Joven Franciscano caminando el sendero. |
La llegada de la Cuaresma es tiempo propicio para la reflexión. Momento en el que Dios nos brinda un nuevo comienzo. Es la oportunidad de renovar el amor que le profesamos a nuestro Creador. Disponiendo de nuestra parte para caminar fielmente, día a día, en su presencia.
¡Qué acto más heroico y extraordinario Dios nos ofrece! La enseñanza inigualable donde entrega a su único hijo para salvarnos. Pues, nuestro Padre hace nuevas todas las cosas y nunca se olvida de nosotros. Él conoce nuestras inquietudes, penas, problemas y desilusiones. A pesar de ellas tenemos que aferrarnos a caminar junto con él porque es precisamente en las tormentas y tribulaciones que se encuentra a nuestro lado. Dios es fiel y nunca lo abandona al que lo aclama.
Amigo mío, en esta época tan especial, quiero que te des una nueva oportunidad. Déjate guiar por el espíritu y vive un reencuentro verdadero. Abre tu mente, tus sentidos, tu alma y tú corazón para que luego te deposites en sus manos. Él toca a la puerta de tú corazón y sólo espera que le permitas entrar. Busca en tu interior y llena ese vacío que sientes y que sólo Dios lo puede llenar. Aclámalo dentro de ti para que puedas liberar todo lo que te esclaviza, dejar todo el mal atrás y perdonar todo lo que te hace daño. Está en tus manos encontrar el camino auténtico, Dios quiere que lo sigas y no te alejes.
Vive este tiempo a plenitud, haciendo el bien a tu prójimo. Honrando siempre a tu padre, madre, hermanos, estudios, trabajo, proyectos especiales. Contempla lo bello que es la naturaleza y todo lo que te rodea. Cuenta tus bendiciones. Mantente en oración por todas las intenciones familiares, de salud y en especial por aquello que te aqueja. Ora por las personas que te hagan daño, ámalas aunque te cueste, deseando lo mejor para ellos. Deposítalo en las manos de Jesús y jamás profeses con tus actos y palabras las actitudes negativas que te pueden apartar del camino verdadero.
Te invito a la reconciliación y al perdón. Hallarás el fruto de la conversión. El Señor con su infinita misericordia te sanará, será tu fuerza, la roca, tu refugio. Sólo Dios tu alma salvará y la vida eterna tendrás.
¡Créelo! Con tu fe moverás montañas y tu corazón será liberado, para que seas feliz conforme a lo que Dios quiere. Este tiempo de Cuaresma será el proceso de la construcción, el encuentro, la conversión y la sanación. Nuestro Creador te ofrece caminar junto a su hijo todos los días de tu vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario