jueves, 12 de abril de 2018

Tres defectos que hacen inútiles gran parte de las confesiones

Queridos hermanos, deseo hablarles de tres defectos que hacen que la mayor parte de las confesiones sean inútiles, por no decir sacrílegas; una la falta de luz de en el examen de conciencia, es decir la ceguera en cuantos a nuestros pecados; segundo, la falta de sinceridad en manifestarlos, y por último, una verdadera falta de dolor de contrición, de sincero arrepentimiento.

Falta de luz en el examen de conciencia
El principal inconveniente que tiene el hombre es la falta de conocimiento de uno mismo, lo que supone un gran obstáculo para la confesión; y la razón de ello es que no nos examinamos con la suficiente madurez y tiempo debido; que cuando nos examinamos lo hacemos mayormente de nuestras preocupaciones personales, y que rara vez nos examinamos de  nuestras obligaciones.
El examen de nuestros actos debería ser constante. Nuestra vida debería ser un examen y una censura continua y secreta de nuestras acciones, deseos y pensamientos. Pero es la inconstancia lo que predomina en nosotros, los deseos desordenados se nos acumulan en nuestro corazón, así como, envidias, temores, esperanzas, alegrías, pesares, odios y amores, y de esta forma todas estas pasiones convierten en  nuestro corazón en un abismo difícil de sondear y del que nunca vemos más que la superficie.
Es sumamente necesario una continua vigilancia sobre todas muestras acciones para poder disponernos a hacer una verdadera confesión. Esta continua vigilancia es la que nos dispone adecuadamente para una buena confesión. Es necesario acostumbrarse a tomar en cuenta de forma
continuada nuestras acciones, a entrar en juicio con nuestro corazón en esos momentos de tranquilidad y silencio del día, que son los más apropiados para ello. Qué importante es el examen diario, al final de la jornada, presentar en nuestras manos nuestra alma al Señor, pensar en su presencia, el uso que hemos hecho del día que ha pasado. Así, con estos exámenes diarios de nuestra conciencia nos vamos familiarizando, por decirlo así, con nosotros mismos, y nos disponemos para llevar al confesionario un corazón probado y unos pecados mil veces examinados.
No basta el breve examen de conciencia que muchos hacen antes de la confesión. Si somos sinceros aceptaremos la realidad,  que para muchos su vida es una  vida llena de continuos olvidos de uno mismo, de placeres y cuidados personales; un continuo huir de uno mismo, de evitar reflexionar sobre la propia vida y estado. Nunca la luz iluminará su corazón para conocer su verdadera realidad. He aquí el primer gran defecto de las confesiones, no emplear el debido y necesario tiempo para un correcto examen; únicamente el breve tiempo anterior a la confesión. Cada día debería ser un examen que nos dispusiera a ella.
La realidad es que el examen de conciencia suele hacerse más bien según las preocupaciones de nuestro amor propio. Nos examinamos de nuestras propias preocupaciones. ¿Qué es examinarse? Es poner a un lado los mandatos de Dios, y en el otro la parte de  nuestra vida que no los ha seguido; ver en cada una de nuestras acciones lo que el Evangelio manda, permite o prohíbe, y compararlas con nuestras acciones. Pero la realidad es que en el examen de conciencia se sustituyen estas santas reglas por las preocupaciones del amor propio.
Junto con lo anterior, otra causa que hace inútil la confesión, es que muchos  no hacen  examen de conciencia según sus obligaciones. Pocos hacen el examen con las luces de la fe y con las reglas del Evangelio; cada uno presenta en las confesiones sus preocupaciones, en vez de presentar sus pecados. Es necesario confesarse de los defectos en el cumplimiento de las obligaciones personales, de padre de familia, de persona pública, etc. Muchos no conocen en sí mismo más que sus defectos personales.
Cuántos  son los que viven en aquel género de vida  que condena Jesucristo en los Santos Evangelios, y luego no tienen casi nada que decir en la confesión; les cuesta trabajo acusarse de algo pecaminoso, y reducen la confesión de un largo periodo de su vida a unos solos instante, los que se emplean para acusarse de los pecados o faltas cometidos en un día. Más un alma justa confiesa, con la amargura de su corazón, lo que son  algunas leves imperfecciones, y aún en sus virtudes encuentra materia de acusación y penitencia, y parece que nunca acaba de referir sus flaquezas. ¿De dónde proviene esta diferencia entre ambos penitentes? De que uno vela continuamente en la guarda de su corazón, y el otro no se examina hasta el momento  de ir a confesarse. El uno se juzga a la luz de la fe, y el otro con las preocupaciones de su amor propio. El uno conoce todas sus obligaciones y las reflexiona; el otro no se examina más que acerca de algunas obligaciones más palpables y conocidas, de las que ignora su extensión y consecuencias.

Falta de sinceridad en manifestar los pecados
Es una gran verdad el que para muchos su vida con un verdadero disfraz y que nunca son como se manifiestan. Les cuesta mucho confesarse culpables. Para muchos la confesión les hace sentir descubiertos en la farsa de su vida y sienten que su falsa y vana imagen se desfigura. El disimulo lo llevan a la misma confesión. Son los que no caminan a Dios por el camino derecho, y que no llegan a la penitencia con la rectitud y sencillez de corazón que cura y sana la herida descubriéndola, poniéndola de manifiesto.
El primer defecto de sinceridad consiste en no usar de expresiones claras. Mezclan la información del pecado con la propia soberbia, no manifiestan del todo su conciencia; pecan de falta de rectitud y de sinceridad. No usan expresiones claras, callan los motivos y principios por los que pecaron. Habría que recordarles a tales penitentes que vienen al tribunal de Jesucristo que los conoce muy bien, que es el invisible testigo
de todas sus acciones y vida secreta; que lee el corazón como un libro abierto lo más vergonzoso que se oculta en él.
Un segundo defecto de sinceridad consiste en no declarar los motivos y los principios de las acciones realizadas. Se dicen las acciones pero no sus motivos; se refieren los pecados, pero no se manifiesta la consecuencia. Hay que considerar todo lo que hacemos según el motivo por lo que lo hacemos, y pesar nuestras  acciones dentro de nuestro corazón. El corazón es el que decide todo en el hombre; pero este corazón es el que nunca descubren algunos en la confesión.
Ocurre que estos penitentes se confiesan, por ejemplo, de haber hablado mal del prójimo, pero no dicen que la razón ha sido la envidia que sienten hacia él; se confiesan de los enfados con tal persona, pero nada dicen de las propias aficiones frívolas y pecaminosas que son la casusa del enfado. En fin, no cuentan los secretos combates que pasan entre la flaqueza de la carne y el corazón. Suele ocurrir en estos casos, con estos penitentes, que la mayoría de las veces es el confesor quien tiene que adivinar el estado del alma del penitente.
Un último defecto de la falta de sinceridad está en las acciones dudosas, que siempre se exponen a favor del penitente. Lo que ocurre, verdaderamente, es que no  quieren romper definitivamente con las pasiones personales, y a su vez quieren tener la conciencia tranquila: En este estado de infidelidad lo que se busca es una sentencia a su propio favor y para ello se exponen los hecho de tal forma que el confesor no los condene. Se falta a la sinceridad en las expresiones que usan, porque las mitigan; en los motivos, porque no los dicen; en las dudas, porque se exponen a su propio favor. Siempre se manifiestan con una falsa apariencia, ocultando la propia realidad de la persona y manifestando lo que querrían ser; manifiestan una conciencia que en realidad es falsa. De esta forma, es imposible que sientan el alivio que siente el alma compungida de verdad, la paz del alma, la serenidad de  conciencia, que en definitiva son los  frutos de la confesión sincera y perfecta.

Falta de dolor de un verdadero arrepentimiento
El dolor es el alma y la verdad de la confesión. Lo comentado anteriormente, siendo  importante, no son más que disposiciones exteriores de la penitencia. El dolor de contrición es un movimiento de la gracia de Dios y no de la naturaleza. Es necesario que surja en el penitente una verdadera detestación del pecado, un verdadero dolor interior fruto de la acción del Espíritu que ilumina al penitente  con la luz de la fe para que descubra en su pecado la ofensa cometida  a Dios y las desgracias que se derivan del pecado. A su vez, este dolor ha de ser principio de un nuevo y sincero amor que haga aborrecer la culpa.
La mayor parte de los penitentes  van a la confesión con la turbación de su amor propio en el que no tiene parte el Espíritu Santo. Sienten más bien la turbación y preocupación de confesar de sus pecados, más que dolor por la ofensa a Dios. Confunden su soberbia con su arrepentimiento; el malestar que sienten de confesarse con el sincero arrepentimiento que es necesario para ello; confunden la inconveniencia de confesarse con el dolor de sus pecados. Se hallan soberbios y confusos y creen estar motivados y penitentes.
El verdadero dolor de los pecados supone una sincera resolución de acabar con los desórdenes que llevan a pecar, y empezar una vida santa e irreprensible.
La pregunta del Jesucristo a los enfermos: ¿Quieres sanar? nos puede parecer inútil, pues es lo que desea el enfermo. Más no todos quieren sanar de la enfermedad de su alma. Cuando el penitente se dirige a la confesión ha de darse testimonio a sí mismo de que real y verdaderamente desea sanar; esto es, que quiere renunciar a sus pasiones y seguir el camino de piedad. La conciencia no puede engañarse a sí misma, y conoce muy bien si el propósito de una nueva vida es verdadero; los preludios de una conversión y de una sincera renovación de costumbres tienen unas propias manifestaciones que no dejan lugar a dudas.
Queridos hermanos, estas son los principios más comunes que hacen inútil el sacramento de la penitencia. Nos falta luz en el examen de conciencia, sinceridad en manifestar los pecados y dolor en el arrepentimiento. Entremos dentro de nosotros mismos, acordémonos delante de Dios que toda nuestra vida y de la historia secreta de nuestra conciencia. Repasemos  el número de confesiones realizadas, muchas repetidas y muchas inútiles. Las pasiones de hoy en el alma son llagas de la infancia que han envejecido con uno mismo. Hoy muchos son tan sensuales, soberbios y disolutos como en el principio de su vida. Nada han cambiado, ni sus reiteradas confesiones lo han conseguido; eran confesiones inútiles. La vida los ha llevado de un lado para otro, pero su vergonzosa pasión les ha seguido a donde han ido.
¿Terminaremos diciendo?: Mi vida  es un continuo pecado, distinto sólo por los distintos estados y circunstancias. Dios no lo quiera. Sabemos qué hacer para evitarlo. 

Ave María Purísima.

Padre Juan Manuel Rodríguez de la Rosa.

martes, 10 de abril de 2018

Nuestros hijos...

Si no enseñamos a nuestros hijos a seguir a Cristo, el mundo le enseñará a no hacerlo.

Ana Isabel (Google+)

El papa Francisco llama a la santidad en su nueva exhortación apostólica..‘Gaudete et exsultate’


“Mi humilde objetivo es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades. Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió ‘para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor’”. Esta son las palabras del papa Francisco en su nueva exhortación apostólica.
Según publicó este lunes Aciprensa.com, “Gaudete et exsultate, sobre el llamado a la santidad en el mundo actual” es la tercera exhortación apostólica del papa Francisco –después de Evangelii gaudium y de Amoris laetitia– durante su pontificado, en el que acaba de cumplir su quinto aniversario.

El papa explica que el documento no es "un tratado sobre la santidad", sino un llamamiento a la misma. Se trata también, según indicó Aciprensa.com, de la primera vez que el papa escribe tuteando al lector.

La clase media de la santidad

El papa Francisco en la misa del segundo domingo de Pascua, en el Vaticano. (Crédito: ALBERTO PIZZOLI/AFP/Getty Images)
En los cinco capítulos que proponen este llamado a la santidad, el papa expresa su gusto por ver "la santidad en el pueblo de Dios paciente: en esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. La santidad ‘de la puerta de al lado’; ‘la clase media de la santidad’”.
Para Francisco, la santidad implica la relación con el prójimo, con los vecinos: “No es sano amar el silencio y rehuir el encuentro con el otro, desear el descanso y rechazar la actividad, buscar la oración y menospreciar el servicio”.

Además, Aciprensa destaca cómo el papa, consciente de las dudas que pueden surgir en torno a esa "santidad", se pregunta "cómo se hace para llegar a ser un buen cristiano" y se responde: “La respuesta es sencilla: es necesario hacer, cada uno a su modo, lo que dice Jesús en el Sermón de las Bienaventuranzas”.

Ideologías

En su exhortación, el papa alerta sobre las veces en las que "las ideologías nos llevan a errores nocivos". Uno de esos errores es, según destaca Aciprensa, que los cristianos "separan estas exigencias del Evangelio de su relación personal con el Señor, de la unión interior con él, de la gracia”.
Y, también, el pontífice considera que es "nocivo e ideológico" que haya quien sospeche “del compromiso social de los demás, considerándolo algo superficial, mundano, secularista, inmanentista, comunista, populista”.

Las miserias

El papa se muestra crítico con la actitud de quienes defienden el derecho a la vida pero, a la vez, no hacen nada por aquellos que sufren penurias. “La defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada. Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria”, señala el pontífice.
Otro punto importante del discurso de Francisco es el que tiene que ver con los refugiados, tema sobre el que se ha pronunciado con anterioridad. En este punto, el papa recuerda la situación de penuria en la que viven muchos inmigrantes y asegura que "no se trata de un invento de un papa o de un delirio pasajero".
Es por esto que el papa critica el "consumismo hedonista" pues, a su parecer, "puede jugarnos una mala pasada". En este punto también hace referencia a los medios de comunicación y las redes sociales: "También el consumo de información superficial y las formas de comunicación rápida y virtual pueden ser un factor de atontamiento que se lleva todo nuestro tiempo y nos aleja de la carne sufriente de los hermanos", afirma.

Las manifestaciones del amor

Para el papa Francisco existen cinco "grandes manifestaciones del amor a Dios y al prójimo" que están en riesgo por "los límites de la cultura de hoy",
Esas cinco manifestaciones son: aguante, paciencia y mansedumbre; alegría y sentido del humor; audacia y fervor en comunidad; oración constante.
Estas cinco cualidades las pone en contraposición a la sociedad contemporánea en la que priman “la ansiedad nerviosa y violenta que nos dispersa y nos debilita; la negatividad y la tristeza; la acedia cómoda, consumista y egoísta; el individualismo, y tantas formas de falsa espiritualidad sin encuentro con Dios que reinan en el mercado religioso actual”.

La lucha contra el diablo

Para concluir el llamado, el papa termina con un capítulo dedicado al combate, la vigilancia y el discernimiento. Para el pontífice, "la vida cristiana es un combate permanente" en el que se requieren "fuerza y valentía para resistir las tentaciones del diablo y anunciar el Evangelio. Esta lucha es muy bella, porque nos permite celebrar cada vez que el Señor vence en nuestra vida".
Pero, ¿qué es el diablo? Francisco habla de la "lucha constante contra el diablo" y recuerda que no se trata de "un mito, una representación, un símbolo, una figura o una idea” porque “ese engaño nos lleva a bajar los brazos, a descuidarnos y a quedar más expuestos".
“Él no necesita poseernos. Nos envenena con el odio, con la tristeza, con la envidia, con los vicios. Y así, mientras nosotros bajamos la guardia, él aprovecha para destruir nuestra vida, nuestras familias y nuestras comunidades”, escribe en referencia al diablo.
Entonces, ¿cómo luchar contra ello? El papa asegura que para dicho "combate" los cristianos "tenemos las armas poderosas que el Señor nos da: la fe que se expresa en la oración, la meditación de la Palabra de Dios, la celebración de la Misa, la adoración eucarística, la reconciliación sacramental, las obras de caridad, la vida comunitaria, el empeño misionero”.

http://cnnespanol.cnn.com/2018/04/09/el-papa-francisco-llama-a-la-santidad-en-su-nueva-exhortacion-apostolica/#0

lunes, 9 de abril de 2018

Antony de Mello sus frases más recordadas.

Muchas de las frases de Anthony de Mello no se pueden enmarcar en una creencia específica. Se nutrió de los elementos de las religiones orientales y los actualizó con un mensaje católico y a la vez social. Aunque su forma de pensar resultaba polémica para algunos, lo cierto es que son millones de personas en el mundo las que se han beneficiado de sus enseñanzas.

Esta es, sin duda, una de las frases de Anthony de Mello más citadas y recordadas: “La felicidad no puede depender de los acontecimientos. Es tu reacción ante los acontecimientos lo que te hace sufrir”.
Como vemos, hay una fuerte influencia de las filosofías orientales en esta afirmación. Nos recuerda que las realidades no son el origen a la felicidad o el sufrimiento. Esto depende solo del mundo interno. Por lo tanto, lo esencial es la respuesta a los acontecimientos, no los acontecimientos mismos.

-Los demás son un espejo

Otras de las frases de Anthony de Mello dice lo siguiente: “Ves las personas y las cosas no como son, sino como tú eres”. En ella, nuevamente se reitera que todo depende de la forma de percepción de cada persona, de cómo construye su mundo.
Esa frase nos recuerda algo sobre lo que también habla el psicoanálisis: los mecanismo de proyección. Es nuestra mirada la que le da forma a lo que vemos.

-Esto es la iluminación

La iluminación es uno de los conceptos que se repite una y otra vez en las frases de Anthony de Mello. Le da un significado similar al del budismo. Se trata de un despertar de la conciencia profunda que permite entrar en contacto con la realidad de una manera más genuina.
Al respecto dice Tony de Mello: “La iluminación es: cooperación absoluta con lo inevitable”. Es una bella manera de expresar que la lucidez proviene de aceptar las cosas tal y como son. De hecho, no solo hay que aceptarlo, sino “cooperar” con ello. Esto es, dejar que sea y sumarnos a su dinámica.

-El contacto con la naturaleza

La siguiente frase es una reflexión sobre la vida actual en las ciudades. En ella, Anthony de Mello señala: “Cuando estás demasiado alejado de la naturaleza, tu espíritu se seca y muere, porque ha sido violentamente separado de sus raíces”.
Resulta muy interesante porque una de las principales fuentes de estrés en las ciudades es precisamente esa falta de contacto con la naturaleza. De ahí que muchas de las terapias contemporáneas se orienten a entrar en contacto con otros seres vivos para sanar.

-Las drogas contemporáneas

Esta es una de las frases de Anthony de Mello que retrata varios de los males contemporáneos. Dice lo siguiente: “La aprobación, el éxito, la alabanza, la valoración, son las drogas con las que nos ha hecho drogadictos la sociedad, y al no tenerlas siempre, el sufrimiento es terrible”.

-La oracion
-Si tu oración permanece durante demasiado tiempo en la cabeza y no pasa al corazón, se tornará árida y se convertirá en algo tedioso y desalentador.


A continuacion alguna de sus mas célebres frases heredadas a nosotros los los hombres de todos los tiempos.
-Ves las personas y las cosas no como son, sino como tú eres.

-La sabiduría tiende a crecer en proporción a la conciencia de la propia ignorancia.

-La felicidad no puede depender de los acontecimientos. Es tu reacción ante los acontecimientos lo que te hace sufrir.

-Vivir libremente, siendo dueño de uno mismo, es no dejarse llevar ni por persona ni situación alguna.

-Hay dos formas de lavar platos: una es lavarlos para limpiarlos, la otra es lavarlos para lavarlos.

-La gran tragedia de la vida no está en cuánto sufrimos, sino en cuánto perdemos. Los seres humanos nacen durmiendo, viven durmiendo y mueren durmiendo.

-La gente que quiere una cura, siempre que sea sin dolor, son como los que están a favor del progreso, siempre que sea sin cambio.

-El amor perfecto se moldea fuera del miedo. Donde hay amor, no hay demandas, no hay expectativas, no hay dependencia. Yo no demando que me hagas feliz; mi infelicidad no reside en ti. Si me dejases, no sentiría pena de mi mismo; disfruto enormemente de tu compañía, pero no me aferro a ella.

-Cuando ves que no eres tan sabio hoy como pensabas ayer, eres más sabio hoy.

-El que quiere ser constante en la felicidad debe cambiar frecuentemente.

-La iluminación es: cooperación absoluta con lo inevitable.

-El pensamiento es una pantalla, no un espejo: por eso vives en un sobre de pensamiento, al margen de la realidad.

-Estas cosas van a destruir la raza humana: política sin principios, progreso sin compasión, riqueza sin trabajo, aprendizaje sin silencio, religión sin temeridad y culto sin conciencia.

-No tengo miedo de perderte, porque no eres un objeto de mi propiedad o de alguien más. Te amo como eres; sin apego, sin miedos, sin condiciones, sin egoísmo, sin intentar absorberte. Te amo libremente porque amo tu libertad, al igual que la mía.

-Solo hay una causa de infelicidad: las falsas creencias que tienes en tu cabeza, creencias tan extendidas que no se te ocurren cuestionar.

-No pidas al mundo cambiar, cambia tú primero.

-Si me encuentras encantador, significa que justo ahora estas de buen humor, nada más.

-Si lo que decías era verdad, ¿dónde estaba la necesidad de gritar?

-Tenéis que entender que la distancia más corta entre la verdad y un ser humano es una historia.

-La gente asume erróneamente que su pensamiento se crean por sus cabezas; de hecho se forman por su corazón, el cual dicta primero la conclusión, luego la cabeza provee el razonamiento que lo defenderá.

-Cuando eres culpable, no odias a tus pecados, sino a ti mismo.

-El mayor aprendizaje de la edad reside en aceptar la vida exactamente como nos llega.

-El día en que cambies, cambiarán todas las personas para ti, y cambiará tu presente. Entonces vivirás en un mundo de amor.

-El pensamiento puede organizar el mundo tan bien que ya no eres capaz de verlo.

-No es caer lo que te hace hundirte, es permanecer ahí.

-No hables hasta que no puedas mejorar el silencio.

-Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, no como sacrificio, ni como esfuerzo, sino por iluminación. 

-Desearía convertirme en un maestro de la verdad.

-Cuando te libras de tu miedo de fracasar, de tus tensiones de triunfar, puedes ser tú mismo. 

-En cualquier momento que estés con alguien o pensando en alguien, debes decirte a ti mismo: estoy muriendo y esta persona también esta muriendo, intentando experimentar la verdad de las palabras que dices. Si todo el mundo esta de acuerdo en practicar esto, la amargura se extinguirá, surgirá la armonía.

-Los pecadores dicen a menudo la verdad. Y los santos han guiado a la gente por el mal camino. Examina lo que se dice, no el que lo dice.

-Si tienes problemas es que estás dormido. La vida no es problemática. Es el yo (la mente humana) el que crea los problemas. 

-La mayoría de personas han sufrido tal lavado de cerebro que ni siquiera se dan cuenta de lo infelices que son: como el hombre que sueña y no tiene ni idea de qué esta soñando.

-No hay un solo momento en tu vida en el que no tengas cuanto necesitas para ser feliz. La razón por la que eres infeliz es porque no dejas de pensar en lo que no tienes, en lugar de pensar más bien en lo que tienes en este momento. 

-Tú eres feliz aquí y ahora; pero no lo sabes, porque tus falsas creencias y tu manera deformada de percibir las cosas te han llenado de miedos, de preocupaciones, de ataduras, de conflictos, de culpabilidades y una serie de juegos que has ido programando.

-Si observas de qué modo estás hecho y cómo funcionas, descubrirás que hay en tu mente un programa, toda una serie de presupuestos acerca de cómo debe ser el mundo, cómo debes ser tú mismo y qué es lo que debes desear.

-Todo cuanto tienes que hacer es abrir los ojos y ver que, de hecho, no necesitas en absoluto eso a lo que estás tan apegado.

-El responsable de tus enfados eres tú, pues aunque el otro haya provocado el conflicto, el apego y no el conflicto es lo que te hace sufrir

-El miedo sólo se te quita buscando el origen del miedo. El que se porta bien a base de miedo es que lo ha domesticado, pero no ha cambiado el origen de sus problemas: está dormido.

-Cuando estás demasiado alejado de la naturaleza, tu espíritu se seca y muere, porque ha sido violentamente separado de sus raíces.

-El establecimiento de relaciones es sólo posible entre personas conscientes. Las personas inconscientes no pueden compartir amor. 

-Debes descubrir qué es aquello que haces, no por la utilidad que te reporta, sino porque quieres hacerlo.

-La pregunta más importante del mundo, base de todo acto maduro, es: ¿Yo quién soy? Porque, sin conocerte, no puedes conocer ni a Dios. Conocerte a ti mismo es fundamental. 

-Si tu oración permanece durante demasiado tiempo en la cabeza y no pasa al corazón, se tornará árida y se convertirá en algo tedioso y desalentador.

-Debes aprender a salir del campo del pensamiento y de la locución y emigrar a los dominios de los sentimientos, de las sensaciones, del amor y de la intuición.

-Sólo hay una necesidad: esa necesidad es amar. Cuando alguien descubre eso, es transformado.

-Lo malo es que la mayoría equipara la felicidad con conseguir el objeto de su apego, y no quiere saber que la felicidad está precisamente en la ausencia de los apegos, y en no estar sometido al poder de ninguna persona o cosa. 

-Toda la brillantez de la salida del sol vista desde la montaña, se encierra en un ejercicio tan monótono como es tener en cuenta durante horas y días sin fin las sensaciones de tu cuerpo.

-El egoísmo es exigir que el otro haga lo que tú quieras. El dejar que cada uno haga lo que quiera es amor. En el amor no puede haber exigencias ni chantajes.

-Sólo en la libertad se ama. Cuando amas la vida, la realidad, con todas tus fuerzas, amas mucho más libremente a las personas.

-Experimenta la realidad, ve hasta tus sentidos. Eso te traerá hacia el ahora. Eso te traerá a la experiencia. Es en el ahora donde se encuentra a Dios. 

-Es el miedo el que nos hace desear agarrar con las manos la felicidad, y ella no se deja agarrar. Ella es. Esto sólo lo descubrimos observando, bien despiertos, viendo cuándo nos mueven los miedos y cuándo nuestras motivaciones son reales. Si nos aferramos a los deseos, es señal de que hay apego.

-Mira dentro de ti, entiende que existe un generoso reino de felicidad autosuficiente. Tú no lo habías encontrado antes dentro de ti, porque tu atención estaba volcada hacia las cosas en que crees, o hacia tus ilusiones con respecto al mundo.

-El temor al futuro o la esperanza en el futuro es igual, son proyecciones del pasado. Sin proyección no hay futuro, pues no existe lo que no entra en la realidad.



domingo, 8 de abril de 2018

FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA


"La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia" (Diario, 300)
La Fiesta de la Divina Misericordia tiene como fin principal hacer llegar a los corazones de cada persona el siguiente mensaje: 
Dios es Misericordioso y nos ama a todos ... 
"y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia" (Diario, 723). 
En este ensaje, que Nuestro Señor nos ha hecho llegar por medio de Santa Faustina, se nos pide que tengamos plena confianza en la Misericordia de Dios, y que seamos siempre misericordiosos con el prójimo a través de nuestras palabras, acciones y oraciones... 
"porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil" (Diario, 742).
Con el fin de celebrar apropiadamente esta festividad, se recomienda rezar la Coronilla y la Novena a la Divina Misericordia; confesarse -para la cual es indispensable realizar primero un buen examen de conciencia-, y recibir la Santa Comunión el día de la Fiesta de la Divina Misericordia.

La escencia de la devoción

La esencia de la devoción se sintetiza en cinco puntos fundamentales:
1. Debemos confiar en la Misericordia del Señor.
Jesús, por medio de Sor Faustina nos dice: "Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en mi misericordia. Que se acerquen a ese mar de misericordia con gran confianza. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con mi paz divina".

2. La confianza es la esencia, el alma de esta devoción y a la vez la condición para recibir gracias.
"Las gracias de mi misericordia se toman con un solo recipiente y este es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son mi gran consuelo y sobre ellas derramo todos los tesoros de mis gracias. Me alegro de que pidan mucho porque mi deseo es dar mucho, muchísimo. El alma que confía en mi misericordia es la más feliz, porque yo mismo tengo cuidado de ella. Ningún alma que ha invocado mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en mi bondad".

3. La misericordia define nuestra actitud ante cada persona.
"Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia mí. Debes mostrar misericordia siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. Te doy tres formar de ejercer misericordia: la primera es la acción; la segunda, la palabra; y la tercera, la oración. En estas tres formas se encierra la plenitud de la misericordia y es un testimonio indefectible del amor hacia mí. De este modo el alma alaba y adora mi misericordia".

4. La actitud del amor activo hacia el prójimo es otra condición para recibir gracias.
"Si el alma no practica la misericordia de alguna manera no conseguirá mi misericordia en el día del juicio. Oh, si las almas supieran acumular los tesoros eternos, no serían juzgadas, porque la misericordia anticiparía mi juicio".

5. El Señor Jesús desea que sus devotos hagan por lo menos una obra de misericordia
al día.
"Debes saber, hija mía que mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre todo el mundo. Deseo que tu corazón sea la sede de mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre todo el mundo a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede marcharse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas".

La Santa Sede decreta día de la Divina Misericordia

Una propuesta de Santa Faustina Kowalska
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el 23 de mayo del 2000 un decreto en el que se establece, por indicación de Juan Pablo II, la fiesta de la Divina Misericordia, que tendrá lugar el segundo domingo de Pascua. La denominación oficial de este día litúrgico será «segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia».
Ya el Papa lo había anunciado durante la canonización de Sor Faustina Kowalska, el 30 de abril: «En todo el mundo, el segundo domingo de Pascua recibirá el nombre de domingo de la Divina Misericordia. Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al genero humano en los años venideros».
Sin embargo, el Papa no había escrito estas palabras, de modo que no aparecieron en la transcripción oficial de sus discursos de esa canonización.
Santa Faustina, que es conocida como la mensajera de la Divina Misericordia, recibió revelaciones místicas en las que Jesús le mostró su corazón, fuente de misericordia y le expresó su deseo de que se estableciera esta fiesta. El Papa le dedicó una de sus encíclicas a la Divina Misericordia («Dives in misericordia»).
Los apóstoles de la Divina Misericordia están integrados por sacerdotes, religiosos y laicos, unidos por el compromiso de vivir la misericordia en la relación con los hermanos, hacer conocer el misterio de la divina misericordia, e invocar la misericordia de Dios hacia los pecadores. Esta familia espiritual, aprobada en 1996, por la archidiócesis de Cracovia, está presente hoy en 29 países del mundo.
El decreto vaticano aclara que la liturgia del segundo domingo de Pascua y las lecturas del breviario seguirán siendo las que ya contemplaba el misal y el rito romano.

Misericordia (vivir el mensaje)

“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. (Mateo 5,7).
Las prácticas de devoción reveladas por medio de Sor Faustina nos fuerón dadas como “recipientes de misericordia”a través de las cuales el amor de Dios puede derramarse sobre el mundo, pero debemos también mostrar misericordia al prójimo. Poner en práctica la misericordia no es una opción de la devoción  a la Divina Misericordia; !Es un requisito!. Jesús le habla muy fuerte a Santa Faustina sobre esto:"Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia Mí. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte" (Diario, 742).
Nuestro Señor mismo, nos propone tres formas de hacer misericordia y nos lo pide por medio de Santa Faustina: "Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo; la primera es la acción, la segunda es la palabra, y la tercera es la oración. En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacía Mí" (Diario, 742).
Santa Faustina aprendió que cuando practicaba las obras de misericordia, a quien en realidad servía era al mismo Salvador misericordioso “En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de estos más pequeños, que son mis hermanos, lo hicierón conmigo” (Mt 25, 35-40).
La Santa Madre Iglesia nos propone las “Obras Corporales y Espirituales de Misericordia”.

Obras Corporales de Misericordia:
 1-Dar de comer a los hambrientos. 
2-Dar de beber a los sedientos. 
3-Vestir a los desnudos. 
4-Dar asilo a los desamparados. 
5- Visitar a los enfermos. 
6- Consolar a los prisioneros
7-Enterrar a los muertos.

Obras Espirituales de Misericordia:  
1-Amonestar a los pecadores. 
2-Instruir a los ignorantes. 
3- Aconsejar a los que tienen dudas. 
4-Consolar  a los afligidos. 
5- Soportar con paciencia los errores de los demás. 
6-Perdonar las ofensas. 
7- Orar por los vivos y los muertos.

De las mayores obras de misericordia que podemos realizar es la oración por los moribundos. Para Santa Faustina, éste era un aspecto importante de su misión de misericordia.: Jesús le recalcó la importancia: “Reza, cuanto puedas, por los agonizantes, impetra para ellos la confianza en Mi misericordia, porque son ellos los que más necesitan la confianza quienes la tienen muy poca. Has de saber que la gracia de la salvación eterna de algunas almas en el último momento dependió de tu oración” (Diario, 1777).
En particular, Jesús le recomendó a Santa Faustina utilizar la Coronilla para ayudar a los moribundos: "Defenderé como Mi gloria a cada alma que rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón" (Diario, 811).
Junto con la oración para los moribundos, otra gran obra de misericordia es la oración por los difuntos, Jesús animaba a Santa Faustina a recordar a las almas que estan en el purgatorio: "Entra a menudo en el purgatorio, ya que allí te necesitan las almas" (Diario, 1738).
Hagamos nuestras estas palabras de Santa Faustina: "Jesús mío, haz mi corazón semejante a Tu Corazón misericordioso, Jesús, ayúdame a pasar por la vida haciendo el bien a todo el mundo" (Diario, 692), para que cada vez seamos más  los misericordiosos, ya que son muy pocos los que se conduelen del hermano en desgracia y menos aún los que quieren compartir lo que a ellos Dios generosamente les otorga, con los que menos tienen.

http://www.jesusdivinamisericordia.org.mx/JDM.SSO.ES/misericordia.html

sábado, 7 de abril de 2018

La historia del primer católico de Bután que se hizo sacerdote gracias a Madre Teresa

Kinley Tshering se había convertido al catolicismo, a pesar de que en su país Bután no estaba permitido. Pero él sentía el llamado a dar un paso más. Agobiado por la incertidumbre pidió al Señor una señal y ésta llegó cuando Madre Teresa se sentó junto a él en un vuelo hacia Calcuta. Ahí cambió su vida.
Kinley Tshering, único católico converso en el Reino budista de Bután, trabajaba en el año 1986 como representante de una casa india de galletas y bebidas. Según Religión en Libertad, se había convertido al catolicismo en la India, estudiando en una escuela católica en Darjeeling, a los 15 años, en 1974, y luego había profundizado en su fe estudiando con los jesuitas en Bangalore y en Mumbai.
Había recibido los sacramentos en secreto: hasta 1995 no hubo plena libertad religiosa en Bután. “Desde 1974 sentía una inquietud dentro de mí".
"Yo siempre había querido consagrar mi vida a Cristo como sacerdote. Pero mis estudios profesionales, las presiones de la familia y mi estilo de vida no estaban ayudando a que tomara una decisión final”.
En esos momentos, de agobio ante la incertidumbre de la vocación, Kinley rezaba a Dios para que le diera una señal. “Recuerdo decir a Dios: ‘Tienes que darme una señal como esa [dada] a Teresa del Niño Jesús, al ver la nieve en el verano, pero lo suficiente para que yo no lo dude’. Así oré en ese viaje en misa, el domingo, cerca del hotel”.
                 
Madre Teresa y P. Kinley Tshering; Mons. Stephen Lepcha y P. KinleyTshering / Facebook de Kinley Tshering
Fue cuando coincidió con Madre Teresa en un vuelo hacia Calcuta.
“Mi corazón latía con fuerza y yo respiraba con dificultad (…) Ella se llenó de curiosidad cuando le dije que venía de Bután y era católico. Le expliqué que yo era un converso, y en poco tiempo con ella supo la angustia de mi corazón: mi deseo de ser sacerdote, pero todas las tentaciones que tenía. Me tomó la mano y me dijo: ‘Yo no he dicho esto a mucha gente, pero te lo digo a ti: tú tienes una vocación, se generoso con Dios, y él será generoso contigo’”.
“Mis ojos se llenaron de lágrimas y lloré todo el camino hasta Calcuta, lleno de alegría. Le había pedido a Dios un milagro para afirmar mi vocación y el Señor me había enviado un ángel, como [ocurrió] a la Virgen María. No tenía nada más que decir ‘aquí estoy, soy el siervo del Señor, hágase en mí según tu palabra’”.
Pocos meses después Kinley Tshering entró en el noviciado jesuita de Mount Carmel, en Kurseong.
Después de su ordenación sacerdotal, el Padre Kinley viajó a Calcuta para agradecer su ayuda a la Madre Teresa, quien al verle lo primero que le dijo fue: “Durante los últimos diez años he rezado por ti”. El P. Kinley fue el primer sacerdote católico de Bután y actualmente es el superior de los jesuitas de Darjeeling.

https://www.aciprensa.com/noticias/la-historia-del-primer-catolico-de-butan-que-se-hizo-sacerdote-gracias-a-madre-teresa-59097

viernes, 6 de abril de 2018

El mensaje que el Padre Jürgen Daum dejó en su agonía conmueve las redes

La pizarra del P. Jürgen Daum / Foto de la derecha: P. Sebastián Correa
 El P. Jürgen Daum, fundador de "La Opción V" -iniciativa que promueve la castidad entre los jóvenes- escribió en su agonía unas sencillas palabras en la pizarra que usaba para comunicarse. Sus amigos y hermanos de comunidad ahora las atesoran como el último mensaje que quiso dejar.
"Perdónense. Ámense. Gracias por todo. Dios sea bendito", es lo que el sacerdote peruano del Sodalicio de Vida Cristiana escribió pocos días antes de morir tras una larga lucha contra el cáncer.
Cientos de personas compartieron la fotografía de la pequeña pizarra del P. Jürgen en las redes sociales.
Un hermano de comunidad del sacerdote explicó a ACI Prensa que en la última etapa de su enfermedad, el Padre Jürgen no podía hablar y solo se comunicaba a través de esa pizarra.
Hace unos días dejó una palabra a medias en la pizarra y cuando la persona que lo atendía se dispuso a limpiarla, el sacerdote con un gesto pidió que se la entreguen. "Fue así que escribió ese mensaje final y decidimos no borrarlo", explicó la fuente a ACI Prensa.
Sus hermanos de comunidad consideran que el Padre Jürgen quiso dejar este mensaje a quienes lo conocieron como pastor y también en el apostolado con los jóvenes a través de los distintos proyectos de "La Opción V".
El Padre Jürgen falleció el 17 de mayo en Lima, Perú. Tenía 53 años de edad. Celebró Misa por última vez el Domingo de Resurrección en la Parroquia Nuestra Señora de la Reconciliación, la noche anterior logró concelebrar la Vigilia Pascual.
De padre alemán y madre peruana, el P. Daum fue criado luterano. A los 18 años hizo su profesión de fe como católico y poco antes de cumplir 29 años se ordenó sacerdote.

https://www.aciprensa.com/noticias/el-mensaje-que-el-padre-jurgen-daum-dejo-en-su-agonia-conmueve-las-redes-94560

jueves, 5 de abril de 2018

Madre, Dulzura de los Angéles

Dulzura de los ángeles, alegría de los afligidos, abogada de los cristianos, Virgen madre del Señor, protégeme y sálvame de los sufrimientos eternos. María, purísimo incensario de oro, que ha contenido a la Trinidad excelsa; en ti se ha complacido el Padre, ha habitado el Hijo, y el Espíritu Santo, que cubriéndote con su sombra, Virgen, te ha hecho madre de Dios.

Ana Isabel (Google+)