martes, 15 de marzo de 2016

Confesarse,¡¡¡ ES UNA FIESTA...!!!


 
Un ejemplo a seguir en todas las parroquias del mundo



En la parroquia de Nuestra Señora del Sagrario, en Madrid, «invitamos a que vengan a las primeras confesiones los hermanos, los abuelos, los tíos y los primos de los niños, y luego hacemos una merienda, porque es una fiesta». El párroco, José Andrés, explica que «aunque tenemos que reconocer que a veces fallamos a Jesús, Él es como el padre de la parábola del hijo pródigo: no te regaña, sino que primero te abraza y te quita el susto. Luego, sí, hay que pensar que no puedo estar haciendo lo que quiera, porque le hago sufrir a Él y a los demás». Por eso, antes de la confesión, este sacerdote invita a los niños a pedir perdón a sus familias «por las veces que les ponen tristes». Además, les dice a los padres que es bueno que también se confiesen ellos, para que los niños aprendan que «incluso las personas que más queremos necesitan pedirle perdón a Jesús».
Después de la Primera Comunión, los niños siguen haciendo celebraciones de la penitencia. Poder confesarse muchas veces es «una suerte, porque Dios es tan bueno que está dispuesto a recibirnos siempre que vemos que no hemos actuado bien y queremos volver a casa. Ver lo bueno que es Dios es lo que me da fuerza para ir cambiando».

María Martínez López. (2016). Confesarse «es una fiesta». Marzo 15 de 2016, de Alfa y Omega semanario católico de información Sitio web: http://www.alfayomega.es/58581/confesarse-es-una-fiesta


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