lunes, 15 de abril de 2019

CÓMO HACER QUE CADA MOMENTO SEA HERMOSO



Belleza. Alegría. Sentirse completo.
Todo esto no se trata de lo que haces,
Sino de cómo lo haces.

Cuando haces algo, cualquier cosa, sin mente, en forma de hábito, inconscientemente, con tu atención en otro lugar, tu mente “en otras cosas”,
sea lo que sea que estés haciendo te dejará anestesiado, insatisfecho, incompleto, y buscarás “más”.

Tienes que poner tu ser por entero en lo que “hagas”, amigo/a.
Tienes que beberte los momentos.

Ya que la alegría, la belleza, la verdadera felicidad y la paz, realmente viven en el ser, en Aquel que hace, no en la acción en sí misma.

Podrías ganar un Oscar, un Grammy o un premio Nobel,
Podrías estar escalando el monte Everest, bailando con tu querido padre en el día de tu boda, trabajando en tu gran proyecto (tu novela, tu plan de negocios, tu canción o una rutina de danza),
Podrías estar pasando tiempo con tus amigos, o en soledad en un café,
Podrías salir de compras, o a comprar cebollas, zanahorias y tomates para la cena,
O para ir a arreglar tus zapatos, o barrer la basura de la vereda.
Podrías estar en una cama en el hospital, o esperando una entrevista en una oficina, o por el resultado de un examen,
Podrías estar siendo parte del funeral de un amado,
o estar sentado meditando,
o danzando salvajemente en un festival.

Si estás presente, si tu atención está en tu cuerpo,
En tu respiración y tu corazón,
Si estás consciente de todas las sensaciones presentes en él,
Y en todo lo que ves, los sonidos, los aromas del momento sagrado..
Si estás abrazando todos tus sentimientos, tanto los de luz como los oscuros, como si fuesen un recién nacido,

Si estás consciente de estar siendo sostenido por algo infinitamente más grande que ti mismo,
Si estás profundamente enraizado en el Ahora,
Si te rindes al presente y sientes la intimidad de esta sensación de estar vivo…

Si tú estás realmente donde estás, y en ningún lado más…

Si puedes entender que ningún pensamiento ni sentimiento se encuentra fuera de lugar aquí…

Si te permites estar roto y ser imperfecto, y no estar completo…

Si te permites no saber, no entender, no tener todo resuelto…

Si puedes bendecir todo este lío, bendecir el ir y venir de las cosas, el recordar y el olvidar, el aburrimiento y la dicha de este día…

Si puedes dejar que la mente se rinda en la vastedad y abrir tu corazón a tu corazón ya sea que se encuentre abierto o cerrado…

Bueno, entonces cualquier momento puede ser perfecto y estar completo en su total imperfección,
Cada instante puede tratarse de una gran victoria,
Cualquier Ahora puede ser cálido y sentirse como en el paraíso…

Ya sea que estés solo o en una multitud,

Ya sea que tu cuerpo sea joven o viejo, que posea completa salud o se encuentre roto e infectado.
Ya sea que tengas una década de vida o un día…
Cualquier momento,
Cualquier momento puede ser un gran portal,
Para la alegría, para el amor, para lo sagrado, para lo Infinito…

La belleza no se encuentra en lo que ves, amigo/a.

Se encuentra en la manera en que miras,
Y la alegría no se encuentra en lo que haces,
Sino en cómo lo haces.

Entonces, vive con tu corazón abierto a la soledad y a la dicha,
y permite inundar cada cosa que hagas, sin rechazar ningún momento, incluso el momento más “habitual”,
Ya que cada uno de ellos se encuentra aquí para ayudarte, para sanarte,
y para que despiertes,
y te salves,
y te completes.

La sensación de mariposas en el vientre,
Un dolor en los hombros,
El llanto de un niño,
Los destellos del sol por la tarde,
Una imagen, un recuerdo, una misteriosa figura flotando en la mente,

¿Cómo se siente caminar?
¿Cómo se siente vestir las ropas que tienes?
¿Cómo se siente sentarse, pararse, llevar algo…
Inclinarse y caer?

Decir las palabras, quedarte en silencio, no saber qué decir, sentirte vacío/a, y llenar ese vacío con…contigo mismo.

Ser un ser humano, aquí, ahora, en este extraño planeta, solo por un momento.

Llenar cada cosa que haces con curiosidad, como si estuvieses jugando, con la consciencia de un niño.

Esto. Esto. Esto…

domingo, 14 de abril de 2019

Domingo de Ramos -Inicio de semana Santa-


 1. Este día se llama "Domingo de Ramos" o "Domingo de Pasión"

El primer nombre proviene del hecho que se conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, cuando la multitud lo recibió con hojas de palma (Juan 12:13).
El segundo nombre proviene del relato de la Pasión que se lee en este domingo. Porque de no ser así no se leería en un domingo, ya que en el próximo la lectura tratará sobre la Resurrección.
Según el documento del Vaticano “Carta circular sobre la preparación y la celebración de las fiestas pascuales” (Carta de fiestas pascuales) de 1988, el Domingo de Ramos “comprende a la vez el presagio del triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión”. “La relación entre los dos aspectos del misterio pascual se han de evidenciar en la celebración en la catequesis del día”.  

2. Se realiza una procesión antes de la Misa


La procesión puede tener lugar solo una vez, antes de la Misa. Puede realizarse el sábado o domingo.
“La entrada del Señor en Jerusalén, ya desde antiguo, se conmemora con una procesión, en la cual los cristianos celebran el acontecimiento, imitando las aclamaciones y gestos, que hicieron los niños hebreos cuando salieron al encuentro del Señor, cantando el fervoroso ‘Hossana’”, detalla la Carta de fiestas pascuales.

3. Se pueden portar palmas u otros tipos de plantas en la procesión

No es necesario utilizar hojas de palma en la procesión, también se pueden utilizar otros tipos de plantas locales como el olivo, sauce, abeto o de otros árboles.
Según el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia: “A los fieles les gusta conservar en sus hogares, y a veces en el lugar de trabajo, los ramos de olivo o de otros árboles, que han sido bendecidos y llevados en la procesión”.

4. Los fieles deben ser instruidos sobre la celebración


Según el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, “los fieles deben ser instruidos sobre el significado de esta celebración para que puedan captar su significado”.
“Debe recordarse oportunamente que lo importante es la participación en la procesión y no solo en la obtención de hojas de palma o de olivo”, que tampoco deben mantenerse “como amuletos, ni por razones terapéuticas o mágicas para disipar los malos espíritus o para evitar el daño que causan en los campos o en los hogares”, indica el texto.

5. Jesús reclama el derecho de los reyes en la entrada triunfal a Jerusalén



El Papa Emérito Benedicto XVI explica en su libro “Jesús de Nazaret: desde la entrada en Jerusalén a la resurrección” que Jesucristo reclamó el derecho de los reyes, conocido a lo largo de la antigüedad, de demandar modos de transporte particulares.
El uso de un animal (el burro) en el que nadie se había sentado aún es un indicador más del derecho de la realeza. Jesús quería que su camino y su accionar sean entendidos en términos de las promesas del Antiguo Testamento cumplidas en su persona.
“Al mismo tiempo, a través de este anclaje del texto en Zacarías 9:9, una exégesis ‘fanática’ del reino está excluida: Jesús no está construyendo sobre la violencia; no está instigando una revuelta militar contra Roma. Su poder es de otro tipo: es en la pobreza y la paz de Dios, que identifica el único poder que puede redimir”, detalla el libro.

6. Los peregrinos reconocieron a Jesús como su rey mesiánico

Benedicto XVI también señala que el hecho de que los peregrinos coloquen sus mantos en el suelo para Jesús camine por encima también “pertenece a la tradición de la realeza israelita (2 Reyes 9:13)”.

“Lo que hacen los discípulos es un gesto de entronización en la tradición de la monarquía davídica (del Rey David) y apunta a la esperanza mesiánica que surgió a partir de ésta”, indica el texto.
Los peregrinos, prosigue, “sacan ramas de los árboles y gritan versos del Salmo 118, palabras de bendición de la liturgia de los peregrinos de Israel que en sus labios se convierten en una proclamación mesiánica: '¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito sea el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en lo más alto!' (Mc 11: 9-10, ver Sal 118: 26)”.

7. “Hossana” es un grito de júbilo y una oración profética

En el tiempo de Jesús esta palabra tenía matices mesiánicos. En la aclamación de Hosanna se expresan las emociones de los peregrinos que acompañan a Jesús y a sus discípulos: la alabanza alegre a Dios en el momento de la entrada procesional, la esperanza de que la hora del Mesías había llegado.
Al mismo tiempo era una oración que indicaba que el reinado davídico, y por lo tanto el reinado de Dios sobre Israel, sería restablecido.

8. La multitud que aplaudió la llegada de Jesús no es la misma que exigió su crucifixión

En su libro, Benedicto XVI argumenta que en los tres evangelios sinópticos, así como en San Juan, se deja claro que quienes aplaudieron a Jesús en su entrada a Jerusalén no fueron sus habitantes, sino las multitudes que lo acompañaban e ingresaron a la Ciudad Santa con él.
Este punto se hace más claramente en el relato de Mateo, en el pasaje que sigue al Hosanna dirigido a Jesús: “Cuando entró en Jerusalén, toda la ciudad se agitó diciendo: ¿Quién es este? Y las multitudes decían: Este es el profeta Jesús de Nazaret de Galilea” (Mt 21, 10-11).
Las personas habían oído hablar del profeta de Nazaret, pero no parecía tener ninguna importancia para Jerusalén, y la gente allí no lo conocía.

9. El relato de la Pasión goza de una especial solemnidad en la liturgia

La Carta de Fiestas Pascuales dice lo siguiente en el numeral 33:   
“Es aconsejable que se mantenga la tradición en el modo de cantarla o leerla, es decir, que sean tres personas que hagan las veces de Cristo, del narrador y del pueblo. La Pasión ha de ser proclamada ya por diáconos o presbíteros, ya, en su defecto, por lectores, en cuyo caso, la parte correspondiente a Cristo se reserva al sacerdote".
En la proclamación de la Pasión no se llevan ni luces ni incienso, ni se hace al principio el saludo al pueblo como de ordinario para el Evangelio, ni se signa el libro. Tan solo los diáconos piden la bendición al sacerdote.
Para el bien espiritual de los fieles conviene que se lea por entero la narración de la Pasión, y que no se omitan las lecturas que la preceden”.

Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register.

sábado, 13 de abril de 2019

Gotitas de Sabiduría 183





Oración de Consagración a la Reina de la Paz




🌿🌹✨🕊❤️🕊✨🌹🌿

Oh, Corazón Inmaculado de María, lleno de bondad,
muéstranos Tu amor para con nosotros.
La llama de Tu Corazón, oh María,
inflama a todos los hombres.
Te amamos infinitamente.
Imprime en nuestros corazones
el verdadero Amor, de modo que tengamos
un continuo deseo de Ti.

Oh María, de suave y humilde Corazón,
acuérdate de nosotros cuando estemos en pecado,
Tu sabes que todos los hombres pecan.
Concédenos, por medio de Tu Inmaculado y Maternal Corazón,
que seamos curados de toda enfermedad espiritual.

Haz que siempre podamos contemplar
la bondad de Tu Corazón Maternal, y nos convirtamos
por medio de la llama de Tu Corazón.

 Amén.

viernes, 12 de abril de 2019

Gotitas de Sabiduría 182





Sagrado Corazón de Jesús

¡Reparémoslo con ayuno, Eucaristía, Adoración!

✨✨🌿🌹✝️🌹🌿✨✨

Oh Jesús, sabemos que eres dulce,
que nos has dado tu Corazón.
Se ha coronado de espinas por nuestros pecados.
Sabemos que todavía hoy rezas por nosotros,
para que no nos perdamos.
Jesús, acuérdate de nosotros
si caemos en el pecado.
Tu Corazón es muy santo,
haz que nos amemos los unos a los otros.
Haz que desaparezca el odio entre los hombres.
Muéstranos tu amor.
¡Todos te queremos!
Y deseamos que nos protejas,
con tu Corazón de Buen Pastor.
¡Entra en cada corazón, Jesús!
Llama a la puerta de nuestros corazones.
Se paciente y tenaz con nosotros.
Todavia estamos encerrados en nosotros mismos,
porque todavía no hemos comprendido tu voluntad.
Llama sin cesar,¡oh, Jesús!
Haz que nuestros corazones se abran a Tí
al menos para que se apiade de nosotros la Pasión
que tú nos has ofrecido.
Amén.

jueves, 11 de abril de 2019

Gotitas de Sabiduría 181





Ser libres en Dios.



1.- Libres: Es algo que no tenienes que olvidarte, Dios te dió un hermoso don, el que seas libre y que puedas vivir en libertad, porque no tenés que atarte a nada y tampoco dejar que te aten. Tú tienes tu forma de ser pero también tienes dones y virtudes, tienes el derecho y el deber a ser feliz, claro que siempre asumiendo la responsabilidad y la prudencia. Tu vida es entregada a Dios, no dejes de luchar por lo que amas ya que es ello la puertita a ser feliz. Sigue y no dejes que nadie te haga su esclavo.

2.- Esclavo: El ser esclavo implica perder libertad y dignidad, es aquello que te ata. Aprende a identificar lo que te ata y no te deja actuar como sos, puede ser una persona o cosa, o situación, es aquello que no te permite mirar al frente y te hace ser propiedad de otro y no de vos mismo.

3.- Soy hijo: Esta es la mayor grandeza, ser hijo de Dios, tengo eso que me permite identificar con mi Padre Dios, no me voy a atar a situaciones ni a momentos, soy eterno y tengo mucho por delante, no dejaré de luchar por aquello que me da paz y me hace libre.

                                                                                                                        Jn 8, 31-42:

martes, 9 de abril de 2019

Gotitas de Sabiduría 180





¡GRACIAS EMILIA!

Emilia Kaczorowska pertenecía a una familia de clase media en un país europeo que sufría estragos y carestías, después de una prolongada guerra nacional. Hambre y epidemias amenazaban a toda la población. Emilia, desde pequeña, había tenido una salud delicada, que no había podido mejorar por las condiciones en las que vivía. Siendo muy joven, se casó con un obrero textil y se establecieron en una población nueva, lejos de familiares y conocidos.
Poco tiempo después nació su primer hijo, Edmundo, un chico atractivo, buen estudiante, atleta y con gran personalidad. Unos años más tarde, Emilia dio a luz a una niña que sólo sobrevivió pocas semanas, debido a las malas condiciones de vida a la que la familia estaba sometida. Catorce años después del nacimiento de Edmundo y casi diez después de la muerte de su segunda hija, Emilia se encontraba en una situación particularmente difícil.
Tenía cerca de cuarenta años y su salud no había mejorado: sufría severos problemas renales y su sistema cardíaco se debilitaba poco a poco, debido a una afección congénita. Por otro lado, la situación política de su país era cada vez más crítica, pues había sido muy afectado por la recién terminada primera guerra mundial.
Vivían con lo indispensable y con la incertidumbre y el miedo de que estallase una nueva guerra. Y justamente, en esas terribles circunstancias, Emilia se dio cuenta de que nuevamente estaba embarazada. A pesar de que el acceso al aborto no era sencillo en esa época y en ese país tan pobre, existía la opción y no faltó quien se ofreciera para practicárselo.
Su edad y su salud hacían del embarazo un alto riesgo para su vida. Además su difícil condición de vida le hacía preguntarse: ¿qué mundo puedo ofrecer a este pequeño? ¿Un hogar miserable? ¿Un pueblo en guerra?.
Emilia desconocía que solo le quedaban diez años de vida a causa de sus problemas de salud. Trágicamente, también Edmundo, el único hermano del bebé que esperaba, viviría sólo dos años más. Algunos años más tarde, estallaría la segunda guerra mundial, en la que el padre de la criatura que estaba por nacer también perdería la vida. Emilia optó por darle la vida a su hijo, a quien puso el nombre de Karol.
A ese niño, ahora fallecido ya, le gustaba mucho viajar y cada vez que pasaba por las calles, millones de gargantas exaltadas le gritaban: "Juan Pablo II, te quiere todo el mundo"...
¡Gracias, mil gracias, Emilia!