti, las grandes rosas no se notarían.
*Nunca te pongas el timón en las manos sin meterte en el barco de Dios.
*Nunca nutras el amor con grandes aguaceros: es mejor el rocío constante.
*Nunca hay derrota tan triste como la que se da antes de comenzar.
*Nunca desprecies la vejez: ella es el ojo de la historia, el cofre de los recuerdos, las lágrimas de sus dolores y el sometimiento de sus limitaciones.
*Nunca te dejes vencer por la naturaleza para justificar lo torcido.
*No te desanimes, y ajusta la vida a lo que tienes que vivir, más que a lo que gustaría tener para vivirla.
*No busques felicidad en lo que compres ni en lo que estudies. Las cosas más importantes de la vida no son las más palpables ni las más demostrables.
*No te confundas con el amor. Si las heridas no necesitan curas, ni las lágrimas pañuelo, ni el corazón recompensa, ¡estás amando!
*Nunca consideres a Dios como un amarre, sino como la libertad que uno se impone por su propio gusto.
*Nunca te quejes mientras tengas facultades, amor, amistad, sustento y poder para reconstruirte. Ama la vida para no morir antes de tiempo.
*No te des por vencido, que detrás de ti hay siempre una oportunidad esperando.
*No te rindas, ¡porque la vida es un milagro!
Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla
Libro: Con las Alas Abiertas
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