Ciudad del Vaticano.- Benedicto XVI sorprenderá a México durante su próxima visita al país, se mostrará por encima de los prejuicios y lugares comunes que puedan existir sobre su persona, coincidieron en afirmar colaboradores del Papa.
En entrevistas por separado, los mexicanos Guillermo Gutiérrez y Leticia Soberón, oficial y consultora respectivamente de los pontificios consejos para la Familia y de las Comunicaciones sociales, afirmaron que el líder católico conectará con sus connacionales por calidad humana.
Gutiérrez reconoció que en su país han existido “intentos continuados” por empañar la imagen del pontífice pero sostuvo que los mismos quedarán en segundo plano durante su permanencia en el Estado de Guanajuato, del 23 al 26 de marzo próximos.
Anticipó que las palabras de Joseph Ratzinger harán reflexionar a todos, incluso a quienes se sienten adversarios de la Iglesia, especialmente por su actitud humilde pero firme a la vez, su inteligencia, su sensibilidad y honestidad.
“México tiene una gran necesidad del mensaje de esperanza y reconciliación que el Papa le donará para superar los importantes obstáculos que se presentan a su desarrollo y poder aportar su extraordinaria riqueza a la misión universal de la Iglesia”, estableció.
“No cabe duda que México tiene una vocación latinoamericana de primer orden y que es también un puente con el mundo, especialmente con América del Norte, de la cual forma parte geográficamente”, apuntó.
Consideró que esa situación geográfica también jugó un papel importante en la elección de la etapa mexicana del viaje apostólico del líder católico a América Latina.
Asimismo Gutiérrez calificó como “totalmente fuera de lugar” el intento por contraponer o comparar a Benedicto XVI y Juan Pablo II porque, dijo, cada uno con personalidad propia representan al único pastor de la Iglesia que es Cristo.
“Me emociona pensar en el enorme esfuerzo que supone para Benedicto XVI emprender este fatigoso viaje, si lo hace con sus casi 85 años, con las limitaciones que naturalmente esto comporta, es precisamente por su enorme celo pastoral, que no es otra cosa sino amor”, ponderó.
Estableció que para su país recibir su visita es un privilegio y una responsabilidad, que obliga a responder tanto a la vocación latinoamericana como a la de ser puente entre culturas, una cualidad heredada también gracias al mensaje de la Virgen de Guadalupe.
Por otra parte Leticia Soberón coincidió en señalar que Joseph Ratzinger podrá descubrir la vivencia de la fe en México, que es intensa, vital y festiva.
“(Allí) sucederá igual que con sus demás viajes: más allá de posibles estereotipos, se hará palpable para la población la personalidad de un hombre sencillo, sabio, capaz de expresar con belleza y claridad los más difíciles horizontes de la fe”, previó.
“(Es un hombre) cercano que ofrece sin imposiciones lo que lleva en el corazón como un tesoro. La sencillez se nota, es gesto, es imagen. Es evidente que no habla para enaltecerse a sí mismo, ni siquiera a la Iglesia, sino a Dios mismo, a Jesucristo”, sostuvo.
Adelantó que la cercanía de Benedicto XVI será un momento importante para su país, cuando atraviesa duras pruebas , “un bálsamo para muchos corazones”, un motivo de esperanza, una forma de animar todo lo bueno y noble que hay “en los hijos e hijas de Nuestra Señora de Guadalupe”.
Recordó que el pontífice ya estuvo en Brasil, otro de los colosos del continente, y por cuestiones de salud no pudo acudir a la VI Jornada Mundial de las Familias de la Ciudad de México en el año 2009.
“Creo que tanto él como el pueblo de México quedaron con nostalgia de encontrarse; eso el Papa no lo olvidó. Motivo más para agradecer su esfuerzo en viajar tantas horas, con el deseo de compartir unos días con una nación que lo espera con los brazos abiertos”, añadió.
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