miércoles, 1 de enero de 2014

La fórmula de la felicidad: la Gratitud


Esta es la conclusión a la cual han llegado varios estudios científicos en psicología, entre ellos los del Dr. Robert A. Emmons, y la experta Sonja Lyubomirsky, los cuales resaltan que la práctica de la gratitud ha demostrado ser uno de los métodos más fiables para aumentar la felicidad y la satisfacción con la vida, así como para aumentar los niveles de optimismo, alegría, placer, entusiasmo, y otras emociones positivas. Ya lo diría también el autor CS Lewis “El afecto es responsable de nueve décimas partes de toda la felicidad sólida y duradera que hay en nuestras vidas” (CS Lewis)
El video que les presentamos hoy tiene que ver con el contenido de estos estudios y lo confirma a través de un sencillo experimento realizado a diferentes personas en el cual se les pregunta primero sobre quien es la persona que más ha influido de manera positiva en sus vidas y posteriormente se les pone en contacto, vía telefónica con dichas personas para que ellos le expresen su gratitud. Finalmente, se evidencia que si hubo un incremento en la experiencia de felicidad y satisfacción, siendo mayor el incremento en quienes se sentían menos felices en un comienzo
 Elementos apostólicos
Creo que el tiempo en el cual nos encontramos es un momento ideal para reflexionar sobre la felicidad y la gratitud:
1. Adviento, tiempo para dar gracias: 
Estamos viviendo el tiempo litúrgico del Adviento, preparándonos para el nacimiento del Señor Jesús, la fuente principal de nuestra alegría. El adviento nos lleva a reflexionar sobre el don amoroso de Dios que se hace hombre, se encarna para nuestra salvación, para que nosotros tengamos vida. ¿No es esto un motivo suficiente para estar agradecidos? Durante este tiempo también es trad89798697ición que las personas se regalen cosas, manifestando el cariño, el afecto y la gratitud. Sin embargo, creo que es importante no quedarse únicamente en el regalo material, sino hacer el ejercicio de agradecer y de manifestar el cariño con las palabras. En el video se percibía cierta dificultad para dar gracias, para decirle a las personas cercanas cuánto apreciaban su presencia y su influencia. Aprovechemos este tiempo para decir “gracias”, para expresar nuestro agradecimiento a Dios por sus bendiciones a través de nuestra oración y también a las personas cercanas, a las cuales se nos es más difícil expresar nuestra gratitud.
2. Hay mayor alegría en dar que en recibir: 
¿Quién no quisiera recibir un regalo o un bien? ¿Quién no se alegra con recibir algo, sobretodo cuando viene de alguien que nos importa? Es cierto que recibir bienes nos lleva a estar contentos, a sentirnos queridos, valorados. Pero hay una manera de pensar de la cual hay que tener cuidado, incluso sabiendo que vivimos en una cultura que busca el bien propio principalmente; se trata de precisamente del egocentrismo o el egoismo. Esperamos siempre recibir, pero nos cuesta también dar, incluso dar lo que nos cuesta y nos resulta un poco incomodo. Que importante acostumbranos a la lógica del Evangelio, la lógica del dar, de la generosidad, de tener un corazón abierto a los demás. Son las enseñanzas del Señor Jesús, que con sus palabras y obras nos reitera en que el sentido de la vida, la verdadera alegría y felicidad se encuentra en el amar, en el entregarse, incluso sin esperar nada a cambio. No es una teoría, es una realidad que se puede experimentar y de la cual dan testimonio muchas personas, que se experimentan más plenas cuando dan algo de sí, cuando se dan a sí mismas por el bien de los demás.
3. Comunicar la felicidad:
 La felicidad auténtica no es únicamente un sentimiento pasajero, no es cuestión de estar satisfecho unos instantes, sino que naturalmente tiene un carácter de permanencia. Para que esto suceda es indispensable que se comunique a los otros, que no se quede en uno mismo. Acogiendo las palabras del Señor en el evangelio, cuando se encuentra un tesoro no es para esconderlo sino para compartirlo. La alegría verdadera cuando llega a nuestra vida es un regalo que Dios nos permite tener y es fundamental compartirla.
En este sentido la Madre Teresa expresa: “La alegría no es solo cuestión de temperinmaculada1amento, siempre resulta difícil conservar la alegría, motivo mayor para tratar de adquirirla y de hacerla crecer en nuestros corazones. La alegría es oración; la alegría es fuerza; la alegría es amor. Da más quien da con alegría.
A los niños y a los pobres, a todos los que sufren y están solos, bríndales siempre una so
nrisa alegre; no solo les brindes tus cuidados sino también tu corazón.Tal vez no podamos dar mucho, pero siempre podemos brindar la alegría que brota de un corazón lleno de amor.
Si tienes dificultades en tu trabajo y si las aceptas con alegría, con una gran sonrisa, en este caso, como en muchas otras cosas, verás que tu bien si funciona.
Además, la mejor manera de mostrar tu gratitud está en aceptar todo con alegría. 

Si tienes alegría, esta brillara en tus ojos y en tu aspecto, en tu conversación y en tu contento. No podrás ocultarla por que la alegría se desborda”.
http://catholic-link.com/2013/12/12/la-formula-de-la-felicidad/#sthash.gQYXPdtb.HNEnEoOC.dpuf

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