domingo, 31 de octubre de 2010

LA COMUNION DE LOS SANTOS

 El inicio del mes de noviembre conmemoramos con dos celebraciones este importante dogma de nuestra fe: la comunión de los santos: la celebración de Todos los Santos y la de los Fieles Difuntos. La comunión de los santos significa que: los hombres vivos, los muertos que están en el purgatorio y los santos que están en el cielo, formamos todos una sola familia, un solo cuerpo, una solo pueblo que es la Iglesia y sobretodo ¡que nos podemos ayudar unos a otros!

a) LOS SANTOS DEL CIELO son aquellos que, una vez muertos y purificados de sus pecados, se encuentran ya gozando de Dios en el cielo. Hay santos que son reconocidos en la tierra como santos y otros muchos que tal vez no tengan un altar pero que también son santos. A ellos se les llama la IGLESIA TRIUNFANTELos hombres de la tierra podemos pedirles que intercedan por nosotros, es decir, que le pidan a Dios por nosotros o por alguna necesidad en especial.

b) LOS FIELES DE LA TIERRA somos los hombres que estamos en el mundo. A nosotros se nos llama la IGLESIA MILITANTE porque estamos continuamente luchando contra los enemigos del alma para lograr nuestra salvación. Los hombres podemos ofrecer nuestros sacrificios y oraciones unos por otros. ¡ Si de verdad creyéramos en el poder de la oración, cuánto podríamos ayudar a otras personas con ella ! . 
Tal vez tú no puedes curar a los enfermos, aliviar a los que sufren, evitar las guerras, dar a conocer a Jesús en las misiones... pero si puedes rezar por todo eso. también puedes pedir por las almas del purgatorio para que salgan cuanto antes de ese estado y puedan estar con Dios.

c) LAS ALMAS DEL PURGATORIO son las almas que después de la muerte deben pasar a purificar su alma antes de poder ver a Dios. Ellas forman la IGLESIA PURGANTE.
Los santos y los fieles de la Iglesia (hombres de la tierra) podemos y debemos ayudarlas a entrar al cielo más rápidamente.
MANERAS DE HACER SUFRAGIOS POR NUESTROS DIFUNTOS :
a) Con la oración. Reza y pide a Dios por ellos.
b) Con obras buenas ofrecidas por ellos, por ejemplo: sacrificios voluntarios, los dolores de la vida presente sufridos con resignación, los actos de paciencia, aceptar la voluntad de Dios, las obras de caridad, la limosna.
c) Ofreciendo la Santa Misa por ellos. Con la misa, ya no somos nosotros solos los que rezamos, sino que Jesús mismo se une a nosotros y se ofrece a sí mismo como víctima para la purificación de las almas purgantes. Por eso la Santa Misa tiene un valor infinito y bastaría una sola para vaciar el Purgatorio.
 
Al final de los tiempos las tres Iglesias que somos una sola familia nos reuniremos con Dios Padre y con Cristo como cabeza de esta Iglesia.

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