domingo, 24 de diciembre de 2017

Definición de Navidad.


Navidad es un término de origen latino que significa nacimiento, y da nombre a la fiesta que se realiza con motivo de la llegada de Jesucristo a nuestro mundo. El término también se utiliza para hacer referencia al día en que se celebra: el 25 de diciembre (para las iglesias católicas, anglicanas, ortodoxa rumana y algunas protestantes) o el 7 de enero (para las iglesias ortodoxas que no adoptaron el calendario gregoriano).
Aunque la tradición indica que el nacimiento de Cristo se produjo un 25 de diciembre en Belén, los historiadores creen que la verdadera natividad de Jesús tuvo lugar entre abril y mayo.
Esta teoría se basa en cuestiones geográficas imposibles de negar: por ejemplo, se sabe que en el hemisferio norte el mes de diciembre coincide con el invierno, lo cual pone en duda que los pastores hayan estado al aire libre, que el cielo de esa noche haya sido estrellado, todos elementos de los hechos narrados en los textos bíblicos.
De todas formas, la Iglesia Católica tomó la decisión de mantener la fecha convencional de la navidad. Se cree que sus razones fueron que coincidiera con los ritos paganos por el solsticio. De hecho, existían importantes festejos que se realizaban el 25 de diciembre aún antes del nacimiento de Cristo: el Cápac Raymi de los Incas, el Natalis Solis Invicti de los romanos y otros.
Para el cristianismo, el festejo de la navidad implica varias tradiciones. Suele realizarse un banquete que comienza en la cena del 24 de diciembre y se extiende hasta después de la medianoche (es decir, hasta el día del nacimiento), se arman belenes o pesebres (maquetas de Belén que representan la natividad), se cantan villancicos y se adorna un árbol.
La navidad ha trascendido los límites de la religión y tiene como símbolo a Papá Noel (también conocido como San Nicolás y Santa Claus), un personaje inspirado en un obispo griego, que se encarga de llevar regalos a los niños de todo el mundo a las 0 horas del 25 de diciembre.

Los tintes negativos de la navidad

Como se menciona anteriormente, la celebración de la navidad ya no está necesariamente ligada a la tradición cristiana, ni a una creencia religiosa. Casi por el contrario, los festejos más pomposos son llevados a cabo por ateos, o bien por gente que no practica la religión de manera ortodoxa, y se centran en la comida y los regalos, en lo sofisticado y llamativo del árbol y en lo numeroso de las reuniones familiares.

Una familia tipo de clase media, generalmente compuesta por un padre y una madre que trabajan un mínimo de cuarenta horas semanales cada uno, y dos hijos, suele gastar lo equivalente a un sueldo mínimo entre las decoraciones, la cena de Noche Buena y los regalos. Esta supuesta necesidad, que convierte la navidad en una fecha materialista, acarrea un malestar en los días previos y un obligado ajuste de presupuesto en los siguientes.
La crisis ha ciertamente repercutido en esta costumbre; pero no para entrar en razones y optar por disfrutar de esta fecha icónica de una forma más espontánea, sino para recortar los gastos de manera que no sea necesario prescindir de ningún elemento del festejo.
Resulta curioso que una celebración que comenzó como una tradición religiosa, de alguna manera indispensable para quienes adoptan el cristianismo, preocupe más a los no creyentes y los someta a una serie de obligaciones cuidadosamente diseñadas y estructuradas de forma rígida e inamovible. Independientemente de las creencias místicas, es innegable que en torno a la navidad gira una interesante combinación de actitudes y sentimientos, tales como la entrega, la culpa y el sufrimiento.

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Para entender porque Jesús se hizo Hombre, como nosotr@s


Érase una vez un hombre que no creía en Dios. No tenía reparos en decir lo que pensaba de la religión y de las festividades religiosas, como la Navidad.
Su mujer, en cambio, era creyente y criaba a sus hijos en la fe en Dios y en Jesucristo, a pesar de los comentarios desdeñosos de su marido.
Una Nochebuena en que estaba nevando, la esposa se disponía a llevar a los hijos al oficio navideño de la parroquia de la localidad agrícola donde vivían. Le pidió al marido que los acompañara, pero él se negó.
-¡Qué tonterías! -arguyó-. ¿Por qué Dios se iba a rebajar a descender a la Tierra adoptando la forma de hombre? ¡Qué ridiculez!
Los niños y la esposa se marcharon y él se quedó en casa.
Un rato después, los vientos empezaron a soplar con mayor intensidad y se desató una ventisca. Observando por la ventana, todo lo que aquel hombre veía era una cegadora tormenta de nieve. Y decidió relajarse sentado ante la chimenea.
Al cabo de un rato, oyó un gran golpe; algo había golpeado la ventana. Luego, oyó un segundo golpe fuerte. Miró hacia afuera, pero no logró ver a más de unos pocos metros de distancia. Cuando empezó a amainar la nevada, se aventuró a salir para averiguar qué había golpeado la ventana. En un campo cercano descubrió una bandada de gansos salvajes. Por lo visto iban camino al sur para pasar allí el invierno, y se vieron sorprendidos por la tormenta de nieve y no pudieron seguir. Perdidos, terminaron en aquella finca sin alimento ni abrigo. Daban aletazos y volaban bajo en círculos por el campo, cegados por la borrasca, sin seguir un rumbo fijo. El agricultor dedujo que un par de aquellas aves habían chocado con su ventana.
Sintió lástima de los gansos y quiso ayudarlos.
-Sería ideal que se quedaran en el granero -pensó-. Ahí estarán al abrigo y a salvo durante la noche mientras pasa la tormenta.
Dirigiéndose al establo, abrió las puertas de par en par. Luego, observó y aguardó, con la esperanza de que las aves advirtieran que estaba abierto y entraran. Los gansos, no obstante, se limitaron a revolotear dando vueltas. No parecía que se hubieran dado cuenta siquiera de la existencia del granero y de lo que podría significar en sus circunstancias. El hombre intentó llamar la atención de las aves, pero solo consiguió asustarlas y que se alejaran más.
Entró a la casa y salió con algo de pan. Lo fue partiendo en pedazos y dejando un rastro hasta el establo. Sin embargo, los gansos no entendieron.
El hombre empezó a sentir frustración. Corrió tras ellos tratando de ahuyentarlos en dirección al granero. Lo único que consiguió fue asustarlos más y que se dispersaran en todas direcciones menos hacia el granero. Por mucho que lo intentara, no conseguía que entraran al granero, donde estarían abrigados y seguros.
-¿Por qué no me seguirán? -exclamó- ¿Es que no se dan cuenta de que ese es el único sitio donde podrán sobrevivir a la nevada?
Reflexionando por unos instantes, cayó en la cuenta de que las aves no seguirían a un ser humano.
-Si yo fuera uno de ellos, entonces sí que podría salvarlos -dijo pensando en voz alta.
Seguidamente, se le ocurrió una idea. Entró al establo, agarró un ganso doméstico de su propiedad y lo llevó en brazos, paseándolo entre sus congéneres salvajes. A continuación, lo soltó. Su ganso voló entre los demás y se fue directamente al interior del establo. Una por una, las otras aves lo siguieron hasta que todas estuvieron a salvo.  


El campesino se quedó en silencio por un momento, mientras las palabras que había pronunciado hacía unos instantes aún le resonaban en la cabeza:
-Si yo fuera uno de ellos, ¡entonces sí que podría salvarlos!
Reflexionó luego en lo que le había dicho a su mujer aquel día:
-¿Por qué iba Dios a querer ser como nosotros? ¡Qué ridiculez!
De pronto, todo empezó a cobrar sentido. Entendió que eso era precisamente lo que había hecho Dios. Diríase que nosotros éramos como aquellos gansos: estábamos ciegos, perdidos y a punto de perecer. Dios hizo que Su Hijo se volviera como nosotros a fin de indicarnos el camino y, por consiguiente, salvarnos. El agricultor llegó a la conclusión de que ese había sido ni más ni menos el objeto de la Natividad.
Cuando amainaron los vientos y cesó la cegadora nevada, su alma quedó en quietud y meditó en tan maravillosa idea. De pronto comprendió el sentido de la Navidad y por qué había venido Cristo a la Tierra. Junto con aquella tormenta pasajera, se disiparon años de incredulidad. Hincándose de rodillas en la nieve, elevó su primera plegaria: "¡Gracias, Señor, por venir en forma humana a sacarme de la tormenta!"
Con este relato, les deseo con cariño una felicísima Navidad en la que el Niño Jesús les colme de bendiciones.

Javier López

Bendicion de la cena de Noche Buena.


Señor, en una noche como esta, hace ya tiempo, quisiste venir como un niño, con nombre y apellidos, en medio de los niños más pobres de la tierra. Cuando creciste, hablaste de cosas muy buenas, y dijiste que ya nadie es pobre, porque es hijo de Dios. Nosotros nos hemos reunido para cenar aquí hoy. Llevamos mezclada con nuestra alegría, los disgustos y las penas de todo el año. 
Por ello queremos que bendigas nuestra mesa para que nos llenes de tu amor y de tu paz. Te pedimos hoy, que queremos que el mundo sea como una gran familia: sin guerras, sin miseria, sin drogas, sin hambre y con más justicia.
¡Jesús recién nacido!, que hoy en esta casa , acojamos tu palabra de perdón y de amor. Consérvanos unidos. Danos pan y trabajo durante todo el año. Danos fuerza y ternura para ser hombres de buena voluntad. Señor, sé bienvenido a esta casa, hoy y siempre. Amén
Una oración que también se puede rezar en Nochebuena es la siguiente:
Hoy, Nochebuena, tenemos, de manera especial y como centro de nuestra familia a Jesucristo, nuestro Señor".
Vamos a encender un cirio en medio de la mesa para que ese cirio nos haga pensar en Jesús y vamos a darle gracias a Dios por habernos enviado a su Hijo Jesucristo.
Gracias Padre, que nos amaste tanto que nos diste a tu Hijo.
Señor, te damos gracias.
Gracias Jesús por haberte hecho niño para salvarnos.
Señor, te damos gracias.
Gracias Jesús, por haber traído al mundo el amor de Dios.
Señor, te damos gracias.
Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que Dios nos ama y que nosotros debemos amar a los demás,
Señor, te damos gracias.
Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que da más alegría el dar que el recibir,
Señor, te damos gracias.
Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que lo que hacemos a los demás te lo hacemos a Ti.
Señor, te damos gracias.
Gracias María, por haber aceptado ser la Madre de Jesús.
María, te damos gracias.
Gracias San José, por cuidar de Jesús y María.
San José, te damos gracias.

Gracias Padre por esta Noche de Paz, Noche de Amor, que Tú nos has dado al darnos a tu Hijo, te pedimos que nos bendigas, que bendigas estos alimentos que dados por tu bondad vamos a tomar, y bendigas las manos que los prepararon.

Niño Dios, tú que llegaste al mundo para salvar, te pido años de paz.
Niño Dios, tú que naciste en un pesebre, te pido que no haya más miserias en el mundo.
Niño Dios, tú que naciste de una madre Virgen, te pido pureza en este mundo.
Niño Dios, tú que eres Salvador, sálvanos de los desastres que nos provoca la naturaleza.
Niño Dios, tú que nos diste la vida para vivirla, que la vivamos de acuerdo a tu gloriosa vida.

¡Amén!


   

Carta la niño Jesús



Querido Jesús:
Hace días que te hemos escrito una carta, pero no nos atrevemos a echarla, lleva malas noticias. Y ya sabes que según qué cosas se diga, cuesta mucho decirlas. Esperamos que nos entiendas, por eso la ponemos en el correo.
Se acerca Navidad, el día en que tú quieres volver a la tierra.
Hemos pensado que no vale la pena que vuelvas. Las razones por las que nos parece inútil tu vuelta son muchas:
En las fiestas de Navidad todos los años pasa lo mismo: unos días de fiesta, mejores comidas, vestidos elegantes, mucha bebida, regalos, noches sin dormir. . . Y llega el día siguiente de los Reyes y todo y todos continuan como antes de las fiestas.
Vemos que son muchas las cosas que van mal por aquí y no parece que se vayan a arreglar: gente sin trabajo o mal pagada, gente que tienen casa y familia, pero viven como si no la tuviesen, matrimonios que viven malamente, pueblos que no se ayudan. . . y en las ciudades: atentados, violaciones, miseria, etc.. Y en muchas partes del mundo guerra y hambre.
Tu Navidad es un comercio para alimentar a los que ya están hartos: para burlarnos del "Paz a los hombres de buena voluntad...". Se hacen regalos a quienes ya tienen o a aquellos de quien se espera algún favor. Los hermanos de lejos o que no son de los "nuestros" no reciben ni una migaja de nuestras cosas, ¿Qué pueden pensar de nuestra Navidad?.
¿Ves? No sirve para nada que vuelvas. Son muy pocos los que te van a escuchar. No despiertes a los pastores, no llames a los ángeles, no hagas caminar en vano a los Reyes. Quédate en el cielo y lo pasarás mejor.
Perdona si nos hemos pasado con nuestros consejos, pero son realistas. Interesan más el dinero, los banquetes, los regalos, las armas que el "Niño del portal" y lo que nos puede decir.
Queríamos acabar diciéndote "adiós" que quiere decir que sigas con Dios. Acabamos diciéndote: "Con-los-hombres", arregla esto como puedas porque sigues con los hombres.
Tuyos.
Unos jóvenes.
                           
Respuesta de Jesús
Queridos amigos:
Les agradezco su carta. La he leído con mis papás José y María y la hemos comentado todos los del cielo. No tengan miedo de explicarme sus cosas por muy negras que les parezcan. Me interesan y les prometo que ninguna de sus cartas quedará sin respuesta. Me han escrito: "No vale la pena que vuelvas porque mucha gente no hace caso de eso". Aquí sí que se equivocan de medio a medio. Tengo que explicarles dos cosas: Una, cómo estoy ya entre ustedes -y dentro de ustedes- y otra cómo casi todos los hombres me buscan y me suelen encontrar. Cualquier día podemos hablar. De momento, comenzen a pensarlo y sobre todo intenten experimentarlo.
Ahora, ya en vísperas del 25 de Diciembre, quiero recordarles algunas maneras de celebrar la Navidad. Cristianos como ustedes la celebran, la celebramos muy bien. Escuchen.
- Cada vez que pensen en los otros entienden la NAVIDAD
- Cada vez que rezan y ayudan a rezar descubren la NAVIDAD.
- Cada vez que admiran y quieren la belleza, la vida, la justicia, la bondad, quieren y admiran la NAVIDAD.
- Cada vez que te decides a perdonar, consolar. comprender, crear alegría. . ., anticipas la NAVIDAD.
- Cada vez que descubres tus miserias y las aceptas y cuentas contigo mismo y conmigo, deseas la NAVIDAD.
- Cada vez que tú, novio, tratas a la novia que quieres; cada vez que tú, esposo, tratas a tu esposa como José trataba a María. Cada vez que tú, novia, tratas al novio que quieres; cada vez que tú, esposa, tratas a tu esposo como María trataba a José... disfrutan ya de la NAVIDAD.
- Cada vez que los mayores ven a los pequeños como semejantes a mí, a Jesús; cada vez que los pequeños saben ver en los mayores a mi Padre, hacen venir la NAVIDAD.
- Cada vez que te preparas o eres ya un buen profesional honrado y capaz, aseguras una vida de NAVIDAD.
- Cada vez que buscas a los pobres, a los que no tienen nombre, a los necesitados, celebras y haces celebrar la NAVIDAD.
No acabaría. Paro. Son ustedes suficientemente listos y buenas personas para continuar la lista y encontrar la manera de celebrar tu Navidad, mi Navidad, nuestra Navidad.
Recuerdos a los padres, hermanos y amigos; a los abuelos y al más desgraciado del pueblo. Saludad de mi parte a los que les cuesta saludar. Estoy con todos  y con cada uno de ustedes.
Jesús de Nazareth.


                            


jueves, 2 de marzo de 2017

LAS 10 VIRTUDES QUE DEBEMOS REFORZAR EN ESTA CUARESMA.

LAS 10 VIRTUDES QUE DEBEMOS REFORZAR EN ESTA CUARESMA.


1.- AUTOCONTROL

La virtud de auto-control, tal como se practica por medio del ayuno y la templanza en la comida y la bebida, es de suma importancia para la iglesia oriental. 

Según el Hermano Damasceno, la pasión que esta virtud tiene por objeto destruir es la gula, que es considerada una de las tres pasiones principales, ya que fue el acto de comer del fruto prohibido por el cual Adán y Eva transgredieron el mandamiento divino :

“Adán fue privado de los placeres del Paraíso por la amargura de la fruta, su gula le hizo rechazar el mandamiento del Señor. 
Fue condenado a trabajar la tierra de la que él mismo se había formado, con el sudor de su frente, tuvo que ganarse el pan para comer. 
Por lo tanto, vamos a aprender a controlarnos, de manera que no tengamos que llorar ante las puertas del Paraíso, permitiendo esforzarnos por entrar en él”.
A través del ayuno y la abstinencia, nos abstenemos de cosas buenas, para que con mayor facilidad nos preocupemos por cosas mejores.
En la tradición monástica bizantina, la abstinencia de carne es un recordatorio de la condición bendita de Adán y Eva antes de la Caída, cuando ellos caminaban con Dios, y vivían una vida angelical de contemplación y de gracia.Y, sin embargo, no es simplemente suficiente ayunar o abstenerse.

.La clave para el éxito en el logro del autocontrol, ya que los Padres nos advierten, que debe ser practicado de manera concertada con las demás virtudes. 

Porque como Crisóstomo enseña, incluso los demonios ayunan, siendo de naturaleza incorpórea; mientras que la oración – así como todas las demás virtudes de una vida vivida en comunión con Dios -, es obviamente descuidado por ellos.
 
2.- DESEO DE SANTIDAD
Se trata de un celo por Dios, un anhelo por Él, y una confiada esperanza y el anhelo de las bendiciones del mundo por venir.
El vicio que esta virtud tiene por objeto destruir es el de la falta de castidad, al dirigir el intelecto lejos de las cosas pasajeras de este mundo, y de las promesas de la vida futura de felicidad:
“¡Oh, amado Paraíso, belleza de la primavera y divina morada creada, alegría y placer sin fin, gloria de todos los justos, encanto de los profetas, y morada de los santos.
Por ‘tu ausencia, implora al Creador del universo abrir las puertas que se han cerrado por culpa mía; déjame participar del árbol de la vida, y compartir la alegría que una vez encontré en ti“.

3 -LIMOSNA

 La compasión por los pobres, como el Damasceno enseña, combate el vicio de la avaricia.
Este vicio es, según los Padres ascéticos, la raíz de todos los males:
“Impulsado por su amor al dinero, Judas el traidor astutamente planeó venderte, oh Señor, el tesoro de la vida; en su frenesí, se presentó a los impíos y le dijo:
” ¿Qué me dan, si lo entrego a ustedes para ser crucificado?”.

4 – CARIDAD
Además de la limosna, la buena voluntad y amor para todos, como se ejemplifica, la virtud de la caridad lucha contra el vicio de la ira.

Pero quienquiera que busque la salvación de su prójimo no puede darse el lujo de albergar rencor ni malicia, sino que busca el bien de ellos, tanto en referencia a su vida en la tierra con para la vida eterna en el cielo:
“Oh creyente fiel, vamos a competir uno con otro en el celo, y vamos a tratar de hacer el bien.
Vivamos juntos en la humildad, y que nuestros corazones suspiren con lágrimas y oración, para que podamos obtener el perdón de Dios”.


5 – JÚBILO


Aunque la Gran Cuaresma es un tiempo de tristeza y dolor por los pecados, es una “tristeza brillante”, porque el Padre benévolo espera en serio por el regreso de sus hijos pródigos.
La alegría espiritual que viene de Dios nos permite competir contra el vicio del abatimiento mundano.
Este abatimiento surge cuando nos encontramos con que nuestros esfuerzos no son reconocidos e inesperados para el mundo, o incluso cuando somos rechazados por él a causa de nuestra fe.
Este gozo divino también sirve como un bálsamo curativo para los que desesperan de la misericordia de Dios a causa de sus pecados:
“Oh creyente fiel, vamos a descubrir el poder del misterio divino.
El hijo pródigo volvió de su pecado y regresó a casa de su padre; en su misericordia, su padre salió a su encuentro y le besó.
Él le devolvió la gloria de su casa y preparó un banquete místico en lo alto.
Él mató el becerro cebado para que podamos participar de su alegría, la alegría del Padre que se ofrece en el amor y la alegría del Cordero que se entrega por nosotros, porque Él es el Cristo, el Salvador de nuestras almas”.

6 – PACIENCIA    

La vigilancia constante y la perseverancia, con la continua acción de gracias a Dios, lucha contra el vicio del amor propio.
Mientras que la avaricia se considera la raíz de todos los males por los Padres, el amor desordenado del cuerpo y sus placeres es considerada la “madre de los vicios”, que será forzado poderosamente durante la Gran Cuaresma:
“¡La arena de las virtudes ya está abierta! ¡Que todos los que deseen comenzar a entrenar ahora entren!
Prepárense para la lucha del Ayuno; ¡aquellos que se esfuercen valerosamente recibirán la corona!
Vamos a ponernos la armadura de la Cruz para luchar contra el enemigo, teniendo a la fe como nuestro baluarte inquebrantable.
Vamos a ponernos en oración como nuestra coraza, y la caridad como nuestro casco.
Como nuestra espada, vamos a utilizar el ayuno, ya que corta todo el mal de nuestro corazón.
Los que hacen esto realmente recibirán la corona de las manos de Cristo, el Todopoderoso, en el día del juicio”.

7 – ORACIÓN

Esta virtud combate el vicio de la soberbia, que le atribuye el progreso al yo en lugar de a Dios.
Como se mencionó anteriormente, cualquier aumento en la disciplina debe ir acompañada por una oración creciente, marcada por un verdadero espíritu de arrepentimiento, humildad y paz interior.
En la oración, se recuerda que todo lo bueno viene en última instancia de Dios mismo, y en la humildad, el cristiano reconoce que todo lo que tiene es un regalo del Creador de todas las cosas:
“Vamos a caer delante de Dios en oración y lágrimas, con suspiros profundos, vamos a imitar la humildad del publicano que lo levantó, así podemos cantar en fe: ‘Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres'”.
Esto no recuerda que en el libro Sed de Oración del P. Jacques-Philippe, nos da 7 argumentos por los que debemos orar, especialmente en Cuaresma.
1 – La oración coloca a Dios en el centro de nuestras vidas
Si no oramos, inevitablemente seremos egocéntricos.
Por el contrario, con la oración, tendremos la gracia de dar a Dios el lugar que le corresponde en nuestra vida: el centro.
2 – La oración nos enseña a amar libremente
Cuando experimentamos en la oración como dar a Dios nuestro tiempo sin esperar nada de él, comenzamos a desarrollar una actitud de amar libremente, que a su vez nos ayuda a amar a los demás.
La oración nos enseña a amar, ya que nos da el hábito de estar con Dios en un estado de atención amorosa.
 
  3 – La oración es un anticipo del cielo
Si perseveramos en la oración se nos dará vislumbres de la paz y plenitud del paraíso.
El P. Philippe dice que mediante la oración aprendemos a hacer lo que nosotros fuimos creados.
Recuperamos el corazón y los ojos de un niño, al preguntarnos por la belleza más allá de toda belleza, y por el amor que supera todo amor.
   4 – La oración nos da un conocimiento más profundo de Dios y de nosotros mismos
En la oración, vamos más allá de nuestras ideas de Dios, de las imágenes que tenemos de él y llegamos a una experiencia real de él.
La oración nos enseña que Dios nos ama a cada uno de forma única, y que tenemos la capacidad de amarlo de una manera que nadie más puede hacerlo.
Esto es un misterio que debe ser vivido en gratitud y humildad.
5 – La compasión por el prójimo nace de la oración
La oración genuina hace que nuestro amor a otros crezca.
Nos acerca a Dios, nos une a Él, y después comenzamos a compartir su infinito amor por sus criaturas.
La oración se agranda y se ablanda nuestro corazón.
6 – La oración es un camino hacia la libertad
El P. Philippe escribe que cuando oramos traemos nuestros deseos más profundos a Dios.
Encontrar la felicidad en la oración nos hará más libre en lo que se refiere a la ansiosa búsqueda de satisfacciones humanas, que es una tentación permanente.
7 – La oración unifica nuestras vidas

Con el tiempo, a medida que desarrollamos el hábito de llevar todo a Dios en la oración, nuestra vida encuentra un sentido de unidad.
Así como María guardó los acontecimientos de la vida de Jesús en su corazón, mantenemos los acontecimientos y las luchas de nuestras vidas en nuestra oración, donde Dios puede unificar nuestras emociones y pensamientos.
 

8 – HUMILDAD

Aunque los demonios velan en el sentido de que no duermen, y ayunan en el sentido de que no comen, las virtudes de la oración y la humildad sobre todo, hacen que el alma cristiana sea una terrible desgracia para ellos contemplarla.
El Damasceno, por lo tanto, prescribe esta virtud como un remedio contra el orgullo.
El creyente debe abstenerse de juzgar o despreciar a nadie, emulando el publicano arrepentido y no al fariseo jactancioso.
Por tanto, debemos considerarnos como “menos que nada” el entre nuestros semejantes.
“Al ver la dignidad a la que los humildes son elevados, y el profundo abismo en el que cae el orgulloso, imitemos las virtudes del publicano, y despreciemos los pecados de los fariseos”.

    9 – ARREPENTIMIENTO

Aunque no se incluye en la lista del Damasceno, está, por supuesto, naturalmente implícita, siendo parte integral con las otras virtudes de Cuaresma.
De hecho, sin un verdadero arrepentimiento, las otras virtudes no son meritorias.
La confesión del pecado, las lágrimas de remordimiento, y las buenas obras son todas las    
   joyas de la corona radiante de arrepentimiento, elogida en la liturgia bizantina como la “reina de las virtudes”:
“Oh creyente fiel, purifiquémonos con el arrepentimiento, la reina de las virtudes.
He aquí que nos trae una abundancia de bendiciones. Viste las heridas de las pasiones, reconcilia a los pecadores con el Maestro.
Por lo tanto, vamos a abrazar con alegría, y clamar a Cristo nuestro Dios: “Tú has resucitado de entre los muertos, vivamos siempre libres de condenación, porque te glorificamos como el único sin pecado”.

10 – TENER UN BUEN PLAN
Para que todo lo anterior de buenos frutos se necesita un buen plan y práctico, porque la manera más rápida de arruinar la Cuaresma es tener buenas intenciones pero sin una guía eficaz.
Si por ejemplo el plan es “Voy a orar más”, para ser práctico debería incorporarse la decisión sobre en qué horas voy a orar y que oraciones.
Y tiene que ser factible, porque a menudo somos demasiado ambiciosos y nos comprometemos a demasiado.
Cuando fallamos en nuestros objetivos cuaresmales nos desanimamos, abandonamos el objetivo y es una victoria para el diablo.
Los compromisos deben ser modestos y prácticos.
Otro objetivo puede ser por ejemplo leer un buen libro.

Los santos constantemente nos exhortan a leer buenos libros espirituales, y no hay mejor momento para comenzar esta práctica que durante la Cuaresma.
Los escritos de los santos es un gran lugar para comenzar.
Otro objetivo bien puede ser realizar una buena confesión. Antes de recibir el sacramento de la penitencia, sin embargo, debes recordar los cinco requisitos para una buena confesión:
1) Examen de conciencia
2) Verdadera contrición por haber ofendido a Dios
3) Firme resolución de no pecar más
4) Completa confesión (no mantener NI GUARDAR O RESERVAR ningún pecado escondido CONFESAR TODO...TODO...!!! EMPEZANDO POR EL PECADO QUE MAS VERGÜENZA NOS CAUSE...SALIENDO ESTE SALEN LOS DEMÁS)
5) Realizar y cumplir la penitencia por los pecados que has cometido

Y así, con la mente fija en estas virtudes, y en Dios, que es la fuente de todo lo que es bueno, vamos a empezar la “tristeza brillante” de la Cuaresma, contemplando firmemente a Cristo en la fe y en el amor.

Fuentes:

http://forosdelavirgen.org/58215/cuales-son-las-virtudes-que-debemos-reforzar-en-cuaresma-2014-02-28/ Recuperado 2 de Marzo de 2017.

  

Conociendo mas a San Francisco de Asís por medio de los ojos de un hijo suyo: Ignacio Larrañaga.

Ignacio Larrañaga: Sin Dios, San Francisco de Asís es una «marioneta bellísima» o un «psicópata»

  Conozcamos mas a San Francisco de Asis a la manera de un fraile testigo del amor de Dios a la manera de san Francisco este es un legado es vigente y actual...


Seguimos sometiendo a San Francisco a la moda de la cultura moderna, he ahí el  
porqué viene siendo presentado como un contestatario, hippie, ecologista, etc. Y como hermanos franciscanos no estamos exentos de esta deriva”. Ya en un libro esclarecedor "Nuestro hermano de Asís" (Ediciones Mensajero de Padua), escrito hace más de 20 años, el padre Ignacio Larrañaga, hermano capuchino español, había puesto en guardia de aquellos que reducen a San Francisco a “una marioneta sin Dios”. Un peligro tanto más concreto hoy, según el religioso, porque “el hombre moderno ha sustituido a Dios por el propio yo”. Sacerdote franciscano, Ignacio Larrañaga, en 1974 ha fundado los Talleres de Oración y Vida, un servicio eclesial extendido por más de 40 países del mundo, y es autor de numerosos best-seller de espiritualidad.
            
Verdaderamente enamorado de San Francisco y comprometido desde hace años en hacer emerger la cara profunda del Pobrecillo de Asís, la novedad del carisma franciscano que aparece claramente en los trabajos del medievalista Raúl Manselli (San Francisco de Asís y Los primeros cien años de historia franciscana, ambos publicados por San Pablo). Es la originalidad de un santo que como ha dicho Chesterton en un admirable retrato contracorriente (republicado recientemente en Lindau) es exactamente lo contrario de un soñador, “un hombre de acción” que no puede por cierto convertirse en “un protagonista de historias graciosas”.
    
 
  - Ecologista, pacifista, contestatario, … ¿Cuántas máscaras le han sido puestas en estos años a San Francisco?
- Desgraciadamente la cultura moderna continúa presentando su figura según las modas del momento: he ahí el porqué nos lo encontramos como hippie, contestatario, ecologista… Es una tendencia que aunque sea de forma leve se propaga incluso entre los hermanos franciscanos de hoy. Muchos otros libros continúan ofreciendo a los hombres de hoy un Francisco sin Dios o un Dios en tono menor.

- ¿En qué sentido?  
- En el libro "Nuestro hermano de Asís" he querido profundizar en la interioridad de Francisco, para hacer resaltar su amistad con Dios. Porque sin el Dios vivo y verdadero, no se puede comprender el misterio de Francisco y el Santo puede ser catalogado solamente como un psicópata. Uno que declara su amor a la Dama Pobreza, que respeta las piedras y los gusanos, que es amigo de lobos y leprosos, que se presenta a predicar en ropa interior y que busca la voluntad de Dios dando vueltas sobre sí mismo como una peonza, nos lleva pensar solamente en una persona desequilibrada. Sin Dios, San Francisco puede asemejarse solamente a una marioneta bellísima, capaz de prodigiosas acrobacias. Por el contrario, es Dios el que hace sólida e integra su personalidad. Es Dios el convierte en sublime lo que parece ridículo.
                                                   
- Usted ha criticado también la filmografía sobre el Santo.  
- Tomemos el film de Zeffirelli. Es un bello retrato “periférico” de Francisco. No nos ofrece la explicación del misterio de su alma. Todo aparece como un mundo mágico en el cual sólo un masoquista químicamente puro puede cumplir aquello que Francisco repite en aquella escena: someterse a una vida errante ofreciendo un rostro feliz en vez de un rostro avinagrado, usando la dulzura en vez de la aspereza, encontrar alegría en la pobreza … Todo esto presupone un largo caminar en el dolor y en la esperanza, en la práctica el paso transformador de Dios en la vida de un hombre. Y esto no se ve en el film.
   
- El Papa en una de las numerosas intervenciones sobre el Santo de Asís (recogidas ahora en el volumen Benedicto XVI y San Francisco bajo la dirección de Gianfranco Grieco por la Librería Editorial Vaticana) ha hablado del Francisco anterior a su conversión como de una especie de “play boy”. ¿Es también un ejemplo a proponer a los jóvenes de hoy?
- Es difícil hoy hacer comprender a un joven que la castidad es un valor, porque vivimos en una sociedad completamente erotizada. Se puede comenzar a comprender el valor de la castidad solamente en el momento en que un joven se deja seducir profundamente por Jesucristo.

- El próximo 27 de Octubre será la vigésimoquinta edición del Encuentro interrreligioso de Asís querido por Juan Pablo II. ¿Será también la ocasión para redescubrir el mensaje de paz de Francisco, con demasiada frecuencia acaparado por los pacifistas?
- La Paz promovida por Francisco tiene una única raíz: Dios. Y esto explica también la fraternidad cósmica: la paz se refiere a todas las creaturas porque todas provienen de Dios. Pero ciertamente no se puede decir que los animales valen más que un embrión humano.
                                                                                                                                 
- Piensas en San Francisco y rápidamente te viene a la mente una figura gozosa. Pero, ¿cuál es el secreto de un hombre que fue al encuentro de la muerte
cantando?

- La felicidad de San Francisco brotaba del hecho de que su corazón rebosaba de la presencia vibrante y amorosa de Dios. El creía firmemente que la muerte no nos cierra las puertas de la vida, sino que por el contrario nos abre las de la vida eterna. De ahí nacen los egoísmos neuróticos, las luchas y tendencias a echarse a la calle.
  
 
 - Usted ha escrito que uno de los más grandes engaños de nuestra sociedad es hacernos creer que se puede ser completamente felices. Frecuentemente se oculta que el mismo San Francisco afrontó penas y tribulaciones incluso en su cuerpo.
- Es una verdadera utopía moderna aquella que nos quiere siempre felices. Hay que contar con el sufrimiento que está siempre al acecho. La diferencia está en sufrir con la angustia o sufrir con la paz. En el primer caso, es ciertamente una desgracia. Pero la esperanza de Francisco sugiere que cuando tienes la paz dentro puedes soportar todo sufrimiento. Y esto sucede a aquellos que tienen al Dios vivo en su corazón.

- Con tal finalidad usted ha escrito diversos libros sobre la oración y ha fundado verdaderos y auténticos laboratorios en todo el mundo. ¿Qué sugiere a aquellos que no consiguen ver los frutos de las propias oraciones?
- El problema no está en el fracaso o el éxito, sino en dejar los resultados en las manos de Dios y permanecer en paz también en caso de contrariedad. Y el día después volver a combatir. Quien tiene la paz es una persona indestructible, y a pesar de los muchos e imprevistos fracasos, al final será siempre un vencedor.

Traducido por José Martín Alonso


http://www.religionenlibertad.com/ignacio-larranaga-sin-dios-san-francisco-de-asis-es-una-marioneta-18176.htm Recuerado 2 Marzo 2017
 

miércoles, 1 de marzo de 2017

La "asfixia sofocante" del hombre por sus egoísmos

El Papa denuncia en Miércoles de Ceniza la "asfixia sofocante" del hombre por sus egoísmos


VATICANO, 01 Mar. 17 / 12:16 pm (ACI).- El Papa Francisco dio inicio a la cuaresma invitando a dejar de lado los egoísmos, las ambiciones y la indiferencia hacia el prójimo y buscar el bien.
El Santo Padre celebró eñ Miércoles de Ceniza en la Iglesia de San Anselmo en el Aventino. Después de un momento de oración, procesionó hasta la Basílica de Santa Sabina, donde tuvo lugar la Eucaristía con el rito de la bendición y de la imposición de las cenizas.
Francisco afirmó que “la Cuaresma es una vía: nos conduce a la victoria de la misericordia sobre todo aquello que busca aplastarnos o reducirnos a cualquier cosa que no sea según la dignidad de hijos de Dios”.
“Es el camino de la esclavitud a la libertad, del sufrimiento a la alegría, de la muerte a la vida”.
                   
El Papa explicó que la imposición de las cenizas “nos recuerda nuestra condición original: hemos sido hechos de la tierra, hemos sido hechos de polvo. Pero polvo en las manos amorosas de Dios que sopló su espíritu de vida en cada uno de nosotros y quiere continuar haciéndolo”.
“Quiere continuar dándonos aquél soplo de vida que nos salva de otros tipos de soplos: la asfixia sofocante provocada por nuestros egoísmos, la asfixia sofocante generada por mezquinas ambiciones y silenciosas indiferencias; asfixias que sofocan el espíritu, restringen el horizonte y anestesian el pálpito del corazón”.
“Vivir la Cuaresma –continuó- es anhelar este soplo de vida que nuestro Padre no cesa de ofrecernos en el barro de nuestra historia”.
El Papa explicó que el soplo de Dios “nos libera de esta asfixia de la que tantas veces somos conscientes y que, incluso, nos hemos acostumbrado a ‘normalizar’, aunque sus efectos se hagan notar; nos parece normal porque nos hemos habituado a respirar un aire en el que se ha enrarecido la esperanza, aire de tristeza y de resignación, aire sofocante de pánico y de hostilidad”.

“La Cuaresma es para decir no a la asfixia del espíritu por la contaminación causada por la indiferencia, por pensar que la vida del otro no tiene que ver conmigo; por cada tentativa de banalizar la vida, especialmente la de aquellos que llevan en la propia carne el peso de tanta superficialidad”.
Por último, Francisco invitó a preguntarse qué hubiera sido de cada uno sin la misericordia de Dios y sin la ayuda de “tantos rostros silenciosos que, de miles de maneras, nos han tendido la mano y con acciones concretas nos han dado de nuevo esperanza y ayudado a comenzar”.
“La Cuaresma es el tiempo de volver a respirar, es el tiempo de abrir el corazón al soplo de Único capaz de transformar nuestro polvo en humanidad”.
“No es el tiempo de rasgar las vestiduras ante el mal que nos rodea sino de abrir espacio en nuestra vida para todo el bien que podemos generar, despojándonos de aquello que nos aísla, encierra y paraliza”, terminó.

Alvaro de Juana 2017 https://www.aciprensa.com/noticias/papa-denuncia-en-miercoles-de-ceniza-la-asfixia-sofocante-del-hombre-por-sus-egoismos-64597 Recuperado 1 Marzo de 2017.

 

Miercoles de Ceniza Inicio de Cuaresma


La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.
La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.
Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son:
- "Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás"
- "Conviértete y cree en el Evangelio".

Origen de la costumbre

Antiguamente, los judíos acostumbraban a cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.
En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.  
En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.
Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos del año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.
También fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.
La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.
Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. La ceniza se le impone a los niños y a los adultos.

Significado del carnaval al inicio de la Cuaresma

La palabra carnaval significa adiós a la carne y su origen se remonta a los tiempos antiguos en los que por falta de métodos de refrigeración adecuados, los cristianos tenían la necesidad de acabar, antes de que empezara la Cuaresma, con todos los productos que no se podían consumir durante ese período (no sólo carne, sino también leche, huevo, etc.)
Con este pretexto, en muchas localidades se organizaban el martes anterior al miércoles de ceniza, fiestas populares llamadas carnavales en los que se consumían todos los productos que se podrían echar a perder durante la cuaresma.
Muy pronto empezó a degenerar el sentido del carnaval, convirtiéndose en un pretexto para organizar grandes comilonas y para realizar también todos los actos de los cuales se "arrepentirían" durante la cuaresma, enmarcados por una serie de festejos y desfiles en los que se exaltan los placeres de la carne de forma exagerada, tal como sigue sucediendo en la actualidad en los carnavales de algunas ciudades, como en Río de Janeiro, Brasil o Nueva Orleans, Estados Unidos.

El ayuno y la abstinencia  

El miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.

La oración

La oración en este tiempo es importante, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios para poder cambiar lo que necesitemos cambiar de nuestro interior. Necesitamos convertirnos, abandonando el pecado que nos aleja de Dios. Cambiar nuestra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida. Sólo en la oración encontraremos el amor de Dios y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad.
Para que nuestra oración tenga frutos, debemos evitar lo siguiente:
La hipocresía: Jesús no quiere que oremos para que los demás nos vean llamando la atención con nuestra actitud exterior. Lo que importa es nuestra actitud interior.
La disipación: Esto quiere decir que hay que evitar las distracciones lo más posible. Preparar nuestra oración, el tiempo y el lugar donde se va a llevar a cabo para podernos poner en presencia de Dios.
La multitud de palabras: Esto quiere decir que no se trata de hablar mucho o repetir oraciones de memoria sino de escuchar a Dios. La oración es conformarnos con Él, nuestros deseos, nuestras intenciones y nuestras necesidades. Por eso no necesitamos decirle muchas cosas. La sinceridad que usemos debe salir de lo profundo de nuestro corazón porque a Dios no se le puede engañar.

El sacrificio

Al hacer sacrificios, debemos hacerlos con alegría, ya que es por amor a Dios. Si no lo hacemos así, causaremos lástima y compasión y perderemos la recompensa de la felicidad eterna. Dios es el que ve nuestro sacrificio desde el cielo y es el que nos va a recompensar. Cuando ayunéis no aparezcáis tristes, como los hipócritas que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan, en verdad os digo, ya recibieron su recompensa. Tú cuando ayunes, úngete la cabeza y lava tu cara para que no vean los hombres que ayunas, sino tu Padre que está en lo secreto: y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará. " (Mt 6,6)"
El sacrificio, es preciso dulcificarlo con un amor grande a Dios. El dolor nos engrandece cuando sabemos sobrellevarlo. La Virgen María en su vida tuvo que llevar a cabo muchos sacrificios y lo hizo con mucha alegría y amor a Dios.

Palabras de Juan Pablo II sobre el miércoles de ceniza (pronunciadas el 16-2-1983)

El miércoles de ceniza se abre una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la preparación del misterio pascual, o sea, el recuerdo de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.
Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: "matanoeiete", es decir "Convertíos". Este imperativo es propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, con las palabras "Convertíos y creed en el Evangelio" y con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.  
La sugestiva ceremonia de la Ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia. La conversión no es, en efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.
Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo. 

http://webcatolicodejavier.org/ceniza.html Recuperado 1 Marzo de 2017.