domingo, 3 de octubre de 2010

Señor, mándame alguien para amar


“María dio muestra de una total confianza en Dios al aceptar que la considerara un instrumento en su plan de salvación. Ella confió en él a pesar de su pequeñez porque sabía que el que es poderoso podía hacer grandes en ella y a través de ella. Una vez que le dijo que si nunca más dudó. Solo era una muchacha pero le pertenecía a Dios, y nada ni nadie pudo separarla de él.”

Madre Teresa de Calcuta

                                                 

                                                   Señor, mándame alguien para amar
Cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, mándame alguien que necesite una bebida;
Cuando tenga frío, mándame alguien que necesite calor;
Cuando tenga un disgusto, preséntame alguien que necesite consuelo;
Cuando mi cruz se haga pesada, hace que comparta! la cruz de otro;
Cuando esté pobre, ponedme cerca de alguien necesitado;
Cuando me falte tiempo, dame alguien que necesite unos minutos míos;
Cuando sufra una humillación, dame la ocasión de alabar a alguien;
Cuando esté desanimado, mándame alguien a quien tenga que dar ánimo;
Cuando sienta necesidad de la comprensión de los demás, mándame
Alguien que necesite la mía;
Cuando sienta necesidad de que me cuiden, mándame alguien a quien tenga que cuidar;
Cuando piense en mí mismo, atrae mi atención hacia otra persona.
Hacedme digno, Señor, de servir a mis hermanos, que viven y mueren pobres y hambrientos en este mundo de hoy.
Dales, a través de mis manos, el pan de cada día; y dales paz y alegría, gracias a mi amor comprensivo.

Autor: Madre Teresa de Calcuta                                                                                                                                                                                                

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