sábado, 16 de noviembre de 2019

«La necesidad de Orar»


 A veces, la Oración no se siente como una necesidad.

 Tal vez hay días en los que uno no reza en absoluto, o reza de una manera tan formal, o tan por costumbre y hábito, que la oración no ha llegado a Dios ni tocado el Corazón.

 Lo que más frecuentemente atrae son las urgencias «buenas», los programas pastorales, las iniciativas de caridad, la atención a los demás.

 La Oración da el alma a todo esto.

 Siempre que se hace algo por los demás, sin Oración, se pierde la capacidad de mirar con Fe la realidad que nos rodea y las situaciones que vivimos.

 No basta con ser conscientes de las motivaciones evangélicas que subyacen en nuestras actividades: La Oración es necesaria para que estas motivaciones estén vivas en nosotros.

 Jesús pregunta si, a su regreso, encontrará Fe en la Tierra...

 Evidentemente, existe el riesgo siempre presente de hacer el bien, pero sin Fe.

 La Oración hace necesaria la Fe.

 ¡Atento! Si tu Fe es débil, ni siquiera sentirás que es necesario orar.

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