El anillo de pescador, que lleva grabado el nombre del pontífice, es uno de los grandes símbolos papales, utilizado en la antigüedad para sellar los documentos. Su nombre se debe al oficio de San Pedro, uno de los doce apóstoles de Jesús y quien es considerado el primer Papa de la Iglesia Católica.
Según la Constitución Apostólica, el anillo se destruye con un martillo tras la muerte de un pontífice, en una ceremonia solemne.
En el caso de Benedicto XVI, cuya renuncia en febrero pasado no tenía precedentes en la historia moderna de la Iglesia, su imponente anillo de oro macizo fue "anulado", es decir rayado para que quedara inutilizable, según anunció entonces el Vaticano.
Consultado acerca del estilo ornamental de Francisco, el rector de la Catedral de Buenos Aires y ex colaborador del ahora Papa, Alberto Russo, dijo días atrás que a Bergoglio nunca le gustaron "las cosas recargadas", y explicó que lleva la cruz de hierro desde el primer día que fue obispo.
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