miércoles, 1 de febrero de 2012

UN MILAGRO HECHO ESCALERA.



ESCALERA DE SAN JOSE EN LA CAPILLA DE LORETO 


En 1877 un desconocido carpintero construyó una escalera “caracol” en una capilla de las Hermanas de Loreto en Nuevo México.
La escalera da dos giros completos de 360º, tiene 33 escalones, se balancea como un resorte, no tiene un centro definido, el carpintero no usó clavos y no se sabe de donde provino la madera.
Los técnicos se maravillan de los principios utilizados en la construcción, y la leyenda es que la construyó el propio San José, porque el carpintero desconocido se presentó a la Capilla luego que las hermanas habían terminado una Novena pidiendo a San José la construcción de la escalera.
La historia de la Capilla de Loreto comenzó cuando el obispo Jean Baptisite Lamy fue nombrado por la Iglesia al territorio de Nuevo México in 1850. El Obispo Lamy, tratando de propagar la fe y llevar un sistema educativo a este nuevo territorio, comenzó a escribir una carta de petición de los sacerdotes, hermanos y monjas para buscar misioneros para predicar y enseñar.
En 1852, respondiendo a la invitación del obispo, siete hermanas de la comunidad de Loreto partieron de su casa madre en Kentucky, Estados Unidos, para fundar un nuevo convento dedicado a educar niñas. Las misioneras navegaron por el río Mississippi hasta Independence, Missouri. Allí una de las hermanas se enfermó y tuvo que regresar a Kentucky. Las restantes continuaron el largo viaje en carreta tirada por caballos.
En una de las paradas para pasar la noche en las planicies de Kansas, una banda de indios a caballo rodearon el pequeño campamento. Misteriosamente, se retiraron sin causar ningún daño. Sin duda las hermanas habían rezado fervorosamente. Pero esa misma noche una de las hermanas murió (¿del susto?) y fue enterrada allí en una tumba sin marcar.


Después de varios meses de viaje, las cinco hermanas llegaron a Santa Fè e inmediatamente se establecieron en el centro del pueblo. Santa Fè en aquel tiempo era un pequeña villa habitada principalmente por indios y mexicanos.
Llevaban 20 años enseñando en la escuela cuando en 1873 el obispo sugirió que construyesen una capilla. La obra, al estilo de la Sainte Chapelle de París, tardó casi cinco años y le llamaron “Nuestra Señora de la Luz”. Cuando estaba ya casi terminada, le avisaron a Magdalene, la madre superiora, que, por un error del diseño, no había acceso al coro. El arquitecto, P. Mouly, había planeado conectar el coro con el segundo piso del convento pero nunca se hizo. No se podía poner una escalera convencional porque tomaría demasiado espacio de la capilla.
Según la leyenda, para resolver el problema, las hermanas ofrecieron una novena a San José. El último día de la novena, un señor canoso llegó montado en un borrico a la puerta del convento. Traía un baúl con herramientas y se ofreció a construir la escalera pero con una condición: La superiora no debía jamás revelar su nombre. La madre Magdalene aceptó y mandó a sus hermanas a no hablar con el caballero. Las hermanas observaron con asombro el avance de la obra. Una vez terminada, cuando iban a festejar al gentil carpintero, este desapareció sin cobrar por su maravilloso trabajo. Pronto comenzaron a circular comentarios de que San José había construido la escalera para las hermanas.
La Milagrosa Escalera fue construida entre 1877 y 1881. Le tomó al menos seis meses para construir, y tiene dos vueltas de 360 grados sin medios visibles de apoyo.
Arquitectos, carpinteros, y demás gente se preguntó exactamente quién es el artesano, y donde él había comprado sus materiales. Cada depósito de madera en Nuevo México fue abordado y cuestionado, pero hasta hoy nadie ha podido encontrar una factura. Nadie ha encontrado el nombre del genio que construyó la escalera de la buhardilla. Muchos están de acuerdo que la madera utilizada en la escalera era ajena a los Estados Unidos. Los visitantes de Oriente Medio han afirmado que la madera utilizada, les pertenece a ellos. Nadie ha sido capaz de identificar el tipo de madera.
La escalera es de veinte y dos pies de alto, y tiene treinta y tres escalones que forman dos vueltas circulares completos de 360 grados cada uno – sin la ayuda del centro. No hay absolutamente ningún clavo. Toda la estructura se une con clavijas de madera. La madera se empalma en siete lugares en el interior, y en nueve en el exterior. Cada pieza forma una curva perfecta.
Profesionales de todo el mundo han venido a ver esta obra maestra, y no dejan de maravillarse ante su fortaleza y belleza.
Los escalones fueron utilizados cada día por más de ochenta y cinco años. Cuando uno se sube a cada escalón, tiene una sensación de movimiento vertical, como si la escalera fuera un resorte en espiral de gran tamaño. Se dice que esta elasticidad es una parte del secreto de su creador.
La Iglesia no tiene una posición oficial respecto a la misteriosa escalera. La academia de Loreto cerró en 1968 y la propiedad junto con la capilla se vendió en 1971. 
En la actualidad es un museo privado donde celebran bodas y no esta vinculada a la Iglesia Católica.
Fuente: Padre Jordi Rivero

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