lunes, 27 de mayo de 2013

EL AGUJERO NEGRO DE LA CODICIA, NO TIENE FIN...


El vídeo al que hacemos referencia en este post fue producido por Future Shorts y se titula “The Black Hole”. El mismo nos muestra una persona cansada en la oficina; parece estar trabajando solo esa noche y se le presenta un problema con la máquina de copias. Esta le entrega una misteriosa hoja que tiene un hoyo negro impreso a través del cual aparentemente le es posible atravesar la materia y así acceder a varios lugares: la máquina expendedora, por ejemplo, de la cual extraerá un chocolate. No contento con esta pequeñez se da cuenta que puede acceder a lugares restringidos. Probará con la caja fuerte de la empresa; sin embargo, el abuso de este “poder” lo lleva a quedarse encerrado y, peor aún, a perder su libertad.
Elementos apostólicos
Quizás uno de los primeros aspectos que podríamos reflexionar es como lamentablemente no siempre el hombre utiliza la técnica, las herramientas o, en general, los dones, para el bien común. Esto también se observa actualmente en muchas empresas que realizan una inversión en investigación y desarrollo de nuevas herramientas y/o tecnologías pero su concepción y diseño no contempla ni el desarrollo de la persona humana – es decir, los accionistas, colaboradores, clientes, proveedores – ni el bien común; por el contrario, muchas veces se transgrede los derechos fundamentales de la persona humana o al menos se los aborda de manera muy superficial.
Es cierto que el deseo de adquirir bienes materiales y el interés por crecer económicamente son válidos en cualquier tipo de trabajo; y creo que si se le pregunta a cualquier trabajador de una empresa si quiere un aumento de salario se obtendrá una respuesta afirmativa; igual grado de certeza existe en reconocer que existen límites respecto a esto y que todo aumento estará sujeto a unos términos y condiciones. El deseo vehemente de tener dinero sólo por “tener más” debe ser identificado en esos momentos de sinceridad y silencio que toda persona merece, y necesita tener. En un profundo examen de conciencia, reconociendo que es necesaria una sana desconfianza en uno mismo; para posteriormente tomar el compromiso y definir medios concretos para trabajar en purificar este tipo de deseos, pues centrarse mucho en el dinero podría distorsionar el real sentido del trabajo. Aquí empezamos a vislumbrar el significado del símbolo del agujero que nos presenta el video.
Desde este punto de vista, el agujero representa la codicia y las ocasiones que tenemos para tropezar con ella. La codicia es el deseo desordenado y excesivo por la riqueza. Se busca tener dinero con el solo propósito de tenerlo, acumularlo, se piensa erróneamente que una buena posición económica brinda acceso a lugares donde antes no se podía acceder. Si en la vida laboral esto no se controla, podría hacerse un vicio, pues se busca ser el amo y señor de todo; inclusive se puede llegar a perder la brújula ya que se está dispuesto a arriesgarlo todo (incluso lo verdaderamente valioso) por la seguridad económica. Esto conduce a una situación de esclavitud personal, una suerte de círculo vicioso que no es otra cosa que la experiencia de “estar encerrados en una caja fuerte”. Llenos de dinero y vacíos por dentro. Resuenan fuerte las palabras de Cristo: ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? (Mc 8, 36)
Por otro lado, en el trabajo es muy importante discernir las situaciones moralmente ambiguas y obrar con rectitud. La urticaria constante por los “agujeros negros” puede ser la consecuencia de la insatisfacción o frustración que genera una especie de miopía ante lo esencial e importante del trabajo que se realiza. Y es que no importa ni el tipo de trabajo ni el puesto que se ocupe en una empresa, ya que por más trivial o pequeño que sea, todo trabajo encierra un horizonte grande y hermoso. No se es mediocre por hacer algo sencillo, más bien se es mediocre si se tiene algo grande delante y no se lo reconocen.
Luis Delgado.

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