Para los trabajadores del Hunts Point Produce Market en Bronx (un
barrio de Nueva York) ya es costumbre ver cada miércoles a la hermana
Elisabeth Anne cerca de los cargamentos de comida. Esta religiosa de 76
años visita el mercado industrial cada semana desde hace 35 años para
conseguir alimentos para los ancianos de la residencia Reina de la Paz
(Queen of Peace) donde trabaja y vive.
Esta religiosa pertenece a la congregación las Hermanitas de los Pobres,
cuyo carisma es ayudar a las personas mayores. Tiene 197 casas en el
mundo. El mendigar es una tradición establecida desde 1839 por la
fundadora Santa Juana Jugan.
La hermana Elisabeth Anne es actualmente la “mendiga”. "Soy la última en la escala; soy el escalón más bajo. No soy directora de nada, salvo mi vida. Mendiga. Ese es mi título”, expresó a The New York Times.
Ella
siempre revisa que las frutas estén en buen estado y recorre los
puestos mientras revisa su lista de productos. Saluda a los trabajadores
de las cerca de doce empresas que conoce y que la esperan para
entregarle sus donaciones. Después coloca todo en su camioneta y regresa a Queens Village, donde está ubicado el asilo.
Sin embargo, recordó que la primera vez que salió a pedir donaciones al mercado fue en 1979 y “no fue fácil”.
“Salir y mendigar era la peor cosa que me podían pedir. Lloré durante dos semanas”,recordó.
En su primer día, ella caminó entre los botes de basura que tenían
fuego encendido, entre trabajadores ebrios y llevando su miedo a la
violencia. “Fue terrible. No había protección ni seguridad”.
Con
el paso de los años, la hermana Elisabeth Anne hizo suya la tradición
de mendigar. Su labor es la que mantiene a flote la residencia Reina de
la Paz. Este lugar brinda alojamiento, comida y cuidados a personas
mayores de 85 años de bajos recursos económicos. Gracias a las
donaciones, los residentes tienen las tres comidas diarias. Actualmente
19 religiosas viven en el quinto piso del edificio.
Por
su parte, las compañeras de Sor Elisabeth dijeron que en raras
ocasiones la monja deja de ir a los mercados, donde es la favorita entre
los trabajadores.
Gabriela
D'Arrigo, directora de marketing de D'Arrigo, indicó que la zona de
Bronx tiene una mala reputación, pero que la religiosa “hace repensar a la gente sobre qué tipo de comunidad es. A todo el mundo le encanta tratar con ella”.
Además
de los mercados, la monja también pide donaciones a parroquias y
fundaciones. Con estas, y junto con las subvenciones, cubre el alquiler
de algunos residentes y la atención médica.
Asimismo,
la hermana Sheila McLoughlin, directora de enfermería de la residencia,
expresó a The New York Times al respecto de su compañera que ella “está muy dispuesta a pedir donaciones a la gente”.
31 de octubre de 2015.- (ACI /Camino Católico)
http://caminocatolico.org/home/testimonios/17744-elisabeth-anne-la-monja-que-mendiga-desde-hace-35-anos-para-mantener-a-flote-una-residencia-de-ancianos
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