Recuerda que la formación de la fe, el cultivar el amor, y las experiencias que nutren la esperanza en cada ser humano, empiezan en el hogar, que es la pequeña iglesia o "la iglesia domestica." Nuestros hogares deben ser esa "iglesia domestica" donde la presencia de Dios reina y donde tanto los padres como los hijos aprenden a vivir y aplicar los mandamientos de Dios. Por lo tanto, tú, como padre o miembro de familia, tienes la mayor responsabilidad en difundir las tradiciones, los valores, la oración, y nuestra Fe Católica a nuestros niños y a los demas.
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