VATICANO, 18 Mar. (ACI/EWTN Noticias)
El Papa Benedicto XVI, en su mensaje previo al rezo del Ángelus, en la Plaza de San Pedro, afirmó que es solamente cuando se confiesan “sinceramente las propias culpas a Dios, que se encuentra la verdadera paz y la verdadera alegría”.
Benedicto XVI lamentó que, a pesar de ello, “a veces, el hombre ama más las tinieblas que la luz, porque está apegado a sus pecados”.
En referencia al pasaje evangélico de hoy, en el que Jesús asegura que “es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en Él tengan Vida eterna”, el Papa señala que “Jesús será alzado en laCruz, para que cualquiera que está en peligro de muerte a causa del pecado, dirigiéndose a Él con fe, que ha muerto por nosotros, sea salvado”.
“Es importante entonces acercarse regularmente al Sacramento de la penitencia, particularmente en Cuaresma, para recibir el perdón del Señor e intensificar nuestro camino de conversión”.
El Santo Padre señaló que “si infinito es el amor misericordioso de Dios, que llegó al extremo de dar a su único Hijo para recate de nuestra vida, grande es también nuestra responsabilidad. Cada uno, en efecto, debe reconocer su propia enfermedad para poder ser curado”.
“Cada uno tiene que confesar su propio pecado, para que el perdón de Dios, ya donado en la Cruz, pueda tener efecto en su corazón y en su vida”, afirmó el Papa.
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