martes, 19 de octubre de 2010

MISTERIOS QUE SALVAN.

Gracias a Dios, la devoción del Santísimo Rosario está firmemente asentada en nuestro pueblo. Nuestro trato con la Madre de Dios se hace habitualmente a través de las cuentas del Rosario. El Rosario está en el rancho del pobre, en la casa del rico, en las manos del viajero, en el lecho del enfermo, en el corazón y en los labios de todos cuantos tienen alguna necesidad del alma o del cuerpo.

La práctica enseña que las familias que no rezan el Rosario, aunque vivan al lado del templo, no van a Misa. Al caer el rezo del Rosario cae el termómetro de toda la vida cristiana. Estas consideraciones nos son sugeridas por una perniciosa campaña desatada en el mundo de hoy, contra el rezo del Santo Rosario. Así como se atacan todas las formas de piedad católica, por buenas razones “pastorales”, se ataca también el Santo Rosario mariano.
Un razonamiento absurdo acusa al Rosario de falta de “actualidad” ¡no es una devoción actual!:


1) La Iglesia no puede recomendar una devoción “inactual”.


2) Una devoción es actual, si son actuales todas sus partes. El Rosario se compone del Padrenuestro, el Avemaría y los misterios de la Vida, Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Nadie se atreverá a decir que es inactual el Padrenuestro, el Avemaría o la meditación de los misterios de la Vida del Señor y de María.


3) Una devoción es actual, cuando es útil, práctica y eficaz. Tenemos muchos ejemplos recogidos en el curso de los años, que dicen a las claras la eficacia del Rosario. Personas que han vuelto a Dios después de años de vida disipada y alejada de toda práctica de piedad. Aquello sintomático que apuntamos: el hombre o las familias, aún viviendo en la vecindad de los templos, si dejan el Rosario comienzan a abandonarlo todo, aún la Misa.


4) La devoción que nos une a Jesús por María, no puede dejar de ser la mejor devoción particular que mejor nos dispone para participar en el Santo Sacrificio del Altar. Debemos velar con el Rosario en las manos y el corazón puesto en los misterios de salvación. Así tendremos despierta la fe. La Virgen salvará al mundo.

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