San Juan de los Lagos es un municipio y localidad del mismo nombre, situado en el estado de Jalisco, México. A esta ciudad afluyen anualmente miles de peregrinos, debido a la Catedral y Basílica de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, que alberga a la veneradísima imagen de Nuestra Señora.
La Virgen de San Juan de los Lagos o Cihualpilli es una pequeña imagen de la Virgen María en su advocación de la Inmaculada Concepción, considerada milagrosa y venerada en la ciudad de San Juan de los Lagos de la cual es patrona.
Es visitada por 7 millones de peregrinos al año llegados de todos los rincones de México, parte de los Estados Unidos, América Latina y lugares de Europa lo que la convierten en una de las mayores peregrinaciones del mundo; es la segunda más visitada en México solamente superada por la Virgen de Guadalupe en el Cerro del Tepeyac. Usualmente, también es llamada con el nombre de Sanjuanita o Santa Juanita de los Lagos.
Fue Fray Antonio de Segovia primer evangelizador en este poblado, quien encomendó a Fray Miguel de Bolonia el cuidado pastoral de esas tierras, logrando pacificar la región, congregando a los errantes y refundando pueblos con indios ya cristianizados, y donó en 1521 una imagen de la Limpia Concepción al poblado de San Juan Bautista.
En poco tiempo la imagen quedó olvidada y deteriorada en la sacristía de la pequeña capilla hecha de adobe y techo de paja, y no fue si no hasta el año de 1623 que la imagen comenzó adquiriendo admiración debido a lo que se le conoce localmente como El Primer Milagro.
La imagen Milagrosa de la Virgen de San Juan esta hecha de una mezcla de pasta de caña de maíz procedente del siglo XVI, fabricada en Patzcuaro, Michoacán, ordenada por Don Vasco de Quiroga para evangelizar varias tierras de la Nueva Galicia, hermana de las grandes Vírgenes de Talpa y Zapopan, posiblemente elaboradas por el mismo artesano en los mismos talleres de indios tarascos.
Esta pequeña imagen mide aprox. 38 cm. de altura y representa a la Santísima Virgen de pie con sus manitas juntas ante el pecho, ya que su título es el de la limpia Concepción, vestida con el manto azul estrellado, y tiene una media luna a sus pies; fueron retocados el rostro y las manos en el año de 1623.
Tiene su rostro ovalado y un poco inclinado, los ojos son pintados en color negro rasgados, su nariz es afilada y perfecta, su boquita tiene los labios cerrados y delicadamente dibujada, su color se ha tornado blanquesino por el paso de los años.
A su espalda se encuentra un semicírculo que es sostenido por dos angelitos desnudos y alados que sostienen una cinta que se desenvuelve alrededor de su cabeza la cual es de esmalte azul y tiene grabada la siguiente inscripción: “Mater inmaculata Ora Pro Nobis”.
EL PRIMER MILAGRO DE LA VIRGEN DE SAN JUAN
Según la leyenda basada en testigos oculares, el primer milagro se dio en una familia de cirqueros que se dirigían a la ciudad de Guadalajara que llegó a descansar a esta región, trayendo con ellos varios espectáculos, entre ellos el de una niña que brincaba en un trapecio sobre una cama con dagas.En un acto, la niña no equilibra bien y cae sobre la cama siendo atravesada, y provocándole la muerte inmediata.
El asombro fue grande, y profunda la pena de sus padres. Amortajada la muchacha, la colocaron en la capilla para enterrarla. Juntándose muchos indios e indias para el entierro y viendo tan sentidos a sus padres por el fracaso, una india ya anciana llamada Ana Lucia, que entonces sería de ochenta años, les dijo, que se consolaran, que la CIHUAPILLI (que quiere decir la “gran señora” en lengua de los nativos) le daría vida a la niña.
Entraron en la sacristía y de entre las imágenes tomaron a la Virgen de San Juan y la colocaron sobre el cuerpo sin vida de la niña difunta con toda fe y resolución. Después de un tiempo los presentes vieron bullirse y moverse la niña. Cortáronle a toda prisa las ligaduras de la mortaja, y la que estaba difunta se levantó buena y sana.
Preguntándole a Ana Lucia qué Imagen era aquella tan prodigiosa, dijo: que siendo su marido sacristán de aquel Hospital, ella madrugaba a barrerlo todos los días, y que cuando ella iba, esta Imagen estaba en la peana del altar, peana puesta por sí por los Angeles, y que ella la tomaba y la volvía a la Sacristía.
El volantinero agradecido les pidió a los indios que se la dejaran llevar a Guadalajara para mandarla aderezar, y la volvería con toda puntualidad, concediéndole los indios. La primer noche en Guadalajara fueron a la puerta de la casa donde se hospedó, unos mancebos y preguntaron si había algo de pintura o escultura qué aderezar que ése era su oficio. El dijo que sí, que una imagen de un pueblo llamado San Juan y la traía para eso, y entregándosela esa noche, al día siguiente muy de mañana, tanto que el Volantín aun no se levantaba de su cama, se la entregó tan bien aderezada y compuesta como se ve hoy en día.
Les envió un recado agradecido y ofreció remunerar su trabajo, suplicándoles que le esperasen se levantaba, pero no hallaron a nadie, ni razón de quiénes eran. Conque sin duda eran personas a quienes todas las noches son días, Ángeles que vinieron a ocuparse del aderezo de la Imagen de aquella Señora.
El Volantinero gozoso del buen suceso, llevó la imagen milagrosa a San Juan, y contó a los indios la providencia del Cielo en su aderezo. Y desde entonces la pusieron en el Altar a donde se iba antes todas las noches y en cuya peana amanecía todos los días. Este parece que fue el primer milagro célebre de esta Santa Imagen, y sucedió en el año de 1623. Este es el milagroso principio de la celebridad de esta Santa Imagen.
LA BASÍLICA DE SAN JUAN DE LOS LAGOS
El primer Santuario de la Virgen de San Juan fue una ermita o pequeña capilla de paredes de adobe y techo de paja a un costado del hospital.
Allí fue colocada la imagen dejada por los misioneros franciscanos en 1545 cuando llegaron a estas tierras anunciando la Buena Nueva del Evangelio de Jesucristo.
La imagen de la Virgen de San Juan no era la imagen titular de la capilla, sino Juan Bautista.
En 1634 se inicio la construcción de una pequeña capilla de material sobre la existente ordenada por don Juan Contreras Fuerte, para proteger a la imagen y los objetos que los feligreses traían de ofrenda, terminando la
capilla en el año de 1641.
capilla en el año de 1641.
Pero tan sólo seis años después, como la nueva ermita amenazaba ruina, el obispo de Nueva Galicia, Juan Ruiz Colmenero, ordenó que se edificara una más sólida. Así nació la tercera ermita, toda calicanto, y más tarde el mismo prelado dispuso que se techara de nuevo con bóvedas. Esta construcción sería luego el templo parroquial de San Juan Bautista.
El primer capellán Pbro. Juan Contreras Fuerte construyó el pocito en el lugar donde surgió milagrosamente una fuente de agua; junto al arroyo, el Pbro. Juan Contreras vio una niña que golpeaba con un palo una peña en la que había humedad, por lo que al siguiente día mandó un indio con una barra para hacer pileta; el indio fue, y al segundo golpe que dio, brotó agua en abundancia. Un siglo después la gente comenzó a acudir al pocito para buscar agua milagrosa y por devoción.
El 30 de noviembre de 1732 el obispo don Nicolás Carlos Gómez de Cervantes, personalmente eligió otro sitio para un nuevo santuario a la Virgen, y bendijo y colocó la primera piedra; es la actual basílica. Por decreto del 6 de junio de 1743, el obispo Juan Gómez de Parada independizó este santuario de la parroquia de Jalostotitlán.
El Santuario fue construido bajo la dirección del maestro Juan Rodríguez de Estrada, quien vino desde México para tal efecto; dirigió hasta su muerte, el 31 de octubre de 1760. Después de 37 años de construcción, casi concluido el santuario, el obispo Diego Rodríguez de Rivas ordenó el 22 de noviembre de 1769 la traslación de la imagen de la Limpia Concepción al tercer templo, lo que cumplió el 30 de noviembre de 1769 el Pbro. Vicente Ferrer de Cuéllar.
Entonces se hizo la Dedicación del templo (fue “consagrado” hasta el 19 de noviembre de 1884, por el arzobispo Don Pedro Loza y Pardavé). Ese mismo año había sido erigido en Parroquia de San Juan Bautista el anterior santuario de la Virgen, siendo el primer párroco don Antonio Vallarta.
Todavía no estaban terminadas las torres, pero el santuario muy pronto fue uno de los templos más suntuosos de la Nueva España. El mismo templo de Jalostotitlán, a donde pertenecía San Juan, cuando fue ideado el santuario de Nuestra Señora de San Juan, a principios del siglo XVIII, todavía no tenía crucero, cúpula, ábside ni torres; y no fue propiamente terminado sino hasta 1758.
El Santuario había sido construido sobre una explanada de 3 metros de altura, ochavada en tres de sus cuatro ángulos, con una balaustra de cantera en derredor. Incluyendo la altura de la explanada, alcanza 65.52 metros de alto; su mayor longitud es de 62.81 metros por 13.44 metros de ancho; su altura interna es de 24 metros.
DEVOCIONES
El Excmo. Sr. Francisco Verdín de Molina, dispuso que la imagen fuera venerada bajo la advocación de la “Inmaculada Concepción”, por eso es festejada el 8 de diciembre.
Se realiza la primera réplica de la imagen, ya que era tan solicitada la imagen de San Juan en todos los alrededores, que en 1634 se hizo una escultura muy parecida, a la cual se le llamo Virgen Peregrina, la llevaban en sus recorridos por aldeas y ranchos.
Más tarde se hace una segunda réplica en vista a que las demandas de los fieles crecían, por lo que fue preciso crear una segunda reproducción que recorrió casi todo el país.
Años después el Exmo. Sr.D. Francisco Guadalupe Portillo, Obispo de Honduras, mandó hacer el primer troquel con el que se fabricaron medallas con la imagen de la virgen. Esto data en el año de 1715.
En el año de 1904, después de varias solicitudes desde 1900, se recibió en la ciudad de Guadalajara el 29 de Enero la respuesta afirmativa del Santo Padre Pío X para la coronación litúrgica de la imagen de Nuestra Señora de San Juan, adquiriendo la facultad para imponer canónicamente la corona de oro a la Virgen.
El Excmo. Señor Arzobispo de Guadalajara, Lic. Don José de Jesús Ortiz, la corona solemnemente el día 15 de Agosto del año 1904 con una corona encargada al Instituto Pontificio de Artes Cristianas de Benzinger Brothers en la ciudad de Nueva York, así como los dos ángeles colocados uno en cada lado de la imagen para sostenerla llevando una cinta semicircular en la parte superior, grabada con la inscripción: Mater Inmaculata. Ora Pro Nobis (Madre sin defecto, ruega por nosotros), con una altura de 18 centímetros y elaborada con oro de 18 quilates.
El 8 de mayo de 1990, el santuario fue honrado con la visita del Papa Juan Pablo II, que coronó la imagen en la explanada donde se encontró con los jóvenes.
El templo siempre recibe peregrinaciones de fieles, y es sorprendente la cantidad de exvotos y expresiones de fe que le rinden los devotos, no obstante la belleza del santuario que aloja a la virgen, que se ha convertido en el principal promotor del turismo en la región.
ORACIÓN A LA VIRGEN DE SAN JUAN DE LOS LAGOS
¡Oh¡ Santísima Virgen María de San Juan ¿Porqué? Señora mía al volver hacia tí nuestras miradas, o al solo pronunciar tu nombre, el alma se llena de esperanza y la Paz del Señor nos viene a consolar.
Acordaos, oh piodosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que alguno que a vos se acogiese y pidiese socorro y protección haya sido desamparado.
Yo animado con tan dulce confianza, acudo a vos oh Virgen de las virgenes, a vos vengo con temor y me postro en vuestra presencia y esperamos nos obtengas la Gracia del Señor y nos des tu Santa Bendición, Amén.
Acordaos, oh piodosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que alguno que a vos se acogiese y pidiese socorro y protección haya sido desamparado.
Yo animado con tan dulce confianza, acudo a vos oh Virgen de las virgenes, a vos vengo con temor y me postro en vuestra presencia y esperamos nos obtengas la Gracia del Señor y nos des tu Santa Bendición, Amén.
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