“María dio muestra de una total confianza en Dios al aceptar que la considerara un instrumento en su plan de salvación. Ella confió en él a pesar de su pequeñez porque sabía que el que es poderoso podía hacer grandes en ella y a través de ella. Una vez que le dijo que si nunca más dudó. Solo era una muchacha pero le pertenecía a Dios, y nada ni nadie pudo separarla de él.”
Madre Teresa de Calcuta
Señor, mándame alguien para amar
Cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, mándame alguien que necesite una bebida;Cuando tenga frío, mándame alguien que necesite calor;Cuando tenga un disgusto, preséntame alguien que necesite consuelo;Cuando mi cruz se haga pesada, hace que comparta! la cruz de otro;Cuando esté pobre, ponedme cerca de alguien necesitado;Cuando me falte tiempo, dame alguien que necesite unos minutos míos;Cuando sufra una humillación, dame la ocasión de alabar a alguien;Cuando esté desanimado, mándame alguien a quien tenga que dar ánimo;Cuando sienta necesidad de la comprensión de los demás, mándameAlguien que necesite la mía;Cuando sienta necesidad de que me cuiden, mándame alguien a quien tenga que cuidar;Cuando piense en mí mismo, atrae mi atención hacia otra persona.Hacedme digno, Señor, de servir a mis hermanos, que viven y mueren pobres y hambrientos en este mundo de hoy.Dales, a través de mis manos, el pan de cada día; y dales paz y alegría, gracias a mi amor comprensivo.
Autor: Madre Teresa de Calcuta
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