- Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio, dámelo, pero también si es un castigo.
- No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o mi hermana. Si tú me haces sentir mejor que los demás, alguien va a sufrir y si me haces sentir peor que los demás, seré yo quien sufra.
- No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer. Decide y mantén esa decisión.
- Déjame valerme por mí mismo. Si tú haces todo por mí, yo nunca podré aprender.
- No digas mentiras delante de mí, no me pidas que lo haga por tí, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentirme mal y perder la fe en lo que me dices.
- Cuando yo hago algo malo, no me exijas que te diga el por qué lo hice. A veces ni yo mismo lo sé.
- Cuando estás equivocado en algo, admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de tí, y así me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.
- Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos. Porque seamos familia no quiere decir que no podamos ser amigos también.
- No me digas que haga una cosa cuando tú no la haces. Yo aprenderé lo que tú hagas, aunque no lo digas. Pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.
- Cuando te cuente un problema mío, no me digas "no tengo tiempo para bobadas", o "eso no tiene importancia". Trata de comprenderme y ayudarme.
Ahh...!!!AMAME y dímelo. A mí me gusta oírtelo decir, aunque no creas necesario decírmelo.
ANONIMO.
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