DEVOCIÓN DE LAS TRES AVEMARÍAS |
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"Sí que lo haré; pero
quiero que por tu parte me reces diariamente tres Avemarías,
conmemorando, en la primera, el Poder recibido del Padre Eterno; en la segunda,
la Sabiduría con que me adornó el Hijo; y, en la tercera, el Amor de que me
colmó el Espíritu Santo".
Y esta promesa se extendió
en beneficio de todos cuantos ponen en práctica ese rezo diario de las tres
Avemarías.
La practica de
esta devoción no puede ser ni más
fácil, ni más breve. Fácil es, porque se concreta a rezar
todos los días tres Avemarías agradeciendo a
la Santísima Trinidad los dones de Poder,
Sabiduría y Amor que otorgó a la Virgen Inmaculada, e
instando a María a que use de ellos en
auxilio nuestro.
Modo de practicar
esta devoción:
Todos los días,
rezar lo siguiente:
¡María, Madre
mía; líbrame de caer en pecado mortal!
1- Por el
Poder
que te concedió el Padre Eterno. (rezar un Avemaría)
2- Por la
Sabiduría que te concedió el Hijo. (rezar un Avemaría)
3- Por el Amor
que te concedió el Espíritu Santo. (rezar un
Avemaría)
Fue la misma Santísima
Virgen la que dijo a Santa Gertrudis que "quien la venerase en su relación
con la Beatísima Trinidad, experimentaría el poder que le ha comunicado la
Omnipotencia del Padre como Madre de Dios; admiraría los ingeniosos medios que
le inspira la sabiduría del Hijo para la salvación de los hombres, y
contemplaría la ardiente caridad encendida en su corazón por el Espíritu Santo".
Refiriéndose a todo aquel
que la haya invocado diariamente conmemorando el poder, la sabiduría y el amor
que le fueron comunicados por la Augusta Trinidad, dijo María a Santa Gertrudis
que, "a la hora de su muerte me mostraré a él con el brillo de una belleza
tan grande, que mi vista le consolará y le comunicará las alegrías celestiales".
María renueva su promesa
de protección:
Cuando Sor María Villani,
religiosa dominica (siglo XVI), rezaba un día las tres Avemarías, oyó de
labios de la Virgen estas estimulantes palabras:
"No sólo alcanzarás las
gracias que me pides, sino que en la vida y en la muerte prometo ser especial
protectora tuya y de cuantos como tú PRACTIQUEN ESTA DEVOCIÓN".
También dijo la
Santísima Virgen: “La devoción de las tres Avemarías siempre me fue
muy grata... No dejéis de rezarlas y de hacerlas rezar cuanto podáis. Cada día
tendréis pruebas de su eficacia...”
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