Don de Sabiduría: Nos hace comprender la maravilla insondable de Dios y nos impulsa a buscarle sobre todas las cosas por medio de nuestro trabajo y nuestras obligaciones.
Don de Inteligencia: Nos descubre con mayor claridad las riquezas de la fe.
Don de Consejo: Nos ayuda a decidir con acierto y a aconsejar a los otros fácilmente y en el momento necesario conforme a la Voluntad de Dios.
Don de Fortaleza: Nos alienta continuamente y nos ayuda a superar las dificultades que sin duda encontramos en nuestro caminar hacia Dios.
Don de Ciencia: Nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo.
Don de Piedad: Nos mueve a tratar a Dios con la confianza con la que un hijo trata a su Padre.
Don de Temor de Dios: Nos induce a huir de las ocasiones de pecar, a no ceder a la tentación, a evitar todo mal que pueda contristar a Aquel a quien amamos y constituye nuestra razón de ser y de vivir, Dios.
No dejemos que estos dones se estaquen en nosotros, hagámoslos efectivos en nuestra vida correspondiendo a las inspiraciones y la gracia del Espíritu Santo.
P. Guillerno Serra LC.
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