domingo, 17 de junio de 2018

El que no vive...


La importancia de vivir sin pensar en lo que pueda pasar


Un factor importante en la vida es pasar mucho tiempo pensando en el futuro, esto es una causante de ansiedad en la actualidad por lo que es importante vivir sin pensar tanto en lo que pueda pasar.

Es necesario mantener la y por ende el pensamiento en el tiempo presente en el aquí y en el ahora. De lo contrario se sobreviven los días solo pasando de una actividad a otra pero en realidad se dejan de vivir.
La ansiedad genera angustia, por la incertidumbre del mañana aun y cuando, pensando con cabeza fría tienes todo calculado metódicamente.
Acepta que tienes un problema, pensando en lo que pueda pasar.
Como primer paso se debe reconocer que se tiene un problema, el hecho de estar constantemente pensando en lo que pueda pasar, esto te está impidiendo vivir una vida presente y crear relaciones significativas.
Si no estás seguro que tienes un problema, puede preguntarle a alguien cercano a ti, si considera que vives sin pensando en lo que pueda pasar. Ellos son los que pueden ver de una manera más objetiva si tienes o no un problema
Es posible que un evento traumático te obligue a pensar que debes controlar todo, para ello te mantienes pensando en lo que pueda pasar.
Los pensamientos son una intrincada tela de araña, por lo cual cada pensamiento está conectado con otro, por lo que son como una reacción en cadena, uno tras otro van desencadenando una reacción.
Para ello la respiración será lo ideal, tres minutos de respiración tomando aire por la nariz y botando por la boca de manera constante hará que el cerebro se oxigene y por ende que la ansiedad que sientes pase.


Cuando se vive sin pensarlo en tiempo presente es una manera de ser conscientes, pero la realidad es que muy pocas personas lo hacen y eso se puede deber al estrés del día a di, el trabajo y las situaciones que de una u otra manera demandan mayor atención y nos obligan a pensar en el futuro.
Impiden de esta forma detallar cosas importantes, sentir la brisa en el rostro, respirar los aromas, detalles sencillos que nos hacen la vida agradable, allí radica la importancia de vivir pensando en lo que pueda pasar y dejas pasar mil cosas sin vivir.
Parece mentira pero solo cuando el ser humano se enfrenta a una enfermedad delicada es capaz de comenzar a valorar el aquí y el ahora, de nuestro presente, ese que ignoramos sin darnos cuenta.

Pero restarle importancia pensando en lo que pueda pasar sacrifica de una manera muy tajante nuestro presente en el aquí y el ahora.
Dos importantes consejos para tomar muy en cuenta y que se entienda la importancia de vivir sin pensar en lo que pueda pasar seria;
“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”
“Valora tu presente, mucho más que tu pasado y mucho menos que tu futuro”

http://persuasum.com/la-importancia-de-vivir-sin-pensar-en-lo-que-pueda-pasar/

FELIZ DIA DEL PADRE... (UNA GRAN REFLEXION DE ESTE MEXICO TAN ACTUAL...)

Hay textos cuyas palabras hacen sentir más miedo que la posibilidad de la hoja en blanco. Este texto es así.
Empezaré por decir que jamás vi a un hombre tan entero y tan rendido al mismo tiempo, ese hombre era mi padre.
Con un ejército de hormigas rojas que llevaban ansiedad pegajosa marchando en mi cabeza, me levanté una mañana sabiendo que le quedaba poco tiempo de vida y que mi vida sumaba mucho tiempo de no verlo. Treinta años.
Hoy mientras corría miré a un hombre proteger a su hijo de la lluvia en la fila para entrar a la escuela. Es una imagen que me conmueve. Y esta vez elijo reparar en los padres —no en las madres. Cuánta fragilidad en esos hombres que se empeñan en tejer un vínculo contra viento y marea, cuánta entereza, cuánto fuego marcial aprendiendo a soplar bajito.
Descubrí hasta qué punto ignoraba todo de él aquella mañana de las hormigas rojas que intenté escribirle una carta y me pregunté si mi papá sabría leer.
Dice Paul Auster en La invención de la soledad sobre su padre un frase demoledora. “Mi recuerdo más temprano: su ausencia. Durante los primeros años de vida, él se iba a trabajar por la mañana temprano, antes de que yo me despertara, y volvía a casa mucho después de que me acostara. Yo era el niño de mamá y vivía en su órbita”.
Esa madre exigiría del padre presencia y afecto pero también que resolviera la vida material, que fuera el perro de adelante, que no llegara tarde a la oficina ni a la fiesta de cumpleaños, que luego de doce horas de trabajo regresara a casa comportándose como el príncipe de la masculinidad que ella estaba convencida de merecer. Ah, los errores personales que convertimos en credo, en causa social, en discurso de avanzada, en argumento de la ofensa permanente.
Con dos dedos de frente podemos entender que también los hombres enfrentan dictatoriales exigencias de género, que el mundo se empeña en desarmarlos al tiempo que les exige una entereza a prueba de balas (literalmente). Y es que se espera de ellos que sean empáticos sin ser vulnerables, que cooperen con las tareas pero qué fastidio que sean tan torpes y haya que relevarlos al primer minuto para mostrarles cómo se hace porque siempre habrá incuestionables madres eficientes bombardeando la “inutilidad” de sus parejas.
Crecí escuchando —como muchos hijos de padre ausente, que él era el cabrón pero también el débil, el verdugo pero el fracasado, el que no estaba porque cuando estuvo no estuvo a la altura y por eso hubo que pedirle que se fuera de la casa. En fin, el que por más que haga nunca dará el ancho ni el alto ni el grueso del halo (y el falo) súper protector y evolucionado que la tiranía femenina exige de los hombres. Sí, dije tiranía femenina. No lo retiro. Y me hago cargo.
Y los años pasan y creces sin saber cómo acomodar ese tiroteo de mensajes sobre tu padre que es un pendejo, egoísta y bueno para nada como-todos-los-hombres. Y pasan más años y tu madre empieza a aflojar el discurso porque, bueno, tiene que admitir que ella lo eligió.
Y entre un discurso y otro está tu memoria, tu pedacito de verdad, tu territorio de identidad que permanece y a ti parece que no fue tan de la chingada como ella lo cuenta. Y ahí están las fotos, y los recuerdos de los que se habla en las sobremesas, y tu propio recuerdo de aquel día que esperó por ti más de seis horas hasta que tu madre lo dejó verte, o de aquel otro que te recibió empapado porque salió a comprar los ingredientes para preparar la comida porque él también te amaba aa su modo, y quería protegerte. Y se esforzó por vincularse pero no dio el ancho ni el alto ni el cómo ni el así se hará porque yo soy su madre.
Y —perdonen el spoiler, luego pasan más años y ahora que tu padre murió exactamente como lo anticipaste, tu madre por fin se quiebra y un día te dice que él “no siempre fue malo” y te cuenta las historias luminosas que debió contarte décadas antes. Y cuando ya perdiste la suma de los años y has visto a tus hermanos, amigos y parejas esforzarse hasta lo indecible por estar cerca de sus hijos al ritmo de “así no se hace, egoísta, bueno para nada…” pues carajo. Que lo innombrable no puede ser el padre. Ojalá las mujeres que lo hacen, repararan en el mensaje de mutilación que transmiten.
Como dice Humberto Maturana: nuestro maravilloso cerebro no crece en la manipulación, crece en la convivencia y el camino que seguimos depende de nuestro capital emocional.
¿Qué ganan quitándole la mitad del capital emocional positivo a quien está aprendiendo el mundo? ¿Qué adelantan heredando a sus hijos la imagen de un padre defectuoso para parecer ustedes más enteras por contraste?
Si rotos estamos todos. Y por eso podemos amarnos que el amor entre dos enteros no es amor sino diploma de egos. (El que tenga apertura mental que entienda y el que no, que se ofenda).
Digo que el amor también se enseña y se construye tan humano o artificiosamente divino como decidamos. Que a nadie le hace mal detenerse a mirar el otro lado de la historia. Que resulta sintomático —de tantas cosas— que este país no esté paralizado por el día del padre pero ante las santas madrecitas siempre veremos hincarse a Dios y al Diablo.

@AlmaDeliaMC

http://www.sinembargo.mx/16-06-2018/3429650

viernes, 15 de junio de 2018

Carta a un amigo especial

Carta a un amigo especial
No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y buscarlas junto contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro. Pero cuando me necesites estaré junto a ti. No puedo evitar que tropieces. Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos. Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida. Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar, pero sí te ofrezco el espacio necesario para crecer.
Tampoco puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parta el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser. Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
En estos días oré por ti…
En estos días me puse a recordar a mis amistades más preciosas.
Soy una persona feliz: tengo más amigos de lo que imaginaba. Eso es lo que ellos me dicen, me lo demuestran.
Es lo que siento por todos ellos. Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea y la alegría que sienten al verme.
Y yo también siento paz y alegría cuando los veo y cuando hablamos, sea en la alegría o sea en la serenidad, en estos días pensé en mis amigos y amigas y, entre ellos, apareciste tú.
No estabas arriba, ni abajo ni en medio. Tampoco encabezabas ni concluías la lista. No eras el número uno ni el número final.
Lo que sé es que te destacabas por alguna cualidad que transmitías y con la cual desde hace tiempo se ennoblece mi vida. Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el segundo o el tercero de tu lista. Basta que me quieras como amigo.
Entonces entendí que realmente somos amigos. Hice lo que todo amigo:
Oré… y le agradecí a Dios que me haya dado la oportunidad de tener un amigo como tú. Era una oración de gratitud: Tú has dado valor a mi vida…

Anónimo.

La Devocion a la Santa Herida del Hombro.

  San Bernardo de Claraval, en éxtasis, le preguntó a Jesús cuál era su mayor sufrimiento no registrado y la herida que causó el mayor dolor en el Calvario y Jesús respondió:
Yo tenía una en mi hombro, mientras soportaba Mi Cruz en el Camino de los Dolores, una herida grave que era más dolorosa que los demás y que no es registrada por los hombres. Honra a esta herida con tu devoción y te concederé las gracias que pidas a través de su virtud y mérito, y en lo que respecta a todos los que se veneren esta herida, voy a remitir todos sus pecados veniales y ya no me acordaré de sus pecados mortales”.
Ana Catalina Emmerich en la Pasión Dolorosa de Nuestro Señor Jesucristo dijo:
Había una herida terrible en el hombro que había llevado el peso de la Cruz, y toda la parte superior del cuerpo estaba cubierto de moretones y muchas marcas de los golpes de los azotes.”
Y más recientemente, en el encuentro de dos futuros santos, el San Karol Wojtyla (Juan Pablo II) le preguntó al Padre Pío cuál de sus heridas de los estigmas le hacía sufrir más, el Padre Pío contestó:
Es mi herida en el hombro, que nadie conoce y nunca se ha curado o tratado”.
Esto es extremadamente importante, no sólo porque revela que el Padre Pío llevó esta herida, sino porque, hasta donde se sabe, el futuro Papa es el único a quien el Padre Pío reveló la existencia de esta herida secreta.
Así que aunque la Biblia no hace mención de esta herida, los santos nos dicen que Jesús sufrió inmensamente.
EL ANÁLISIS DE LA SÁBANA SANTA
Pero ¿cómo podemos saber que es verdad? Pues aquí es donde la ciencia y la Sábana Santa de Turín entran en esta historia.
 Vatican Insider dice que
“Cuatro profesores universitarios han publicado un artículo en la revista “Injury”, revelando que el hombre crucificado que estaba envuelto en el sudario de Turín sufrió una dislocación del húmero, la parálisis de un brazo y un traumatismo violento en el cuello y el pecho”.
“Se cree que la persona cuya figura está impresa en la Sábana Santa ha colapsado bajo el peso de la cruz, o del “patíbulo”, como se le conoce en el estudio a la parte horizontal de la cruz. El Hombre de la Sábana Santa explican los académicos, cayó hacia adelante y sufrió un “violento” golpe “mientras caía a tierra”. “La parálisis del cuello y de los músculos del hombro” fue “causada por un objeto pesado que golpeó la parte posterior del cuello y el hombro, causando el desplazamiento de la cabeza al lado opuesto a la depresión del hombro”.
“En este punto, habría sido imposible que el portador de la cruz siguiera manteniéndola y esto trae a la mente el pasaje del Evangelio que describe cómo los soldados obligaron a Simón de Cirene recoger la cruz de Jesús. No fue un acto de compasión, por lo tanto, sino de necesidad. Esto explica por qué “el hombro derecho está más bajo que el izquierdo en 10 ± 5 grados” y el ojo derecho se retrae en la órbita”, debido a la parálisis de todo el brazo, dicen los académicos”.
Que el hombre de la Sábana Santa es nuestro Señor, hay pocas dudas. La ciencia confirma lo que los santos ya sabían y es fascinante.
Oración a la Herida del Hombro de Nuestro Señor Jesucristo
Oh amado Jesús, manso Cordero de Dios, a pesar de ser yo una criatura miserable y pecadora, te adoro y venero la llaga causada por el peso de vuestra cruz que abriendo vuestras carnes desnudo los huesos de vuestro hombro sagrado y de la cual vuestra Madre Dolorosa tanto se compadeció. También yo, oh carísimo Jesús, me compadezco de Vos y desde el fondo de mi corazón te glorifico y te agradezco por esta llaga dolorosa de vuestro hombro en la que quisiste cargar vuestra cruz por mi salvación. Ah! por los sufrimientos que padeciste y que aumentaron el enorme peso de vuestra cruz, ruégote con mucha humildad, ten piedad de mi pobre criatura pecadora, perdonad mis pecados y conducidme al cielo por el camino de la cruz.
Se rezan siete Ave María y se agrega:
Madre santísima imprime en mi corazón las llagas de Jesucristo crucificado...
 Oh dulcísimo Jesús, no seas mi juez sino mi salvador...  
https://mariamatermisericordiae.blogspot.com/p/francisco.html

jueves, 14 de junio de 2018

Cómo la Fe nos pone frente a Pequeños Milagros como estos..

Algunos piensan que los milagros son algo grande y clamoroso para informar al mundo.Sin embargo, una buena parte de los cristianos que aún creen en lo sobrenatural, puede contar episodios milagrosos en sus vidas. Como por ejemplo una llamada telefónica en el momento preciso. La solución a un problema inmediatamente después de orar. La lluvia que paró para permitir que vaya caminando a misa. El olor a rosas en algún rezo del rosario. Cada uno puede nombrar los suyos.

Dios está en todas partes y en todo momento.
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Estos pequeños milagros físicos no dan para que los investigue una comisión, porque son personales y privados. Son un aviso de que algo sucede ahí afuera, que alguien está operando y mostrándonos su presencia.
Pero si no hubieras tenido una mirada de fe no los habrías visto. Te hubieran pasado por alto o habrías pensado que lo que sucedió se debió a la casualidad. ¿Que milagros has visto en tu vida?, Anímate y cuéntanos.

UNA HISTORIA COMÚN

Un domingo por la mañana el diácono de una iglesia estaba preparando afanosamente la iglesia para la liturgia.
Un amigo le saludó y se refirió a las flores en los floreros en cada lado del altar, y le preguntó:
“¿Puedes decirme la diferencia entre los dos ramos de flores?”
Las flores a las que se refería eran ramos económicos idénticos traídos por un feligrés de edad avanzada hace unos días.

El diácono había cortado personalmente los tallos, los puso en el agua, y puso en sus ubicaciones actuales, y no pensó más en ellos.Después de cuatro semanas, un ramo, como era de esperar, se secó. Pero su gemelo se mantuvo casi tan fresco como cuando se había puesto por primera.
“¿Por qué pasó eso?” se preguntó maravillado. Y recordó que había puesto una vieja agua bendita en uno de los dos floreros con las flores frescas, pero no alcanzó para el otro florero. Ningún ramo había sido tocado por otra causa. Ambos ramos habían absorbido la mayor parte del agua.La única diferencia aparente fue el agua bendita.

Esto sucedió en el 2013. Las flores habían sido traídas el 23 de diciembre de 2012. El domingo 20 de enero 2013 las “flores del agua bendita” todavía estaban frescas. Y el 3 de febrero se tomó la foto que acompaña este artículo. Finalmente se marchitaron después de unas sorprendentes ocho semanas.

Los fieles de la parroquia estaban muy asombrados.


Y A VECES SUCEDEN OTRAS COSAS COMO ESTAS

El Dr. John Farrer mantenía el reloj de la iglesia en Clapham, Yorkshire desde hacía 30 años. Subía las escaleras en espiral de la Iglesia de San Jaime todas las semanas, daba cuerda al reloj y lo limpiaba. Y cuando murió el reloj se detuvo a las 8,15 am, en el mismo momento en que eso pasó. Su hijo, el también Dr. John Farrer, miró el reloj cuando su padre murió. Y más tarde se dio cuenta de que el reloj de la iglesia también se detuvo en el mismo momento. El Dr. Farrer murió en su casa a los 92 años de edad rodeado de su familia el día de Año Nuevo.

El Dr. Farrer hijo dijo:
El reloj se detuvo literalmente a la hora de la muerte de papá. 
Como médico de familia estoy acostumbrado a mirar el reloj, porque a veces puede ser crítico para el certificado de defunción”.
Es un hábito lo que hice. Ya que sabíamos que iba a morir.
Estaba teniendo un tratamiento paliativo, y cuando me di cuenta de que había dejado de respirar y miré la hora en mi reloj, era como las 8.15am.”
“Sólo más tarde fue cuando hablé con dos personas diferentes en el pueblo nos dimos cuenta que el reloj se había detenido al mismo tiempo”. 
La muerte del Dr. Farrer se produjo apenas unas semanas después del 60º aniversario de su llegada a la villa para hacerse cargo de los 10.000 acres de la finca familiar de Ingleborough, que había heredado.
Aunque la iglesia San Jaime no es parte de la finca, fue reconstruida hace unos 150 años, utilizando dinero de la familia Farrer.
“Algo extraño estaba seguro que estaba pasando”dijo el Dr. Farrer.
Mi padre estaba consagrado todo el tiempo al reloj”.
Él lo había mantenido durante 30 años, pero con el tiempo se convirtió en algo demasiado pesado para él y de mala gana tuvo que entregar la responsabilidad”.
El reloj es el foco de la villa, porque el pueblo es lo suficientemente pequeño como para oír el carillón del reloj, como un verdadero cuidador del tiempo. 
Era muy cercano al corazón de mi padre”.
El reloj fue reiniciado tras el funeral del Dr. Farrer, donde se le recuerda por su dedicación para el pueblo, así como por su carrera médica.
Nacido en Sydney, Australia, en 1921, su familia se mudó a Melbourne y fue educado en Geelong Grammar, una de las escuelas públicas más antiguas de Australia.
Más tarde fue a la escuela de medicina y se formó como médico.
Mientras estaba en el Hospital Alfred en Melbourne, conoció a Joan, una enfermera de quirófano y se casaron en 1947.
A principios de los años 50, llegó un telegrama diciendo que su tío Roland Farrer había muerto en Inglaterra y el médico se enfrentó a la elección de hacerse cargo de la finca de Yorkshire que había estado en la familia desde 1700.
Él y su familia se instalaron en noviembre de 1953, donde trabajó hasta su jubilación.
El médico se enfermó en noviembre de 2013 y después de un período en el hospital, regresó a su casa de 60 años, cuando se hizo evidente que no iba a recuperarse.
Imagen intacta de NS Aparecida en un incendio que quemó una casa en Brasil.

Y OTRAS VECES PASAN ESTAS COSAS EN LAS NAVIDADES

John y Barbaranne Marion tenían un programa en una radio católica en el área de Filadelfia (WTMR-AM).En una ocasión Barbaranne y John no tenían suficiente dinero para comprar regalos de Navidad para sus hijos. Ellos dependían de donaciones para el programa de radio, y estaban apretados ese año como lo estuvieron muchos años.
Estábamos esperando en el Señor, dijo Barbarane.
“John dijo que nunca iba a volver al mundo secular.
Pero teníamos cuatro hijos y ni un centavo para los regalos.
Mi corazón estaba roto.
Mi hijo estaba muy entusiasmado con Santa Claus.
Me recuerdo rezando el rosario y diciendo a la Mater,
‘No me importa acerca de nosotros, pero sí me importa acerca de nuestros hijos y me pregunto si podrías por favor proveer una Navidad para nuestros hijos’”
Ese mismo día John fue al buzón y encontró una carta de una oyente dirigida únicamente a Barbaranne.
Alguien la había metido en el buzón esa mañana.
En la carta una mujer rica explicó que había estado rezando a la Virgen la noche anterior y
“ella me dijo que enviara esto a usted para utilizar solamente para las ‘alegrías de Navidad”.
Con la carta venía un cheque por U$S 1500.
“Siempre caminamos en la fe”, dice Barbarane.
“Mi marido nunca tuvo ningún trabajo durante ese tiempo.
Terminamos con cinco hijos y Dios siempre proporciona”.

En otra ocasión, un domingo, Barbaranne no tenía vino para un almuerzo especial de aniversario.

Teníamos un pavo y teníamos la mejor vajilla y los cubiertos en la mesa, y realmente queríamos una botella de vino ahí”.
Sus sobrinas llegaron y les dijeron que confiaran en Dios.
Era domingo y en aquel entonces las tiendas estaban cerradas y además, en realidad no podían pagar mucho.
Su hijo pequeño (ahora el conocido productor Drew Mariani) estaba jugando con un amigo.

Y encontró una botella debajo de un árbol en un campo cerca de la casa del amigo. Se la llevó a Barbaranne.
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Y no era sólo vino, sino champán.

“La botella no se había abierto dice Barbaranne.
“Tuve la oportunidad de compartir la fe con aquellas sobrinas”.
Drew Mariani
Su más extraordinario testimonio fue un cuento de la Navidad de 1973, cuando John, Barbaranne, y un amigo habían reunido regalos para las familias locales que no tenían nada.
Era una víspera de Navidad cubierta de nieve, con frío intenso.

Envolvieron los regalos de Navidad donados antes de salir a llevarlos a las familias, que ni siquiera sabían que iban a ir.

Una de ellos era una mujer de negra. No había electricidad, y un niño estaba durmiendo en el suelo.
Cuando John y Barbaranne golpearon, la mujer no lo podía creer.
“Mi hijo no iba a tener nada”, dijo llorando de felicidad.
Uno a uno John, Barbaranne y su amigo fueron de casa en casa encantados con la alegría en los rostros de los que abrían la puerta.
Los niños iban a tener juguetes de pronto.
Pero fueron especialmente golpeados por la sensación espiritual en una casa.
Al abrir la puerta, sus ojos se encontraron con los ojos de una mujer pobre, pero totalmente alegre que tenía té hirviendo.
Ella dijo que los había estado esperando.
Le preguntaron cómo podía haber estado esperando cuando nadie había llamado antes.

Y la mujer explicó que ella había orado por los regalos para dar a sus hijos y tenía absoluta confianza en que Dios vendría con ellos.

“Estaba esperando a que alguien llamara a mi puerta”, ella dijo con confianza.
Sin embargo esta no fue la cosa más maravillosa que sucedió esa Navidad a los Marion.
La fe y alegría llenaban el aire en la víspera de la Navidad mientras la pareja hacía el camino de vuelta a casa a través del frío.
Y ahora tenían que prepararse para el mañana de Navidad de sus propios hijos.
Habían puesto sus regalos en un armario frontal del pasillo, pero cuando fueron a buscarlos descubrieron con horror que los regalos habían desaparecido. ¡Los de sus propios hijos!
¿Los habían entregado erróneamente aquella noche?
Registraron toda la casa en vano. Miraron decenas de veces el mismo armario, y nada.
Horror de horrores, porque ahora todo estaba demasiado cubierto de nieve y era demasiado tarde para conseguir reemplazos. Las tiendas estaban cerradas.
Sus niños iban a estar sin juguetes ese día de Navidad.
“Estaba dolorida” dice Barbaranne.
De repente supe cómo se sentían todas esas madres. Yo no tenía nada. Y mis niños estaban muy emocionados acerca de la Navidad. Empecé a llorar.”
Tenía todos los regalos para mis hijos, envueltos y listos en ese armario pero ahora no estaban”.

Nos sentamos y oramos, dijimos: Señor, ¿dónde vamos a conseguir los regalos?”.

¡Uno puede imaginar la angustia!
Pero los Marion hicieron lo que siempre hacían en un aprieto: oraron con fe y específicamente pidieron un ‘milagro de Navidad’.
Oraron y se prepararon para la cama.
Barbaranne sabía que para iba a ser una noche larga, sin dormir. John era un hombre fuerte y continuó orando.
Y fue entonces cuando sucedió.

Algo hizo a Barbaranne volver al armario y cuando lo hizo, ellos estaban allí no bien abrió el armario.

Los regalos estaban cuidadosamente envueltos como antes y apilados.
“¡Habían desaparecido y ahora reaparecieron!”, dice, todavía impresionada por la ocurrencia.
Resultó ser una de las mejores Navidades  que los Marion jamás hubieran tenido.
Mientras tanto, la forma en que se efectuó la devolución de los regalos de Navidad sigue siendo un misterio.

¿FUISTE TESTIGO DE UN PEQUEÑO MILAGRO?

Probablemente si, pero también seguramente cada uno de los lectores de este artículo ha visto en su vida algunos milagros de este tipo.
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Que no dan para que se investiguen por una comisión de expertos.
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Pero que hacen ver a las personas con una mirada de fe, que Dios está ahí, actuando.

Un sinnúmero de personas a través de los siglos han tenido experiencias inexplicables. 
Cánceres terminales han desaparecido, sin dejar a los médicos espacio para una explicación médica. 
Peregrinos en Lourdes han tenido curaciones documentadas.
Ateos y agnósticos indiferentes que han doblado sus rodillas, con despertares religiosos espontáneos repentinos.
Son todas cosas que no se pueden explicar científicamente por las leyes naturales.
Tal vez haya un término medio entre la fe ciega y el escepticismo acérrimo ante sucesos científicamente inexplicables.
Reconocemos el poder y el beneficio de la ciencia, a la vez que aceptamos la realidad de “misterio” cuando Dios elige anular momentáneamente el orden natural de manera que no se pueda explicar racionalmente.
En tales casos, simplemente aceptamos el don divino con gratitud y seguimos adelante, como hizo la parroquia con las flores del agua bendita o los familiares del Dr. Farrer.

Tal vez la ciencia de manera similar, pueda reconocer con humildad que hay fenómenos que nunca va a ser probados o explicados. . Pero por lo menos algunos de los cuales son reales, hasta posiblemente incluso muestren evidencia de una violación misteriosa en el orden natural.

No nos estamos refiriendo a un Dios que hace milagros físicos a cada rato, sino parafraseando a Shakespeare, que hay más cosas en el cielo y en la tierra de las que sueña la filosofía del secularismo.
Milagro Eucaristico en Kerala, que apareció una hostia consagrada con la imagen de Jesús

LOS MILAGROS SON SUSPENSIONES DE LAS LEYES NATURALES PROVOCADOS POR DIOS

Piensa esto: todos los milagros son iguales. . Los milagros son efectos sensibles extraordinarios realizadas por Dios que superan el poder y el orden de la naturaleza creada.

Los milagros son sucesos que pueden ser provocados solamente por la actividad causal directa de Dios y no por fuerzas naturales operativas en los objetos creados.
Como tal, un milagro no prueba que una ley de la naturaleza es falsa, sino que simplemente indica que una causa más allá de los poderes causales naturales de una cosa esta operando, y tal poder causal es divino.
Por ejemplo, las fuerzas naturales en un cuerpo humano no pueden producir el efecto de reponer al cuerpo de nuevo la salud después de que ha muerto.
Pero Dios puede producir tal efecto, dando directamente vida a un cadáver.
Cuando lo hace, como lo hizo en el caso de Jesús, no se refuta la ley de la naturaleza que establece que los cuerpos muertos permanecen muertos.
Sigue siendo cierto que los cadáveres no tienen ningún poder inherente para volver a la vida y lo que sucedió de vuelta a la vida ha sido un milagro extraordinario.
Consideremos, por ejemplo, el milagro que implica lo sucedido a Sadrac, Mesac y Abed-nego en Daniel 3.
El fuego en el que fueron lanzados no los quemó.
¿Esto refuta la ley de la naturaleza que establece que el fuego quema? No.
Dios simplemente ha querido que el poder inherente de fuego se manifieste en esta situación particular de ese modo.
El fuego aún conserva su tendencia natural o disposición para quemar, y por lo tanto la ley de la naturaleza que incluye el quemar sigue siendo válida.

Dios no sólo tiene el poder de suspender la disposición inherente de un objeto, sino también el poder de dar a un objeto una nueva propiedad que no tiene por naturaleza. . El milagro de caminar sobre el agua de Jesús es un ejemplo de esto (Mateo 14: 22-23).

El agua no tiene poder dentro de su naturaleza para permitir que un ser humano camine sobre ella.
Pero Jesús, siendo Dios, puede dar al agua tal propiedad en una circunstancia particular.
Esto no contradice la ley de la naturaleza que establece que te hundirás si intentas caminar sobre el agua, porque al agua todavía le falta en su naturaleza una propiedad para soportar un ser humano.
Así que los milagros no violan el orden natural creado por Dios, y ya que no violan las leyes de la naturaleza no son contrarios a la naturaleza, sino que actúan por encima o más allá de la naturaleza.
Fuentes:
http://www.dailymail.co.uk/news/article-2555198/Church-clock-maintained-dedicated-doctor-week-30-years-stopped-moment-passed-away.html
http://www.firstthings.com/web-exclusives/2014/01/the-holy-water-flowers%60
http://feedproxy.google.com/~r/catholicex/~3/9UGQQgjOH88/why-miracles-are-not-incompatible-with-science
http://www.spiritdaily.net/marions.htm

miércoles, 13 de junio de 2018

San Antonio de Padua realizò dos maravillosos milagros en uno: convertir a un pecador obstinado y hacer que todos creyeran en la presencia viva de Jesùs en la Eucaristìa.
Deseosos de novedades y prodigios que satisfagan el ansia de grandes sensaciones, los hombres dan generalmente más importancia a los milagros que benefician el cuerpo, que a la gracia de Dios que salva las almas.
Tal vez por eso, no se dé el debido valor al mayor don que Jesús nos dejó: su presencia real en el sacramento de la Eucaristía.
Con esta dificultad se deparó también San Antonio, en sus prédicas al sur de Francia, en la ciudad de Tolosa.


San Antonio y el milagro de mula que adoró la Eucaristía.

Un día tuvo delante de sí un pecador de los más duros, y que no creía en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía.
San Antonio de Padua daba razones, exponía los argumentos, con tanta virtud y sabiduría, que el hombre acabó callándose, sin saber qué decir. Estaba abrumado pero no quería entregarse:
"Sí, veo que tienes razón, pero quiero apenas una cosa... dejemos las palabras y vayamos a los hechos. Si podéis probar, con algún milagro, en presencia de todo el pueblo, que el Cuerpo de Cristo está realmente en la hostia consagrada, ¡yo abandonaré mis errores y me volveré católico!"
"¡Acepto!", dijo San Antonio de Padua, lleno de confianza en la omnipotencia y misericordia de su divino Maestro.
"Entonces haced lo que yo os pido... Tengo en mi casa una mula. Voy a encerrarla y dejarla sin ningún alimento. Después de tres días, llevaré esta mula delante vuestro y de todo el pueblo. Ante ella colocaré avena en cantidad, y vos presentaréis aquello que decís que es el Cuerpo de Jesucristo. Si el animal muerto de hambre, abandona la comida para ir de encuentro a ese Dios que, conforme decís, debe ser adorado por toda criatura, yo de todo corazón creeré en las enseñanzas de la Iglesia Católica".
Pasaron los días y llegó la fecha fijada. El pueblo vino de todas partes y llenó la gran plaza en la cual iba a darse la prueba. Todos esperaban con una expectativa fácilmente imaginable. Cerca de allí, San Antonio de Padua celebraba la Santa Misa en una capilla.
Y he aquí que surge el incrédulo, trayendo su mula y haciendo venir la ración preferida del animal. Una multitud de sus seguidores lo acompañaba seguro de su victoria.
En el mismo momento, saliendo de la capilla, San Antonio de Padua surgió con el Santísimo Sacramento en las manos. Un silencio enorme se hizo... y la fuerte voz del Santo cortó los aires:
"En nombre y por la virtud de tu Creador, que yo aunque indigno, traigo en mis manos, te ordeno, pobre animal, que vengas sin demora a inclinarte humildemente delante del Rey de Reyes. ¡Es necesario que esos hombres reconozcan que toda criatura debe someterse al Dios Creador, que todo sacerdote católico tiene la honra de hacer descender sobre el altar!"
Al mismo tiempo, se ofreció avena a la mula que estaba muerta de hambre...
¡Y el prodigio se dio!: El animal sin dar ninguna atención a la avena que le ofrecían, y atendiendo a las palabras de San Antonio, se inclinó al nombre de Jesucristo, dobló las patas y se postró delante del Sacramento de la vida, en señal de adoración.
Una jubilosa manifestación de los católicos tomó cuenta de la plaza, en cuanto los otros eran objeto de espanto y confusión.
El dueño de la mula, manteniendo la promesa que le hiciera a San Antonio de Padua, abandonó sus errores y se tornó fiel hijo de la Santa Iglesia.

La Eucaristía venció la incredulidad.

Este pobre hombre necesitó un milagro portentoso para creer. Pero milagro mucho mayor operó Jesucristo en su alma. Pues habiendo este pecador perdido la Fe, y estando muerto para la gracia, Dios hizo revivir en él la vida divina reconduciéndolo a la comunión de la Iglesia.
Y la conversión que los argumentos lógicos de un santo no consiguieron obtener, en un instante, Jesús Eucarístico realizó.
Ciertamente, también a ese hombre, Jesús hizo resonar en el interior de su alma palabras de bondad, semejantes a las que Él dijo a una religiosa española, Sor Josefa Menéndez:
  • Decid a los hombres que en aquella hora (Santa Cena), no pudiendo contener el fuego que me consume inventé esa maravilla de amor que es la Eucaristía. ¡Porque la Eucaristía es la invención del Amor!
  • Es por amor a las almas que soy Prisionero en la Eucaristía. Allí permanezco para que puedan venir con todas sus amarguras a consolarse junto al más tierno y mejor de los padres y del Amigo que nunca las abandona. ¡Y ese amor que se agota y se consume por el bien de las almas no encuentra correspondencia...!
  • ¡Ah, pobres pecadores! ¡No os apartéis de mí! Noche y día os espero en el Tabernáculo... No os censuraré los crímenes cometidos, no os los enrostraré.
  • ¡No os dejéis arrastrar por mil preocupaciones inútiles y reservad un momento para visitar y recibir al Prisionero del Amor!
  • ¿Cuándo vuestro cuerpo esté enflaquecido o enfermo, no encontráis tiempo para ir al médico que os habrá de curar?... ¡Venid pues, a Aquel que puede dar a vuestra alma fuerza y salud y dad una limosna de amor a este Prisionero Divino que os espera, llama y desea!
  • Habito entre los pecadores para serles la Salvación, Vida, Médico y al mismo tiempo Remedio en todas las enfermedades generadas por la naturaleza corrompida. ¡Como pago, ellos se apartan, me ultrajan y desprecian...!
  • Y, entretanto, yo estoy en el tabernáculo toda la noche y espero... Deseo ardientemente que me vengan a recibir... que me pidan consejo y soliciten la gracia que necesitan...
  • Oh vosotras, almas queridas, ¿por qué sois tan frías e indiferentes a mi Amor?... ¿No tendréis un instante para darme alguna prueba de amor y gratitud?
  • Yo tengo una sed ardiente de ser amado por los hombres en el Santísimo Sacramento, y no encuentro casi ninguno que se esfuerce por satisfacer ese deseo y que retribuya ese amor"
Estas palabras, Jesús las dirige a cada uno de nosotros...  Es desde el Sagrario de la iglesia parroquial, donde Él está encerrado, día y noche, que también le hace una afectuosa invitación:
"¿No tienes un minuto de tu día para venir a visitarme?".

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13 de Junio Festividad de san Antonio de Padua


Ampárame en esta hora,
¡oh San Antonio amado!
Bajo tu acción bienhechora,
halla alivio el desgraciado.
El enfermo y el desvalido
y el que en la cárcel se ve
son por ti favorecidos
cuando te invocan con fe.
Yo, con toda confianza,
te invoco en esta ocasión,
y vivo con la esperanza
de obtener tu protección.