Cada día resulta más fácil comunicarse con las personas; pero, ¿y con Dios?. |
- Aquí tienes ocho reglas para llamarle y contar con Él, cuando desees:
- 1. Marca el prefijo correcto. No a lo loco.
- 2. Una conversación telefónica con Dios no es un monólogo. No hables sin parar, escucha al que habla al otro lado.
- 3. Si la conversación se interrumpe, comprueba si has sido tú el causante del corte.
- 4. No adoptes la costumbre de llamar sólo en casos de urgencia. Eso no es trato de amigos.
- 5. No seas tacaño. No llames sólo a las horas de "tarifa reducida", es decir, cuando toca o en fines de semana. Una llamada breve en cualquier momento del día sería ideal.
- 6. Las llamadas son gratuitas y no pagan impuestos.
- 7. No olvides decirle a Dios que te deje en el contestador todos los mensajes que quiera y cuando quiera.
- 8. Toma nota de las indicaciones que Él te diga para que no las eches en olvido.
Si a pesar del cumplimiento de estas reglas la comunicación se torna difícil, dirígete con toda confianza a las oficinas del Espíritu Santo. Él restablecerá la comunicación.
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