El amor, es el sentimientos más puro. Y no hay nada más hermoso en el
mundo que dos personas enamoradas, y decidir unir sus vidas. El momento
en que los jóvenes piden a sus novias ser su esposa, es muy sentimental.
Pero después de ver este video, no pude contener mis lágrimas.
Realmente hermoso y sincero, en todo el sentido de la palabra.
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sábado, 18 de agosto de 2018
viernes, 17 de agosto de 2018
Versículos bíblicos para encontrar la felicidad
De nada sirve correr de un lado para otro, el secreto de la auténtica
felicidad no está lejos. En su Sermón de la montaña, que documentaron
Mateo (Mt 5,1-16) y Lucas (6, 20-38),
Jesús señala las ocho puertas para llegar a la felicidad, prometiéndola
a todos los que las franqueen. Son las famosas bienaventuranzas que
proclaman la felicidad a la manera de Jesús. Una felicidad plena, sin
fin, que no excluye situaciones de sufrimiento y de privación. El papa
Francisco nos anima a leer para ir contra la corriente de los ídolos de
este mundo que dan una “falsa impresión” de felicidad.
En la Biblia encontramos cientos de versículos que hablan de
felicidad, de alegría y de gozo. Depende de cada uno encontrar la
inspiración para lograr pensar un poco menos en lo que materialmente nos
priva de la felicidad y un poco más en lo que Dios ofrece,
espiritualmente, para tenerlo en abundancia. Hay también muchas pistas
para la reflexión sobre nuestro estilo de vida, pero también
indicaciones para el discernimiento. Entender que nuestra felicidad no
depende de las circunstancias sino de Dios se va convirtiendo así,
progresivamente, en una evidencia:
El camino de los sabios
Fundados en la humildad, la bondad, la compasión, la lealtad y la
justicia, estos versículos son la prueba de que Dios solo quiere nuestra
felicidad. Pero una felicidad sólida y no un capricho o una fantasía:
“El que está atento a la palabra encontrará la dicha, y ¡feliz el que confía en el Señor!” (Prov 16,20)
“Felices los que van por un camino intachable, los que siguen la ley
del Señor. Felices los que cumplen sus prescripciones y lo buscan de
todo corazón” (Sal 119,1-2)
“¡Feliz el hombre que encontró la sabiduría y el que obtiene la inteligencia!” (Prov 3,13)
“Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se
detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los
impíos” (Sal 1,1)
“Acude a los sabios, y te harás sabio, pero el que frecuenta a los
necios se echa a perder. El mal persigue a los pecadores, y el bien
recompensa a los justos” (Prov 13,20-21)
“Sí al amor y no al egoísmo”
En su Carta a los gálatas,
el apóstol Pablo anuncia las cualidades que el cristiano debe tener
para desarrollar esta felicidad —“amor, alegría y paz, magnanimidad,
afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia”—. Juan, en su
Evangelio, habla de los medios para conservarla, diciendo “sí al amor y
no al egoísmo, digamos sí a la vida y no a la muerte, digamos sí a la
libertad y no a la esclavitud de tantos ídolos”, como exhorta a menudo el papa Francisco, recordando la regla de oro que Dios ha inscrito en la naturaleza humana.
“Que cada uno examine su propia conducta, y así podrá encontrar en sí mismo y no en los demás, un motivo de satisfacción” (Gal 6,4)
“Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor. Como yo cumplí
los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto
para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto” (Jn 15,10-11)
“Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense”, exhorta también san Pablo en su Carta a los filipenses.
Recolectar pequeñas alegrías
Por un lado, tenemos un mal que combatir, por otro, un bien que
conquistar y engrandecer recolectando las “pequeñas alegrías” de cada
día, que están ahí pero que no siempre vemos y que hacen decir a Jesús
en el Evangelio de Lucas: “¡Felices los ojos que ven lo que ustedes
ven!” (Lc 10,23).
Son dones de Dios para vivir con Él: ver la belleza en lo que nos
rodea y en el corazón de las personas, empezando por el propio, para
compartir, para ser felices, para ayudar, para dar lo mejor de nosotros:
“De todas las maneras posibles, les he mostrado que así, trabajando
duramente, se debe ayudar a los débiles, y que es preciso recordar las
palabras del Señor Jesús: ‘La felicidad está más en dar que en recibir’”
(Hch 20,35).
Sin embargo, “el que ama la vida y desea gozar de días felices, guarde
su lengua del mal y sus labios de palabras mentirosas”, advierte la Primera carta de san Pedro (3,10).
El rey David da testimonio de esta felicidad vivida como algo muy
sencillo que le acompaña en los días buenos y malos. Una alegría más
fuerte que las lágrimas, que el odio y el desprecio sufridos, que le
hace decir, en el más famoso de los salmos: “Tu bondad y tu gracia me
acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por
muy largo tiempo” (Sal 23).
Meditar con una sonrisa
Y como en la vida personal de todo cristiano el humor tiene un hueco,
Joseph Folliet (1903-1972) –sacerdote, sociólogo, escritor francés y
cofundador de los Compañeros de San Francisco– pensó en utilizar el humor para construir las “Pequeñas Bienaventuranzas”
siguiendo el modelo de las del Evangelio, que se acercan más a nuestro
tiempo. La primera es probablemente la más conocida, pero las otras
también son dignas de reconocimiento:
Bienaventurados los que saben distinguir una montaña de una topera: se ahorrarán muchos quebraderos de cabeza.
Bienaventurados los que son capaces de descansar y dormir sin justificarse: serán sabios.
Bienaventurados los que miran dónde ponen el pie: evitarán muchos disgustos.
Bienaventurados los que saben callar y escuchar: ¡Aprenderán cosas nuevas!
Bienaventurados los que son lo bastante inteligentes como para no tomarse en serio: su entorno los apreciará.
Bienaventurados los que están atentos a la llamada de los demás sin creerse indispensables: serán sembradores de alegría.
Bienaventurados vosotros si sabéis mirar con seriedad las cosas
pequeñas y con tranquilidad las cosas serias: llegaréis lejos en la
vida.
Bienaventurados si sabéis admirar una sonrisa y olvidar una mueca: vuestra vida será luminosa.
Bienaventurados si podéis interpretar siempre con benevolencia las
actitudes de los demás, aunque las apariencias sean contrarias: os
tomarán por ingenuos, pero ese es el precio de la caridad.
Bienaventurados los que piensan antes de actuar y oran antes de pensar: evitarán hacer muchas tonterías.
Bienaventurados si sabéis callar y sonreír aunque os quiten la
palabra, cuando os contradigan u os pisoteen: el Evangelio empieza a
penetrar en vuestro corazón.
Bienaventurados sobre todo vosotros que sabéis reconocer al Señor en
todos los que encontráis: habéis encontrado la verdadera luz, habéis
encontrado la verdadera sabiduría.
Preparar el corazón
¿Listos para recibir la felicidad? Los versículos bíblicos son una
herramienta hermosa para expresar la confianza en Dios. Aquí hay un
último fragmento de la Biblia para rezar en la mañana como promesa y
alabanza del día:
“Mi corazón está firme. Dios mío, mi corazón está firme. Voy a cantar
al son de instrumentos: ¡despierta, alma mía! ¡Despierten, arpa y
cítara, para que yo despierte a la aurora! Te alabaré en medio de los
pueblos, Señor, te cantaré entre las naciones, porque tu misericordia se
eleva hasta el cielo, y tu fidelidad hasta las nubes. ¡Levántate, Dios,
por encima del cielo, y que tu gloria cubra toda la tierra!” (Sal 57,8-12).
jueves, 16 de agosto de 2018
LA MAGNIFICA
La Magnifica es la oración que
expresó la Virgen María cuando tuvo un encuentro con su prima Isabel,
que estaba embarazada de quien fué Juan El Bautista (quien bautizo
posteriormente a Jesús el Nazareno). Fue la respuesta de María cuando
Isabel le dijo que quien era ella para que como madre del Señor la
visitara, a lo que la Virgen María le contesta con la oración de la
Magnífica dándole gracias a Dios. Es una oración muy poderosa, porque
sabiendola invocar fortalece el espíritu y te protege de todos tus
enemigos sin importar de donde venga y donde esten.
La Magnífica, un Evangelio de liberación La misión de Jesús
es traer buenas noticias (evangelizar) a los pobres, sanar a los
enfermos, liberar a los cautivos y romper las cadenas de la injusticia.
No debe extrañarnos que el canto de La
Magnífica encierre la promesa de un cambio social implicado en la nueva
forma de vivir enseñada por Jesús con su ejemplo y su palabra. Jesús
predica y construye un reino de justicia y de paz.
Nadie como el corazón de una Madre para enseñar, querer, comprender, ayudar y perdonar.
Señor, Tú como Dios y como hombre, sabías como
era el corazón de la Virgen Maria y sabías también lo necesitado que el
corazón humano esta de ternura, de apoyo y de consuelo. Entonces nos
diste lo mejor; nos distes a tu misma Madre.
Hermanos en la misma fe, les comparto La
Magnifica para mi es una hermosa oracion poderosa que la podemos
encontrar el la sagrada biblia lucas 1, 39-56 quienes no la han leido
no tienen idea de lo hermosa que es esta oración todos los dias no me
canso de leerla, porque se que ahi esta dios, jesus y nuestra madre
maria protegiendome de todo el mal, abriendome los caminos sin ningun
obstaculos y gracias a ellos mi dia termina con mucha PAZ. Que dios te
bendiga cuide y proteja por siempre.
¿Qué es la Magnifica?
La Magnífica o también conocida como Magníficat, es una oración y un cántico del cristianismo, donde María proclama la grandeza de Dios, en su experiencia de maternidad prodigiosa.
Los creyentes de la fe cristiana ven a la madre de Jesús como su propia progenitora, por ello, cada 31 de mayo se honra la advocación de la Virgen del Magníficat,
fecha que coincide con la visita de María a su prima Isabel, madre de
San Juan Bautista, en Ain Karin, un poblado ubicado en la montaña de
Judea.
Este encuentro de María con Isabel, es descrito en el evangelio de
San Lucas (1:26-55), y representa lo que el Espíritu Santo inspira en el
corazón de María, para acoger y proclamar los valores humanos que
enraízan las virtudes cristianas, como lo son: la misericordia, la humildad, la gracia y el amor hacia Dios y el prójimo.
Con la Magnífica, María anuncia la buena nueva de la salvación,
engrandeciendo a Dios por poner los ojos en ella para llevar en su
vientre a Jesús, condición que aceptó con sabiduría, buscando la virtud
de la mansedumbre y por ello fue bienaventurada, convirtiéndose en la primera evangelizadora.
¿Que aprendizaje nos deja la oración de la Magnifica?
El aprendizaje que nos muestra la oración de la Magnífica,
reclama el derecho a preguntarnos si estamos siendo justos con Dios, o
si estamos respetando los derechos con él, como lo hizo María; en este
sentido, debemos ser capaces de darnos cuenta cómo el Señor se ha mostrado generoso con nosotros, en todo lo que nos ha brindado, dándole gratitud por ello.
La Magnífica también nos enseña a crecer en humildad y sencillez, a pesar de que muchas veces nos cuesta apartar la vanidad, el orgullo y la soberbia, es necesario acoger la gracia y el amor de Dios, para que a imagen y semejanza seamos un reflejo de él ante el resto de la humanidad.
¿Que peticiones podemos hacer con la oración de la Magnifica?
Esta oración es muy poderosa, y se usa también para peticiones difíciles, porque fortalece el espíritu para afrontar situaciones como enfermedades, conflictos o peligros. Y esas son las cualidades de la oración de la Magnífica o Magníficat.
Oración de la Magnífica
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillacion de su esclava.
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillacion de su esclava.
Desde ahora en delante me felicitarán todas las generaciones
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
como lo había prometido y tuvo a nuestros padres
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
acordándose de su misericordia
como lo había prometido y tuvo a nuestros padres
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Amén.
miércoles, 15 de agosto de 2018
Un santo de nuestros dias, San Juan Pablo II
martes, 14 de agosto de 2018
La prudencia una virtud cardinal.
La prudencia es una de esas virtudes de las que apenas se habla y que, sin
embargo, resulta ser una clave en el dificílisimo arte de ordenarnos
rectamente en nuestra relación con el prójimo. No nacemos prudentes,
pero debemos hacernos prudentes por el ejercicio de la virtud. Y no es
tarea fácil.
El pensamiento puede descarriarse como se descarría la voluntad, porque
está expuesto a las mismas pasiones y a los mismos condicionamientos.
Pensar y bien exige una gran atención, no sólo sobre las cosas, sino
principalmente sobre nosotros mismos.
Hay que saber estar atentos sobre las razones, pero mucho más sobre
nuestras pasiones que son las que nos impulsan al error. Porque los
hombres solemos errar por precipitación en nuestros juicios, afirmando
cosas que la razón no ve claras, pero que estamos impulsados a afirmar
como desahogo de nuestras pasiones. Quien no sabe controlar sus
pasiones, tampoco sabrá controlar sus razones y se hace responsable
moral de sus yerros.
La
razón es la que ha de regir nuestra conducta en la verdad y por eso la
prudencia es la primera de las virtudes cardinales. Pero la verdad
requiere tener sosegada el alma para conseguir tener sosegada la mente
con objetivas razones.
http://webcatolicodejavier.org/prudencia.html
¿Por qué el diablo odia el escapulario?
Entre los muchos sacramentales de la Iglesia Católica, el escapulario
es uno de los más populares. Es un pedazo de tela marrón que se lleva
alrededor de los hombros y promueve una relación más profunda con
Jesucristo y su Madre, la Santísima Virgen María.
A lo largo de la historia, ha ayudado a innumerables almas cristianas
y ha demostrado ser una poderosa defensa contra Satanás. En el opúsculo
Garment of Grace, encuentra evidencia de este hecho en la vida del
venerable Francis Ypes. Según la historia, “un día el escapulario se
rompió. Cuando lo reemplazó, el demonio aulló: “Quítate esa costumbre
que me arrebatas tantas almas !” Francis hizo admitir al diablo que hay
tres cosas que los demonios temen más que cualquier otra cosa: el Santo
Nombre de Jesús, el Santo Nombre de María y el Santo Escapulario del
Carmelo “.
Como ejemplo del poder sacramental del escapulario para “arrebatar”
almas al diablo, San Pedro Claver usó el escapulario en sus aventuras
misioneras. Todos los meses “llegaba una carga de miles de esclavos a
Cartagena, Colombia, América del Sur. San Pedro cuidaba la salvación de
sus conversos. Primero, organizó catequistas para darles instrucciones,
luego se aseguró de que fueran bautizados y vestidos en el escapulario.
Algunos eclesiásticos lo acusaron de exceso de celo, pero San Pedro
tenía fe en el hecho de que María cuidaría a cada uno de sus más de
300.000 conversos “.
Esta y otras historias recuerdan lo que muchos exorcistas han
experimentado. El famoso padre exorcista Gabriele Amorth dijo que el
diablo le había dicho durante un exorcismo “Tengo más miedo cuando
pronuncias el nombre de la Virgen, porque me humilla ser vencido por una
simple creatura que por Él.”
En consecuencia, cuando se lleva puesto el escapulario, la persona
llega a desarrollar “buenos hábitos” de fe, se convierte en una fuerte
defensa contra Satanás, porque la persona se acerca más a la Virgen
María, que el diablo aborrece con vehemencia.
https://es.aleteia.org/2018/08/12/por-que-el-diablo-odia-el-escapulario/
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