El arzobispo Krajewski, que sale a las calles a escuchar las demandas de los necesitados, dio a entender que el Papa lo acompañó a veces |
Según el sitio, la versión echó a andar tras una entrevista con el arzobispo Konrad Krajewski, que no sólo es el “limosnero“ del Vaticano sino, también, el confidente de Francisco. Una fuente que el Huffington Post definió como “confiable” dijo que la Guardia Suiza le había confirmado de las salidas nocturnas de Francisco. La figura del “limosnero” es parte de una centenaria tradición vaticana; y estaba un tanto olvidada, hasta que Francisco la rescató, con el objetivo de contener material y espiritualmente a los más pobres.
Apenas llegado Francisco al papado, le adjudicó a Krajewski esa misión. Cuando ello ocurrió, el arzobispo le dijo a la agencia AP: “El Santo Padre me dijo al comienzo: vos podés vender tu escritorio, porque no lo vas a necesitar. No esperes que venga la gente a tocar el timbre. Hay que salir afuera a buscar a los pobres”. El “limosnero” cuenta que todas las mañanas un gendarme se cruza a su oficina, ubicada cerca de los jardines del Vaticano, y le entrega manojos de cartas que recibió el Papa,de gente desvalida que le pide ayuda. En la parte de arriba de cada misiva, se lee: “sabes lo que debes hacer” o “Encuéntralos”; o “ Ve y habla con ellos”.
En cuanto a la versión reciente sobre las salidas papales, Krajewski manifestó: “cuando le digo (al Papa) que por la noche me voy a ir a la ciudad, existe el riesgo permanente de que él quiera venirse conmigo”. Cuando los reporteros le preguntaron al arzobispo si alguna vez fue, él simplemente sonrió con una sonrisa cómplice y eludió la respuesta.
La versión sobre las salidas nocturnas de Francisco no es caprichosa. Cuando todavía era el cardenal Jorge Bergoglio, en Buenos Aires, solía sentarse con los humildes sin techo, y compartía con ellos pan y charlas.
El Hufftington Post recordó que esa práctica no es exclusiva del papa argentino. Al respecto, circulan muchas historias similares sobre Juan Pablo II y sobre Juan XXIII (el bueno). También cuenta la leyenda que durante la Segunda Guerra Mundial Pío XII solía salir vestido con hábitos franciscanos para tratar de preservar la seguridad de los judíos que eran perseguidos. Del papaBenedicto XVI, se recuerda su visita no anunciada a una exhibición de arte.
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