lunes, 21 de marzo de 2011

CONFIEMOS EN DIOS

LA CONFIANZA EN LA AMOROSA PROVIDENCIA DE DIOS


San Francisco tuvo una fuerte experiencia de Dios como su Padre, y de ahí brotará ese profundo amor a Jesucristo, el enviado del Padre, y la conciencia de hermandad con todos los hombres, y aun con todas las creaturas. Desde el momento en que rompe con su propio padre y su proyecto fundamentado en el dinero, y en el tener y poseer, y se abre al proyecto de Dios, fundamentado en el amor y la confianza filial, en el ser y el compartir, Francisco anuncia su nueva forma de vivir: “A partir de ahora ya no diré “Padre mío, Bernardone, sino sólo, Padre nuestro que estás en el cielo”  Y toda su vida se convirtió en una fiesta, en la que aun sus enfermedades, conflictos y la misma muerte se convierten en caminos para experimentar más profundamente su confianza y dependencia en su Padre Dios.

el Evangelio nos presenta esa contraposición de dos esquemas, de dos formas de vivir: la confianza absoluta en Dios, y la confianza puesta en el dinero. No se puede servir a dos amos… O es uno o es otro.  Dice el cantante Facundo Cabral, que el que ama el dinero, cuando mucho llegará a un banco… Y para nosotros es claro que poner la confianza de Dios, ha de llevarnos al mismo corazón de nuestro Padre Celestial, para morar ahí por toda la eternidad.  Jesús vino para darnos testimonio del amor del Padre, que es tierno y bondadoso.

Ya desde el Antiguo Testamento tenemos frases que nos hacen pensar en ese tipo de amor de Dios por nosotros, y en la primera lectura escuchamos a Isaías diciéndonos que aun más grande y firme que el amor de una madre, es el amor que nuestro buen Padre nos tiene. Esto hace eco de lo que  el salmo 130 nos presenta al decir: “Como un niño en brazos de su madre, así está mi alma en ti, Dios mío” y el salmo 103:  El Señor es ternura y compasión, lento a la cólera y lleno de amor;. si se querella, no es para siempre, si guarda rencor, es sólo por un rato. No nos trata según nuestros pecados ni nos paga según nuestras ofensas. . Cuanto se alzan los cielos sobre la tierra tan alto es su amor con los que le temen. . Como el oriente está lejos del occidente así aleja de nosotros nuestras culpas. . Como la ternura de un padre con sus hijos es la ternura del Señor con los que le temen. . El sabe de qué fuimos formados, se recuerda que sólo somos polvo. . El hombre: sus días son como la hierba, él florece como la flor del campo; . un soplo pasa sobre él, y ya no existe y nunca más se sabrá dónde estuvo. . Pero el amor del Señor con los que le temen es desde siempre y para siempre; defenderá a los hijos de sus hijos, . de aquellos que guardan su alianza y se acuerdan de cumplir sus ordenanzas.”

El Padre cuida amorosamente de las flores del campo y de las aves del cielo…
El Padre ha puesto color a todas las flores, y a cada una un aroma distinto…
El Padre ha puesto a cantar para nosotros a todas las aves, y cada una en n tono diferente. Con mayor razón ha de cuidar de nosotros.  

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