PORTICO AL CIELO
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domingo, 13 de octubre de 2019
Historias sacerdotales...
Si eres rico, la gente te dice: "Qué dicha que tienes ...".
Si eres joven, la gente te dice: "Dichoso tù ...".
Si eres famoso, la gente te dice: "Qué dicha que tienes ...".
Si eres hijo de una persona importante, la gente te dice: "Dichoso tu' ...".
Si tienes una hermosa casa, la gente te dice: "Que dicha que tienes...".
Si tienes un buen trabajo, la gente te dice: "Dichoso tù ...".
Puede suceder que la dicha del otro genere en nosotros - que no somos santos - el sentimiento de envidia. La envidia hace que no nos alegremos con los que están alegres.
Hay muchas razones para llamar a un individuo "Dichoso".
¿Qué significa la palabra "Dichoso/Bendito"?
Sobre todo, significa: ausencia de desilusión, de sufrimiento y de dolor. Durante 42 años, el Señor me ha permitido llevar a cabo mi Ministerio Sacerdotal en dos parroquias ubicadas en una hermosa colina en la ciudad de Nápoles: Posillipo, que está llena de personas ricas, famosas, social y culturalmente importantes.
En estos años he podido conocer a muy pocas personas verdaderamente dichosas. En la mayoría de las casas hay algo de tristeza o de angustia mortal. Como dice el refrán, no todo lo que brilla es oro.
El mundo dona y ofrece placer, pero no una verdadera felicidad. El placer pasa, pero la verdadera felicidad no.
Entre los pobres que confían en el Señor, he conocido muchas personas dichosas, aún a pesar de vivir en condiciones y situaciones de precariedad económica y emocional.
Los ricos y los pobres que confían en el Señor y se esfuerzan por vivir de acuerdo con los pensamientos y con los proyectos de Dios son verdaderamente dichosos y bendecidos y siempre los ves sonreír incluso cuando cruzan un valle oscuro.
Nerón se enojaba cuando veía a los cristianos ir al martirio sonriendo y cantando.
Bienaventurado eres cuando te dicen: "Dichoso todos aquellos que oyen la Palabra de Dios y la ponen en práctica".
Amén. Aleluya.
(P. Lorenzo Montecalvo de los Padres Vocacionistas)
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