PORTICO AL CIELO
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domingo, 11 de agosto de 2013
Todos tenemos ídolos escondidos que nos impiden amar a Dios
Cada uno de nosotros vive de pequeñas y grandes idolatrías, pero el camino que lleva a Dios pasa por un amor exclusivo a Él, como nos enseñó Jesús. Esto ha dicho el Papa Francisco en la Misa de esta mañana en la Casa Santa Marta. Concelebrando con el Papa había tres prelados –el arzobispo de Curitiba en Brasil, José Vitti de Ibiza en España, Juan Segura, y de Sagar en India, Chirayath Anthony.
Estaban presentes también los colaboradores de la Biblioteca Apostólica Vaticana, acompañados por el viceprefecto Ambrogio Paizzoni, y un grupo del personal laico de la Universidad Lateranense, acompañados por el pro-rector, monseñor Patrick Valdrini.
Cuando el escriba se acerca a Jesús, para preguntarle cuál era, según Él, “el primero de todos los mandamientos” es probable que su intención no fuese tan inocente. El Papa Francisco comienza la homilía valorando el comportamiento del hombre que en el relato evangélico de la liturgia de hoy, se dirige a Cristo dando la impresión de “ponerlo a prueba”, o “de intentar hacerle caer en la trampa”. Y cuando –tras la cita bíblica de Jesús: ‘”Escucha Israel. El Señor es nuestro Dios, es el único Señor”- el escriba replica aprobando, el Papa llama la atención sobre el comentario de Cristo: “No estás lejos”, Jesús le quiso decir al escriba: “Tú sabes bien la teoría”, pero “todavía te falta una distancia hasta el Reino de Dios”, es decir debes caminar para transformar “en realidad este mandamiento”, ya que “la confesión de Dios” se hace “en el camino de la vida”.
“No basta decir: ‘Creo en Dios, Dios es el único Señor’. Va todo bien, pero ¿cómo vives esto en el camino de la vida? Porque nosotros podemos decir: ‘El Señor es el único Dios, solo, no hay otro’ pero vivir como si Él no fuese el único Dios y tener a nuestra disposición a otros dioses… Este es el peligro de la idolatría: la idolatría que nos trae el espíritu del mundo. Y Jesús, en esto era muy claro: el espíritu del mundo no. Y pide al Padre que nos defienda del espíritu del mundo, Jesús en la Última Cena, porque el espíritu del mundo nos lleva a la idolatría”.
“La idolatría –prosigue el Papa Francisco- es sutil”, todos “nosotros tenemos nuestros ídolos escondidos” y “el camino de la vida para llegar, para no estar lejos del Reino de Dios, comporta “descubrir los ídolos escondidos”. Un comportamiento que se puede encontrar ya en la Biblia –recuerda el Papa- en el episodio en el que Raquel, mujer de Jacob, finge no tener consigo los ídolos que se había traído de la casa de su padre, escondidos en su montura. También nosotros, afirma el Papa Francisco, “los hemos escondido en nuestra montura… pero debemos buscarlos y destruirlos”, porque para seguir a Dios, el único camino es el del amor fundado en la “fidelidad”.
“Y la fidelidad nos pide expulsar a los ídolos, descubrirlos: están escondidos en nuestra personalidad, en nuestro modo de vivir. Pero estos ídolos escondidos hacen que nosotros no seamos fieles en el amor. El apóstol Santiago, cuando dice ‘Quien es amigo del mundo, es enemigo de Dios’, comienza diciendo: ‘¡Adúlteros!’ nos reprende con este adjetivo: adúlteros. ¿Por qué? ¿Por qué quien es ‘amigo’ del mundo es una idolatría, no es ¡fiel al amor de Dios! El camino para no estar lejos, para avanzar, para avanzar hacia el Reino de Dios, es un camino de fidelidad que se parece a la del amor nupcial”. Incluso “con las pequeñas y no tan pequeñas idolatrías que tenemos”, ¿cómo –se pregunta concluyendo el Papa Francisco- no ser fieles “a un amor tan grande?” Para hacerlo es necesario confiar en Cristo, que es “fidelidad plena” y que “nos ama tanto”:
“Podemos pedirle hoy a Jesús: ‘Señor, tú que eres tan bueno, enséñame este camino para estar, cada día, más cerca del Reino de Dios, este camino para despojarnos de los ídolos”. Es difícil pero debemos comenzar… los ídolos escondidos en tantas monturas, que nosotros tenemos en nuestra personalidad, en el modo de vivir: expulsar de nosotros el ídolo de la mundanidad que nos lleva a convertirnos en enemigos de Dios. Pidamos a Jesús esta gracia, hoy”.
© Radio Vaticano
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