domingo, 23 de enero de 2011

¿SABÍAS QUE EL INFIERNO EXISTE Y ES ETERNO?

El Infierno existe y es eterno. Jesús lo nombre catorce veces en el Evangelio y es un dogma de fe, es decir que hay obligación de creer en él bajo pecado.


¿Y quiénes se van al Infierno?


Los que mueren en pecado mortal, es decir, los que están privados de la gracia de Dios en el momento de la muerte.

Por eso qué tremenda importancia tiene el vivir siempre en gracia de Dios, y el confesarnos cuanto antes si hemos tenido la desgracia de cometer un pecado grave.

Es lo que Jesús nos dice en el Evangelio cuando nos avisa que el Señor vendrá a la hora menos pensada y que los siervos deben estar preparados en todo momento a recibirlo, con las lámparas encendidas y velando. Es decir, con la oración constante, la fe firme y en gracia de Dios.

Hoy se habla mucho de que Dios es Misericordia infinita, y está bien, pues es así, ya que un atributo de Dios es su Misericordia. Pero en Dios todo es perfecto y también Él es infinitamente Justo.

La Misericordia de Dios nos debe alentar para salir del pecado, para levantarnos de él, pero no para aprovecharnos de esa misericordia y seguir pecando tranquilamente, pensando que Dios nos perdonará, porque eso es presunción y la Escritura dice que de Dios nadie se ríe impunemente.

Entonces seamos sobrios y prudentes y obremos nuestra salvación con temor y temblor, confiando en Dios y amándolo, pero también teniendo el don de temor de Dios, es decir, temor a ofenderlo, por el amor que le tenemos y también por el castigo que mereceríamos. Porque dice la Escritura que el temor de Dios es principio de la sabiduría. Y como dice San Ignacio de Loyola: si del amor de Dios me olvidare, por lo menos que el temor al castigo me aleje del pecado.

El Infierno existe, es eterno y es tremendo, imposible de imaginar en este mundo. Muchos que están condenados quisieran volver atrás pero ya no hay posibilidad, porque el mundo, el demonio y la carne les habían hecho creer que el Infierno no existía. Y hay que destacar una cosa curiosa que comenta Santa Faustina Kowalska en su Diario, y es que cuando ella visitó el Infierno por permisión de Dios, notó que la mayor parte de las almas que allí estaban, eran las que no creían que el Infierno existía. Así que aprovechemos esta vida sobre la tierra para convertirnos y evitar la condenación eterna.

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