Las personas que expresan emociones más positivas en la adolescencia y una mayor satisfacción con la vida como adultos jóvenes, tienden a tener mayores ingresos en el momento en que tienen 29 años, según un estudio publicado este lunes por las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU.
Midiendo la satisfacción en la vida en una escala de 5 puntos, un aumento de 1 punto a los 22 años hizo una diferencia de U$S 2.000 en ingresos en el futuro. Entre los menos felices y más felices, hubo una diferencia de U$S 8.000.
Basándose en los datos de la encuesta de teenagers de fondos federales Add Health, los investigadores examinaron los perfiles de más de 10.000 estadounidenses en edades de 16, 18 y 22, así como los ingresos anuales que ellos tenías a los 29 años. Controlaron un número de factores que contribuyen al éxito financiero, incluyendo el nivel de educación, el coeficiente intelectual, la altura y la autoestima.
Ya sea inteligente o ingenuo, alto o bajo, seguro de sí mismo o inseguro, las personas más felices ganaron cheques más grandes que los más tristes: los ingresos de los adolescentes profundamente infelices fueron un 30% inferiores a la media, mientras que los adolescentes muy felices ganaron un 10% más que la media.
El equipo de investigación llevó aún más lejos el análisis, comparó a 3.000 personas en parejas de hermanos que compartían los mismos padres y, presumiblemente, el mismo nivel socioeconómico. Los hermanos más felices, encontraron, que todavía lo habían hecho mejor que sus contrapartes menos felices.
Los resultados sugieren que las intervenciones para fomentar el pensamiento más positivo en los niños y adolescentes podrían mejorar mucho su éxito futuro, dijo Michael Norton, un científico de la conducta en Harvard Business School, que no participó en el estudio.
Puede ser difícil, pero de ninguna manera imposible. Los investigadores han analizado todo tipo de cosas que hace más feliz a la gente: gastar dinero para el bien de los demás parece dar a la gente un impulso, y los hace activamente más amables con los demás.
“Es un poco como perder peso”, dijo Sonja Lyubomirsky, psicóloga social deUC Riverside y autora de “The How of Happiness”, que no participó en el estudio. ”Si usted está genéticamente predispuesto a no ser una persona feliz, Ud. tiene que poner mucho esfuerzo en ello”.
El documento fue un estudio longitudinal y no un experimento, así que no es del todo claro como la felicidad realmente hizo las ganancias más altas. Pero el estudio mostró que los adolescentes más felices eran más propensos a obtener un título universitario, ser contratados y promovidos, y ser optimistas, extrovertidos y menos neuróticos.
“La felicidad temprana probablemente cambia muchas cosas sobre su vida, y aunque más tarde en la vida no se sea tan feliz como era, esas experiencias formativas siguen actuando“, dijo Norton, coautor del libro “Happy Money: The Science of Smarter Spending”.
¿Qué tanto la felicidad motiva a las personas a ser mejores y cuánto simplemente causa que otras personas nos den más oportunidades? En otras palabras, ¿puede la gente infeliz fingir mostrándose feliz?
“Apostaría que obtendrían algunos de los beneficios”, dijo Lyubomirsky. Sin embargo, dijo, la mayor parte del valor de la felicidad probablemente proviene de cómo afecta los sentimientos de las propias personas y no, lo que otros perciben.
Los resultados del estudio pueden incluso tener implicaciones políticas para los bancos centrales y los líderes políticos que buscan sacar a las economías norteamericanas y europeas fuera de sus crisis recientes, dijo el autor principal, Jan-Emmanuel De Neve, un profesor asistente de economía política y ciencias conductuales del Colegio Universitario de Londres .
Investigaciones previas realizadas por el coautor de De Neve, el profesor de economía Andrew Oswald, de la Universidad de Warwick, en Inglaterra, ha sugerido que el bajo desempleo hace que la gente sea más feliz que una inflación baja. Tal vez si los gobiernos se centraran en estimular el crecimiento del empleo, incluso si esas medidas impulsan la inflación, daría lugar a una mayor felicidad – y esto más prosperidad, reflexionó De Neve.
Un poco de felicidad individual, repartida en toda la población, podría tener un efecto combinado masivo, tal vez arrastrando a las economías deprimidas de sus depresiones.
Sun Sentinel
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