Palabra del Señor
Lucas 6,17.20-26
Reflexión del Papa Francisco
Bienaventurados los mansos en este mundo que desde el comienzo es un mundo de guerras, un mundo donde se pelea por todas partes, donde en todo lugar hay odio. Y Jesús dice: nada de guerras, nada de odio, paz, mansedumbre.Si soy manso en la vida, pensarán que soy un necio, que piensen lo que quieran, los mansos heredarán la Tierra.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados... Tantas injusticias, que son producto de la corrupción, de los compinches de la corrupción, de la política del negocio por encima de todo. Y Jesús nos recuerda que son Bienaventurados los que luchan contra estas injusticias.
Bienaventurados los misericordiosos, los que comprenden los errores de los demás, Jesús no nos dice Bienaventurados los que se vengan:
Bienaventurados los que perdonan, misericordiosos. Porque todos somos un ejército de perdonados. Y por ello es Bienaventurado el que va por ese camino del perdón.
Bienaventurados los que tienen el corazón puro, sencillo, puro sin malezas, un corazón que sabe amar con esa pureza tan linda.
Bienaventurados los que trabajan por la paz. Pero es tan común entre nosotros ser trabajadores por guerras o al menos trabajadores de malentendidos.
Cuando oigo algo de éste y voy y se lo digo, con una versión ampliada ... El mundo de los chismes. Esta gente que chismea no trabaja por la paz, es enemiga de la paz. No son bienaventurados.
Jesús nos presenta las Bienaventuranzas y nos da también otras indicaciones, que encontramos en el capítulo 25 del Evangelio: "tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver"...
Pocas palabras, palabras sencillas pero prácticas para todos, porque el cristianismo es una religión práctica: no para pensarla sino para practicarla (Homilía en Santa Marta, 09 de junio de 2014)
Oración de Sanación
Señor,
me reconozco pecador ante Ti, que fallo, pero por tu compasión, me
perdonas, consuelas y me das la fuerza para no caer más en malas
acciones.
Tú
me quieres feliz, que camine confiado y mantenga la esperanza. Me has
dejado un programa de vida para lograrlo: Las Bienaventuranzas.
Tú
que siendo Todopoderoso, te hiciste pequeño para dar consuelo a los
afligidos, ayudar a los débiles y darle fuerzas a los desvalidos
Te
abro mi corazón, habita en él, guíame y hazme entender que debo vivir
un espíritu de caridad y asimilar tus palabras para ponerlas en
práctica.
Ayúdame
a ir contra una sociedad que define la felicidad como tener muchos
logros, dinero o ser exitoso, sin pensar que eso puede apartarme de tu
amor.
Dios
de mi vida, ayúdame a experimentar el camino que me has enseñado,
sentir tu mano que acompaña, tu amor que une, transforma y me consuela.
Dame
la dicha de tener una brújula en mi corazón que apunte siempre a la
felicidad que viene de ese programa de vida que son las
Bienaventuranzas.
Ven
y cuida mi alma del enemigo malo. Dale dirección y luz a mi vida y
lléname de todo el amor y valentía que necesito para salir adelante.
Amén
No hay comentarios.:
Publicar un comentario