PORTICO AL CIELO

miércoles, 8 de agosto de 2012

ÉL ME MIRA, YO LE MIRO...



Sabemos que el lenguaje del Amor, no son siempre las palabras. El silencio y las miradas son para los que aman o están enamorados, la más hermosa expresión del Amor.
Cuánto se dice con una mirada! Cuánto se puede

 sentir en el silencio de Amor!

Hoy te contaré esta bellísima historia de San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars, en Francia, que fue testigo del Amor silencioso y con miradas:
"Un campesino llegaba por las tardes a su iglesia, se sentaba y no decía una palabra, ni tampoco hacía ningún acto, rezo, lectura de un libro o devocionario o algún devoto movimiento especial.
El párroco curioso le pregunta: disculpe, pero estoy intrigado por sus visitas al templo… ¿Qué le hace venir todas las tardes? ¿A qué viene, si no lo veo rezar, ni arrodillarse, ni hacer ningún gesto o acto especial?
El campesino le mira y con humildad le dice: Mire, yo vengo todos los días a ver a este Cristo y no sé qué decirle, entonces yo lo miro y él me mira ... eso es todo..."

Es el don de la contemplación, es ese no saber qué decir, es la fe en estado puro que pide silencio, es el querer descalzarnos para adentrarnos en el misterio de Dios...
Ante ese Cristo - y con la humildad que exige el dejarse mirar- se nos invita a examinarnos sobre el significado profundo de nuestra vida; y a dejarnos convertir por su mirada; y a obtener el aliento para seguir... En definitiva, y en palabras de San Ignacio, ante ese Cristo se nos invita a "contemplar para alcanzar amor..."
Te animo, en este día, a ser como el campesino del que nos habla el cura de Ars: a encontrar, cada día, ratos de silencio; a sentarnos y mirarle; a pensar en lo que significa; a descubrir en ese Cristo crucificado la belleza del amor que llega hasta el final, convencidos de que, en esa mirada..nos estamos '' Amando"

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