"NO VOY A ENTRAR EN EL CIELO, HASTA QUE TODOS MIS HIJOS ESPIRITUALES HAYAN ENTRADO EN EL..."
P.PIO DE PITRELCHINA.OFM.
AQUÍ EL SECRETO DE TODAS NUESTRAS NECESIDADES HUMANAS , TERRENAS Y ESPIRITUALES, LA ORACIÓN , ALGO QUE SALE DE CORAZON ENCAUZADA HACIA EL TRASCENDENTE Y CON UNA FÉ COMO SI ESTUVIERA DE POR MEDIO LA VIDA MISMA...EL PADRE PÍO UN GRAN DEVOTO DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE , LA SIEMPRE VIRGEN MARÍA, DONDE NOS DICE QUE EL ROSARIO ES EL ARMA MAS PODEROSA CONTRA EL MAL... EN LOS SIGUIENTES VÍDEOS... EL TESTIMONIO DE ESTE GRAN MODELO DE NUESTRA IGLESIA CATÓLICA...
PARA CUALQUIER NECESIDAD, PIDE ... CONFÍA... Y... ESPERA...!
VIDEO 2: http://www.youtube.com/watch?v=LQyBvTZfp04&feature=related
VIDEO 3: http://www.youtube.com/watch?v=uZhU82YfVMk&feature=related
VIDEO 4: http://www.youtube.com/watch?v=UhXlO88alkI&feature=related
VIDEO 5: http://www.youtube.com/watch?v=INB-x6BoLoc&feature=related
Toda su vida no ha sido otra cosa que una contínua oración y penitencia, lo cual no impedía que sembrase a su alrededor felicidad y gran alegría entre aquellos que escuchaban sus palabras, que eran llenas de sabiduría o de un extraordinario sentido del humor. A través de sus cartas, al Confesor se le descubren insospechables y tremendos sufrimientos espirituales y físicos, seguidos de una dicha inefable derivada de su íntima y contínua unión con Dios.
Llegaban a verle multitud de peregrinos de todo el mundo y además recibía numerosas cartas pidiendo oración y consejo.
El Papa Juan Pablo II, en 1947, cuando era un sacerdote recién ordenado fue a visitar al Padre Pío y quedó profundamente impresionado por su santidad. Ya siendo Papa visitó su tumba.
Dones extraordinarios:
Discernimiento extraordinario: la capacidad de leer los corazones y las conciencias.
Profecía: Pudo anunciar eventos del futuro.
Curación: curas milagrosas por el poder de la oración.
Bilocación: estar en dos lugares al mismo tiempo.
Perfume: la sangre de sus estigmas tenían fragancia de flores.
Estigmas: Recibió los estigmas el 20 de septiembre, 1918 y los llevó hasta su muerte 50 años después (23 de septiembre, 1968). Los médicos que observaron los estigmas del Padre Pío no pudieron hacer cicatrizar sus llagas ni dar explicación de ellas. Calcularon que perdía una copa de sangre diaria, pero sus llagas nunca se infectaron. El Padre Pío decía que eran un regalo de Dios y una oportunidad para luchar por ser más y más como Jesucristo Crucificado.
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