domingo, 6 de mayo de 2018

Cómo aprender a perdonar y quitarte el peso del rencor

Uno de los fenómenos más frecuentes en nuestra vida es el conflicto. Se inicia cuando alguien te hace algo que consideras injusto y, por tanto, te enfadas. En ocasiones, ese enfado se diluye con el tiempo, pero otras veces el malestar continúa transformándose en rencor.
Resolver los conflictos es francamente difícil y la realidad es que la infelicidad de muchas personas viene por la gran cantidad de conflictos mal gestionados que han acumulado. ¿Cómo se pueden solucionar esas situaciones? Solo hay una forma: aprender a perdonar.
Para aprender a perdonar tienes que saber cómo te afecta el rencor
Todos somos diferentes. Tu forma de pensar, sentir o actuar es distinta de la de otras personas, lo cual es una fuente de enriquecimiento personal entre unos y otro, pero también es un pozo de malentendidos que muchas veces derivan en conflictos.
Cuando el conflicto no se resuelve, puede surgir rencor.
Las personas más propensas a desarrollarlo son las que se toman ciertos comentarios o acciones como ofensas personales hacia ellos.
El rencor es la herida que supura y no se cura nunca. Tienes grabada a fuego esa ofensa y la recuerdas constantemente, lo cual te hace infeliz y afecta negativamente a tus relaciones. Incluso te lleva a protegerte para no sentir dolor de nuevo, pero eso tampoco es positivo en tu interacción con los demás.
¿Cómo puedes dejar a un lado el rencor?
La única forma es aprender a perdonar; pero cuidado con esto. Muchos dicen que perdonan, pero no olvidan; y no, esto no es perdonar.
El perdón ha de ser sincero, interno y completo. Es importante ponerse en los zapatos de la persona que te ha ofendido para saber cómo siente y ser capaz de mirar con ojos nuevos esas palabras y acciones que te afectaron. Entonces te darás cuenta de que quizá esa persona no actuó con maldad, sino más bien de forma ignorante o inconsciente.
El perdón libera el rencor acumulado.
Se trata de una decisión que tomas conscientemente, la cual nace de la comprensión.Cuando perdonas de verdad te das la oportunidad de liberarte y avanzar.
¿Por qué cuesta tanto perdonar?
Es curioso que el perdón sea tan difícil teniendo en cuenta sus beneficios. Pero es así: perdonar cuesta porque en muchas ocasiones el orgullo y el ego pueden con nosotros. En este caso, has de darte cuenta que si perdonas vas a salir ganando. Te vas a liberar de la carga emocional negativa que bloquea tus relaciones.
Aprende a perdonar, esfuérzate para lograrlo. Es uno de los mejores regalos que puedes hacerte a ti y hacer a los demás.

Melania Garbú.

**Con Flores a María**




Uno de los regalos finos que podemos hacer a personas, que nos son queridas, son las flores. Eso indica la delicadeza de sentimientos de quien hace el regalo, pues, en este mundo materializado muchísima gente valora sólo lo que da una producción inmediata.
El ofrecer una flor no es sólo el regalo material de algo bello, sino un símbolo de delicadeza, de ternura, de acogida, de amor, por eso hay costumbre en países y lugares dar la bienvenida con un ramo o una guirnalda de flores.
Se regalan flores a personas que en su vida no tienen valores crematísticos, sino grandes, nobles, espirituales; por eso una manera de expresar el amor a la Virgen se ha manifestado adornando sus imágenes con flores, así lo aconsejaba S. Felipe Neri, muerto en 1596, quien enseñaba en Roma a sus jóvenes que en el mes de mayo hiciesen obsequios a la Virgen entre los que indicaba: adornar con flores sus imágenes, cantar alabanzas en su honor, realizar actos de virtud y mortificación..
El amor de los cristianos se ha manifestado en la dedicación del mes de Mayo a la Virgen, es el mes de una importancia especial para los que ocupamos el hemisferio norte. Varios países de Europa homenajeaban a la estación que recomienza y a la naturaleza vestida de flores con unas fiestas florales, estas tenían su origen en tradiciones remotísimas paganas, que hacían en honor de la "'Flora Mater", diosa de la vegetación; consistían estas fiestas en cantos, danzas y cortejos de jóvenes, que llevaban ramos floridos. A veces se escogía una joven como "reina de la primavera", o "esposa de mayo" a la que poetas, artistas y músicos expresaban en homenajes corteses el amor a la mujer amada.
Estos factores corregidos y sublimados contribuyeron para que los cristianos dedicasen el mes de Mayo a la mujer mas querida entre todas, a la Virgen. Así intentaron superar abusos y cristianizar celebraciones paganas, uniendo de esta manera a la naturaleza y al amor en honor de Nuestra Madre, no diosa, pero sí Madre de Dios.
Todas las flores, las cultivadas y las silvestres, tienen una misma belleza, en el mes de Mayo se depositan ante el altar de la Virgen una gama de flores muy variada no sólo por sus colores, sino también por los tipos o clases a las que pertenecen.
De manera especial los cristianos acuden en el mes de Mayo a los pies de la Señora con flores materiales, con cantos de alabanza y con oraciones de súplica. En cada flor podemos poner el cariño filial, que por muy bella que sea no expresa exhaustivamente el amor que se le profesa.
Ella no se fija en la materialidad de la ofrenda, sino en el cariño que ponemos al ofrecérsela; recibe con el mismo afecto la ofrenda que en el s.XIV la corporación de joyeros de París solía llevar a Notre Dame el 1 de Mayo un "mayo" planta adornada con piedras preciosas, emblemas y lazos, como las flores silvestres recogidas por los campos y puestas a los pies de la imagen del aula escolar o de un altar en la parroquia.
No es tampoco la cantidad de flores las que entusiasman a María, sino el reflejo de amor y cariño de lo que ofrecemos, lo mismo que sucede en la vida ordinaria: "Más vale regalar una flor en vida, que una corona después de muerto".
Cada día puedo ofrecer una flor, si no material, sí espiritualmente, seguro de que en cada una de ellas puedo poner algo muy personal:
 
. Un ramos de lilas con su color morado reflejo de los dolores que los humanos compartimos en este valle de lágrimas.
 
. Un ramo de margaritas siempre abiertas y redondas, en ellas una súplica: Abierto como María a la voluntad de Dios.
 
. Un ramos de flores de romero, sencillas, azuladas y llenas de perfume. Esto le gusta a María, porque todo lo que es sencillo va con su manera de ser.
 
. Un ramo de azucenas, las flores de la blancura y la pureza, exhalan un fuerte olor, como el del cristiano, que tiene que ser el buen olor de Cristo.
 
. Un ramos de camelias es hermoso, pero no tiene olor, en ellas se refleja mi vida de apariencia.
 
. Un ramo de lirios de pétalos morados, me recuerdan tus dolores, los que te hemos costado tus hijos.
. Un ramo de rosas con espinas ¡claro!, pues, es la vida así, aunque haya ratos de sufrimientos ocultos ¡qué bello es vivir!.
 
. Un ramo de flores de campo, son muy variadas: rojas amapolas, otras que están al ras del suelo y son amarillas, algunos las llaman flor de mantequilla. Estas nadie las ha cultivado, pero tienen toda la belleza que Dios ha puesto en ellas.

Para ofrecer a María unas flores no hay que comprarlas en la floristería, las que más aprecia son las que cultivamos en nuestro corazón, por eso todos podemos ofrecérselas: "...Con flores a María, que Madre nuestra es".
 
Padre Tomás Rodríguez Carbajo
 

sábado, 5 de mayo de 2018

¿Que es lo mas importante que has hecho...?

En cierta ocasión, durante una charla que dí ante un grupo de profesionales, me hicieron esta pregunta:

- " ¿Qué es lo más importante que ha hecho en su vida?"

En mi calidad de ingeniero industrial, sabía que los asistentes deseaban escuchar anécdotas sobre mi trabajo, entonces les respondí:

- "Lo más importante que he hecho en la vida, tuvo lugar el 8 de octubre de 1990. Comencé el día jugando al golf con un amigo mío al que no había visto en mucho tiempo. Entre jugada y jugada me contó que su esposa y él acababan de tener un bebé.

Mientras jugábamos, llegó el padre de mi amigo, que consternado, le dijo que al bebé se lo habían llevado de urgencia al Hospital. En un instante, mi amigo se subió al auto de su padre y se marchó. Yo, por un momento, me quedé donde estaba, sin saber qué debía hacer. ¿Seguir a mi amigo al hospital?. Mi presencia allí, me dije, no iba a servir de nada, pues la criatura estará al cuidado de médicos y enfermeras, y nada de lo que yo hiciera o dijera iba a cambiar las cosas. ¿Brindarle mi apoyo moral? Eso, quizás, pero tanto él como su esposa provenían de familias numerosas, y sin duda estarían rodeados de parientes, que les ofrecerían el apoyo necesario. Lo único que haría yo, sería estorbar. Así que decidí ir más tarde al hospital a visitar a mi amigo. Al poner en marcha mi coche, me percaté que mi amigo había dejado su todoterreno con las llaves puestas, estacionado junto a las canchas. Decidí entonces cerrar su coche e ir al hospital a entregarle las llaves. Como supuse, la sala de espera estaba llena de familiares. No tardó en presentarse un médico, que se acercó a la pareja, comunicándoles en voz baja que su bebé había fallecido. Los padres se abrazaron y lloraron, mientras todos los demás los rodeamos en medio del silencio y el dolor. Al verme mi amigo, se refugió en mis brazos y me dijo:"Gracias por estar aquí". Durante el resto de la mañana, permanecí sentado en la sala de urgencias del hospital, viendo a mi amigo y a su esposa sostener en brazos a su bebe y despedirse de él. "Esto es lo más importante que he hecho en mi vida", y aquella experiencia me dejó tres enseñanzas:

Primera: lo más importante que he hecho en la vida, ocurrió cuando no había absolutamente nada que yo pudiera hacer. Nada de lo racional que aprendí en la universidad, ni en el ejercicio de mi profesión, me sirvió en tales circunstancias. A dos personas les sobrevino una desgracia y lo único que pude hacer fue acompañarlos y esperar. Pero estar allí, era lo principal.

Segunda: aprendí que al aprender a pensar, casi me olvido de sentir.

Tercera: aprendí que la vida puede cambiar en un instante.

                            
Así pues, hacemos planes y concebimos nuestro futuro como algo real, y olvidamos que perder el empleo, sufrir una enfermedad grave o un accidente y muchas de otras cosas más, pueden alterar ese futuro en un abrir y cerrar de ojos. Desde aquel día, busqué un equilibrio entre el trabajo y la vida; Aprendí que ningún empleo compensa perderse unas vacaciones, romper con la pareja o pasar un día festivo lejos de la familia. Y aprendí que lo más importante en la vida, no es ganar dinero, ni ascender en la escala social, ni recibir honores. Lo más importante en la vida, es el tiempo que dedicamos a cultivar una amistad.

Por eso doy infinitas gracias a Dios por:

a) Por mis hijos que NO limpian sus cuartos, pero están viendo la tele, porque significa que están en casa y no en las calles.


b) Por los descuentos en mi sueldo, porque significa que estoy trabajando.

c) Por el desorden que tengo que limpiar después de una fiesta, porque significa que estuvimos rodeados de seres queridos.

d) Por el ruído de las campanas de la iglesia, porque eso significa que está junto a mi casa y no he de realizar sacrificados desplazamientos como ocurre en zonas remotas del planeta y además, puedo libremente asistir sin que peligre mi vida, como en otros países.

e) Por la ropa que me queda un poco ajustada, porque significa que tengo más que suficiente para comer.

f) Por mi sombra que me ve trabajar, porque significa que puedo ver salir al sol.

g) Por el césped que tengo que cortar, ventanas que necesito limpiar, cañerías que arreglar, porque significa que tengo una casa.

h) Por las quejas que escucho acerca del gobierno, porque significa que tenemos libertad de expresión.

i) Porque no encuentro estacionamiento, porque significa que tengo un automóvil.

j) Por los gritos de los niños, porque significa que puedo oír.

k) Por la ropa que tengo que lavar y planchar, porque significa que me puedo vestir.

l) Por el cansancio al final del día, porque significa que fui capaz de trabajar duro.

m) Por el despertador que suena temprano todas las mañanas, porque significa que... ¡estoy vivo!.

n) Y finalmente, por la cantidad de whatsapps y correos electrónicos que recibo, por mis contactos en las redes sociales,  porque significa que tengo amigas y amigos que piensan en mí y porque significa que tengo dispositivos con conexión a Internet.
 
¡Cuántas cosas hay que agradecer al Señor que nos parecen obvias!

http://webcatolicodejavier.org/lomasimportante.html

viernes, 4 de mayo de 2018

La Magnifica.


Súplicas para tiempos difíciles...


MARIA ES MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA

Dios te salve! Nos invita el Ángel Gabriel a saludar a María, nuestra madre que dio su sí a Dios,
abandonándose a su voluntad para siempre.
Salve Reina, Madre de Misericordia!
No hay sobre la tierra un nombre más dulce que “madre”,  expresión de bondad, de ternura y de total abandono a su amor incondicional. El Creador le dio un corazón grande, capaz de amar verdaderamente y de sacrificarse por sus hijos.


La Virgen Santísima es madre por excelencia; la profundidad de su corazón no se puede imaginar porque Dios la dotó de excepcionales dones, siendo la Madre del Verbo Encarnado y de todos los redimidos.
En el momento en el que se estaba por cumplir la Redención, Jesús muriendo miró a la humanidad necesitada y amándola hasta el extremo, le dejó aquello que más quería en la tierra, su propia madre. Mirando a San Juan le dijo: Aquí está tu madre! y mirando a María exclamó: Mujer, aquí está tu hijo!
Con estas palabras divinas de María, fue constituida como Madre de todos, un mérito divino que ganó por su gran dolor materno, sufriendo al pie de la Cruz.
El apóstol predilecto, San Juan, tiene a la Santísima Virgen María en su casa como su propia madre y así los apóstoles y los primeros cristianos también la consideraron su madre y por esto la invocaron y la amaron millares de hijos devotos en el mundo hasta el día de hoy.
María, estando en el cielo junto al trono del Altísimo, ejerce continuamente y maravillosamente su labor de madre. Recuerda a cada uno de sus hijos, que son el fruto de la sangre de Jesús y su dolor.
La madre ama y por consecuencia nos sigue, nos entiende y atiende nuestras necesidades, tiene compasión por nosotros, tomando parte de nuestros sufrimientos y alegrías.
La santísima Virgen ama con amor sobrenatural a todas las criaturas y especialmente a aquellos regenerados por la gracia del bautismo, los espera con ansia en la gloria eterna.
Sabiendo que en este valle de lágrimas estamos en peligro de perdernos, implora a Jesús la gracia y la misericordia, para que no caigamos en pecado. Y si caemos, que podamos levantarnos; y tengamos la fuerza para soportar las dificultades de la vida en la tierra.
Ella es sobre todo Madre de Misericordia. Recurrimos a ella en cada una de nuestras necesidades, espirituales y temporales, la invocamos con confianza, nos ponemos en sus manos con serenidad y descansamos bajo su manto protector, como tiernamente se reposa un niño en los brazos de su madre.

SALVE


DIOS TE SALVE, REINA Y MADRE DE MISERICORDIA
VIDA, DULZURA Y ESPERANZA NUESTRA, DIOS TE SALVE.
A TI CLAMAMOS LOS DESTERRADOS HIJOS DE EVA;
A TI SUSPIRAMOS, GIMIENDO Y LLORANDO
EN ESTE VALLE DE LAGRIMAS.
EA, PUES, SEÑORA ABOGADA NUESTRA,
VUELVE ESOS TUS OJOS MISERICORDIOSOS;
Y DESPUES DE ESTE DESTIERRO MUETRANOS A JESUS,
FRUTO BENDITO DE TU VIENTRE.
OH CLEMENTE, OH PIADOSA, OH DULCE SIEMPRE VIRGEN MARIA!
RUEGA POR NOSOTROS SANTA MADRE DE DIOS
PARA QUE SEAMOS DIGNOS DE ALCANZAR LAS PROMESAS,
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
AMEN

¿Por qué mayo es el Mes de María?

Durante siglos la Iglesia Católica ha dedicado todo el mes de mayo para honrar a la Virgen María, la Madre de Dios. Aquí te explicamos por qué.
La costumbre nació en la antigua Grecia. El mes mayo era dedicado a Artemisa, la diosa de la fecundidad. Algo similar sucedía en la antigua Roma pues mayo era dedicado a Flora, la diosa de la vegetación. En aquella época celebraban los ludi florals o los juegos florales a finales de abril y pedían su intercesión.
En la época medieval abundaron costumbres similares, todo centrado en la llegada del buen tiempo y el alejamiento del invierno. El 1 de mayo era considerado como el apogeo de la primavera.
Durante este período, antes del siglo XII (doce), entró en vigor la tradición de Tricesimum o "La devoción de treinta días a María". Estas celebraciones se llevaban a cabo del 15 de agosto al 14 de septiembre y todavía puede observarse en algunas áreas.
La idea de un mes dedicado específicamente a María se remonta a los tiempos barrocos - siglo XVII (diecisiete)-. A pesar de que no siempre se llevó a cabo en mayo, el mes de María incluía treinta ejercicios espirituales diarios en honor a la Madre de Dios.
Fue en esta época que el mes de mayo y de María se combinaron, haciendo que esta celebración cuente con devociones especiales organizadas cada día durante todo el mes. Esta costumbre se extendió sobre todo durante el siglo XIX (diecinueve) y se practica hasta hoy.
Las formas en que María es honrada en mayo son tan variadas como las personas que la honran.
Es común que las parroquias tengan en mayo un rezo diario del Rosario y muchas erijan un altar especial con una estatua o imagen de María. Además, se trata de una larga tradición el coronar su estatua, una costumbre conocida como Coronación de Mayo.
A menudo, la corona está hecha de hermosas flores que representan la belleza y la virtud de María, y también es un recordatorio a los fieles para esforzarse en imitar sus virtudes. Esta coronación es en algunas áreas una gran celebración, y por lo general, se lleva a cabo fuera de la Misa.
Sin embargo, los altares y coronaciones en este mes no son solo cosas "de la parroquia". Podemos y debemos hacer lo mismo en nuestros hogares para participar más plenamente en la vida de la Iglesia.
Debemos darle un lugar especial a María no porque sea una tradición de larga data en la Iglesia o por las gracias especiales que se pueden obtener, sino porque María es nuestra Madre, la madre de todo el mundo y porque se preocupa por todos nosotros, intercediendo incluso en los asuntos más pequeños.
Por eso se merece todo un mes en su honor.

Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register.

Recordemos...


sábado, 28 de abril de 2018

Cristo Jesús y San Francisco de Asís caminan en las calles de Bogotá Colombia.


Camina por donde pocos se atreven y abraza a los que nadie quiere tocar. Su historia es tan inspiradora como la de Vichy, la monja que ayuda a transgéneros.
Su nombre es Gabriel Gutiérrez, pero sus amigos, los de la calle, lo llaman frayñero. “Me dicen frayñero porque entre ellos se tratan de ñeros, que es compañero, y que ellos me tengan como compañero para mí es un orgullo muy grande”, dice este sacerdote franciscano.
“El padre, lleno de bondad, nos trae cafecito y nos ayuda a nosotros que somos vulnerables”, relata ‘La mona’, quien se pone feliz cada vez que lo ve venir, con su bolsa de pan y su carrito de tintos, por el centro de Bogotá.
Este no es un cura común: él puso en práctica lo que insistentemente ha pedido el papa: salir de las iglesias, ir a las periferias y buscar a los descartados, en su caso, a los antiguos habitantes del Bronx.
“Nuestros conventos son las calles, para abrazar a los pobres y escuchar sus problemas”, recalca el fraile, a quien no le importan los malos olores ni la suciedad, ni tampoco el peligro. A él le interesan los seres humanos que, ante la indiferencia de muchos, se consumen en el infierno de la drogadicción y la mendicidad.
“Muchos duermen en la calle, con frío, muchos mueren en la calle”, denuncia.
Y no es el único que sabe de misericordia. La hermana María Victoria Tenjo también da ejemplo en un mundo indolente. Ella, junto a un grupo de monjas adoratrices, rescata y capacita a mujeres que han sufrido, en cuerpo y alma, todo tipo de violencia.
“Especialmente violencia de género, explotación sexual y violencia económica”, asegura.
Estas religiosas no discriminan. Varias transgénero han recibido su ayuda. A Johanna le están enseñando panadería. “Es una oportunidad muy grande para personas como yo, que somos chicas transgénero, porque son oportunidades de vida”, cuenta.
Johanna es venezolana y carga con un doble dolor: tuvo que salir de su país y, en Colombia, ha recibido durísimos golpes por ser quien es. Las monjas han sido su salvación. “Tenía el miedo a ser rechazada, pero no, las hermanitas han sido como familia”, concluye.
Una tarea difícil, mas no imposible. “Son las mismas mujeres trans las que nos han enseñado cómo acogerlas, y la clave ha sido esa, no prejuicios”, recalca la hermana Vichy.
Pero, ¿qué tan comunes son estas historias? Según monseñor Héctor Henao, director de Pastoral Social, desde siempre la Iglesia colombiana ha atendido a poblaciones pobres y víctimas de la guerra. “Unos años puede ser de entre 28 mil y 30 mil millones de pesos en actividad directa, en apoyo directo a comunidades”, revela.
Personas como “Noel”, habitante de la calle, agradecen esa labor. Para él, sacerdotes del talante de frayñero llenan más que un estómago: “no solamente el hambre, sino su palabra de aliento, porque a veces el hambre se calma muy fácil. En cambio el espíritu hay que trabajarlo un poquito más”.

Via Noticias Caracol. 

viernes, 27 de abril de 2018

El amigo del hijo...

Era la reunión del domingo por la noche de un grupo apostólico en una iglesia de la comunidad. Después de cantar los himnos, el sacerdote de la iglesia se dirigió al grupo y presentó a un orador invitado; se trataba de uno de sus amigos de la infancia, ya entrado en años.
Mientras todos lo seguían con la mirada, el anciano ocupó el púlpito y comenzó a contar esta historia:
"Un hombre junto con su hijo y un amigo de su hijo estaban navegando en un velero a lo largo de la costa del Pacífico, cuando una tormenta les impidió volver a tierra firme. Las olas se encresparon a tal grado que el padre, a pesar de ser un marinero de experiencia, no pudo mantener a flote la embarcación, y las aguas del océano arrastraron a los tres."
Al decir esto, el anciano se detuvo un momento y miró a dos adolescentes que por primera vez desde que comenzó la plática estaban mostrando interés y siguió narrando:
"El padre logró agarrar una soga, pero luego tuvo que tomar la decisión más terrible de su vida: Escoger a cuál de los dos muchachos tirarle el otro extremo de la soga. Tuvo sólo escasos segundos para decidirse. El padre sabía que su hijo era un buen cristiano, y también sabía que el amigo de su hijo no lo era. La agonía de la decisión era mucho mayor que los embates de las olas."
"Miró en dirección a su hijo y le gritó: ¡TE QUIERO, HIJO MIO! y le tiró la soga al amigo de su hijo. En el tiempo que le tomó al amigo llegar hasta el velero volcado en campana, su hijo desapareció bajo los fuertes oleajes en la oscuridad de la noche. Jamás lograron encontrar su cuerpo."
Los dos adolescentes estaban escuchando con suma atención, atentos a las próximas palabras que pronunciara el orador invitado.
"El padre" -continuó el anciano- "sabía que su hijo pasaría la eternidad con Cristo, y no podía soportar el hecho de que el amigo de su hijo no estuviera preparado para encontrarse con Dios. Por eso sacrificó a su hijo. ¡Cuán grande es el amor de Dios que lo impulsó a hacer lo mismo por nosotros!"
Dicho esto, el anciano volvió a sentarse, y hubo un tenso silencio. Pocos minutos después de concluida la reunión, los dos adolescentes se encontraron con el anciano. Uno de ellos le dijo cortésmente:
"Esa fue una historia muy bonita, pero a mí me cuesta trabajo creer que ese padre haya sacrificado la vida de su hijo con la ilusión de que el otro muchacho algún día decidiera seguir a Cristo."
"Tienes toda la razón", le contestó el anciano mientras miraba su Biblia gastada por el uso. Y mientras sonreía, miró fijamente a los dos jóvenes y les dijo:
"Pero esa historia me ayuda a comprender lo difícil que debió haber sido para Dios entregar a su Hijo por mí. A mí también me costaría trabajo creerlo si no fuera porque el amigo de ese hijo era yo."

Web católico de Javier