Para
poder escuchar a Dios es necesario que TODOS soltemos el orgullo. Para
poder asumir su llamado, es necesario salir de nosotros mismos, de
nuestras seguridades y darle el primer lugar de nuestro corazón a Cristo
que nos ofrece solo inseguridad y dudas al principio... SOLO UN CORAZON
HUMILDE PODRÁ SER AUTÉNTICAMENTE GUIADO POR DIOS Y POR SU ESPIRITU
SANTO. Sin importar en qué etapa de tu discernimiento o llamado estés,
¡SUÉLTALO!... A todos nos estorba no solo personalmente, sino también
como familia.
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