Una de las enseñanzas de Jesús más contracultural es la de perder para ganar. No estamos educados para perder pero tampoco sabemos muy bien qué hacer cuando ganamos o cómo vivir cuando alcanzamos nuestras metas o tenemos «éxito». Para muchas personas el «éxito» ha sido el comienzo de su ruina y, para otras, el «fracaso», fue el inicio de una vida nueva y plena.
La fecundidad de la vida no viene de «retener» sino de «entregar». Para que nuestra vida sea fecunda hay que estar dispuestos a perder, soltar o abandonar. La posesión expresa egoísmo mientras que soltar, entregar y darse, es la manifestación de un corazón que está libre para crecer. Hoy, la enseñanza de Jesús «el que pretenda guardar su vida la perderá; y el que la pierda la recobrará» sigue siendo un gran desafío. P. Javier Rojas, SJ @jrojassj |
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