PORTICO AL CIELO

viernes, 3 de agosto de 2012

Experiencia en Santa Maria de los Angeles...

El P. Fr.  Fernando Rodriguez nos presenta este testimonial de su experiencia en su visita a la la Iglesia de santa María de los Ángeles y la pequeña capilla de la Porciuncula en el dia del Perdón de Asís  o el Jubileo de la Porciuncula...

En 1998 tuve la gran dicha de ser enviado por mi Provincia a un curso de formadores franciscanos a Roma. Y de ahí los fines de semana nos llevaban a lugares franciscanos. Obvio que el primer lugar al que fuimos fue a Asís. Nos hospedamos con unas religiosas en frente de la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, en la llanura que está frente a la ciudad de A
sís. En cuanto nos dieron luz verde para salir a turistear... salimos como cohetes hacia la gran Basílica, para conocer la capilla de la Porciúncula, el sitio donde murió mi Padre San Francisco... el rosal sin espinas... la estatua que siempre tiene palomitas vivas y libres... muchas cosas que había leído desde hacía años, y que por fin estaban a mi alcance. Entramos en la gran Basílica... y mis ávidos ojos de turista nato se posaban sobre tantos y tantos bellos detalles. En aquel tiempo solo traía una cámara de rollo (y que era prestada), así que tenía que seleccionar muy bien las fotos a tomar... Hoy tomaría cientos y cientos de fotos... je je je. Cuando entré a la Porciúncula... la verdad yo entré con el ánimo del turista que simplemente quiere conocer lo más posible...

Pero al entrar...
ocurrió algo inesperado.
Yo no entré pensando en El Gran Perdón de Asís... ni en la indulgencia plenaria que ahí se puede ganar... para vergüenza mía lo confieso. Y sin embargo...
mi alma se estremeció... Sentí. como dice el Padre Larrañaga, que mil atmósferas de presión hacían explotar mi corazón.... mil atmósferas de amor, ternura, bondad, misericordia... 

No pude resistir y caí de rodillas... y mis ojos se llenaron de lágrimas. Y ahí el turista tuvo que ceder el paso al creyente, que en ese momento solo tuvo el ánimo de buscar un sacerdote para confesarme. Mis compañeros me decían... "VEN... ACÁ ESTA DONDE MURIÓ NUESTRO PADRE... Y PARA AQUEL LADO EL FRANCISCO DE LAS PALOMITAS..." Yo les hice un gesto diciendoles... "Vayan ustedes". Y me quede largamente ahí... hincado. Dejando a mi alma navegar en el infinito océano de la misericordia de Dios.

Salí a buscar un compañero sacerdote... y al toparme con el primero le pedí la gracia de que me confesara. Él me dijo: "TÉ TOCÓ... ¿VERDAD?" Yo solo moví mi cabeza afirmativamente. Me confesé profunda y sinceramente. Y me regresé a la Capillita en cuya puerta esta grabada la inscripción PORTA COELLI... LA PUERTA DEL CIELO... Y de acuerdo con una tradición muy de la gente sencilla de mi pueblo mexicano... Entre de rodillas desde la puerta de la Basilica hasta la capillita. Ahora si con la intención de ganar el Gran Perdón de Asís.

Desde entonces , cada año trato de compartir con los demás esta hermosa indulgencia que San Francisco nos ganó a la Iglesia.





P. Fr. Fernando Rodriguez OFM.

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