En muchas prácticas supersticiosas se hace uso abundante de imágenes religiosas, agua bendita, medallas, flores, veladoras, inciensos, novenas, oraciones especiales, e incluso, peregrinaciones y procesiones; todo esto con la finalidad de obtener «milagros» en la vida laboral y afectiva.
La proliferación de todas estas creencias y prácticas debe ser un acicate para que los sacerdotes, catequistas y agentes de pastoral anuncien el Evangelio de Cristo, teniendo presentes todas estas situaciones.
En este contexto, se trata de retos y oportunidades que se presentan a la actividad evangelizadora. Por ejemplo, se puede empezar por insistir en la catequesis sobre la correcta veneración a las imágenes y reliquias de los santos. El significado auténtico de los escapularios, la finalidad auténtica de las novenas, el agua bendita, las veladoras y la bendición de objetos religiosos.
¿Se pueden comprar o vender los sacramentales?
En la época de los Apóstoles, un mago llamado Simón vio que, cuando san Pedro imponía las manos a alguien, el Espíritu Santo entraba en esa persona y ésta empezaba a hacer milagros (pues recibía los carismas del Espíritu Santo). Simón el mago no quiso recibir los carismas sino el poder que tenía san Pedro de dar el Espíritu a otros, para después dedicarse a vender esos carismas. Así que buscó al Apóstol y quiso «comprarle» sus poderes. San Pedro se enojó porque los poderes de Dios sólo pueden y deben ser dados para las cosas de Dios, y no para ser usados a capricho o como negocio.
Con los sacramentales pasa la misma cosa: como son algo ofrecido y/o consagrado a Dios no es posible comprarlos o venderlos.
Advertencia para el peor de los casos
Usar un sacramental para hacer daño, o creyendo conseguir con él caprichos, poder o dinero; o, peor aún, profanarlo utilizándolo en ceremonias o ritos mágicos, esotéricos o de ocultismo, incluyendo el satanismo y la brujería, es un acto que clama al Cielo y que lleva a la persona a su propia perdición, como le advirtiera san Pedro a Simón el mago. Quien usa para servir al mal lo que Dios nos dio para defendernos del mal, no puede terminar bien.
Extractado del libro «Sobre los demonios»
Una lista incompleta
«No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen» (Mateo 7, 6)
Los sacramentales muchas veces son signos con materia y forma, es decir, pueden ser «cosas»; otras veces se trata más bien de acciones.
A veces tienen un alcance permanente: cuando se consagran personas a Dios (por ejemplo, en el rito de la profesión religiosa, o las bendiciones para ciertos ministros de la Iglesia: lectores y acólitos) o cuando se consagran objetos o lugares para el servicio divino (dedicación de un templo, bendición de un altar, de los santos óleos, ornamentos sagrados y campanas, etc.).
Además, «según las decisiones pastorales de los obispos, pueden también responder a las necesidades, a la cultura, y a la historia propias del pueblo cristiano de una región o de una época» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1668), de manera que algunos pueden desaparecer con el tiempo y surgir otros nuevos, o existir determinados sacramentales sólo en un cierto país o región.
A continuación presentamos una lista incompleta de algunos de los sacramentales hoy existentes:
Sacramentales no materiales:
+ Las bendiciones (de personas, casas, escuelas, oficinas, negocios, automóviles, etc.)
+ Las consagraciones de personas, lugares u objetos (profesiones religiosas, dedicación de templos, consagración de altares e instrumentos litúrgicos, etc.)
+ La consagración a la Virgen María
+ La consagración al Sagrado Corazón de Jesús
+ La señal de la Cruz
+ Las procesiones
+ Las peregrinaciones
+ Los jubileos
+ Las exequias
+ La música sacra (gregoriana, por ejemplo)
+ El tañido de las campanas benditas
+ El rezo del Rosario
+ El rezo del Viacrucis
+ Novenas autorizadas por la Iglesia
+ Letanías oficiales
+ Los «detentes» del Sagrado Corazón de Jesús
+ La cédula de san Ignacio de Loyola
+ La Comunión reparadora de los 5 primeros sábados de mes
+ Los exorcismos
+ La oración a san Miguel
+ La imposición de manos (cuando no es parte de un sacramento)
+ Las consagraciones de personas, lugares u objetos (profesiones religiosas, dedicación de templos, consagración de altares e instrumentos litúrgicos, etc.)
+ La consagración a la Virgen María
+ La consagración al Sagrado Corazón de Jesús
+ La señal de la Cruz
+ Las procesiones
+ Las peregrinaciones
+ Los jubileos
+ Las exequias
+ La música sacra (gregoriana, por ejemplo)
+ El tañido de las campanas benditas
+ El rezo del Rosario
+ El rezo del Viacrucis
+ Novenas autorizadas por la Iglesia
+ Letanías oficiales
+ Los «detentes» del Sagrado Corazón de Jesús
+ La cédula de san Ignacio de Loyola
+ La Comunión reparadora de los 5 primeros sábados de mes
+ Los exorcismos
+ La oración a san Miguel
+ La imposición de manos (cuando no es parte de un sacramento)
Sacramentales materiales:
+ Agua bendita
+ Agua exorcizada
+ Sal bendita
+ Sal exorcizada
+ Aceite bendito
+ Aceite exorcizado
+ El santo Crisma
+ El óleo de los catecúmenos
+ El óleo de los enfermos
+ Incienso bendito
+ Crucifijos
+ Medalla Milagrosa
+ Medalla de San Benito
+ Escapulario café (impuesto por un carmelita)
+ Escapulario verde
+ Rosarios benditos
+ Reliquias de los santos
+ Campanas benditas
+ Palmas benditas
+ Ceniza bendita
+ El cirio pascual
+ Los agnus Dei (cera pascual en bloque o encerrada en un relicario)
+ Veladoras y velas (candelas) benditas. Por extensión, también las lámparas votivas y de aceite.
+ Vestimentas benditas (sotanas, hábitos, alzacuellos, estolas, albas, casullas y demás vestiduras litúrgicas).
+ Imágenes benditas de Dios, la Virgen y los santos (pinturas, esculturas, estampitas)
+ Las palmas bendecidas el Domingo de Ramos
+ El pan bendito (no el eucarístico, que es sacramento)
+ La Biblia abierta (en casa o en el templo, en un lugar de honor)
+ Los oratorios (lugares dedicados al encuentro con Dios y los santos; por ejemplo, un rincón en la casa dedicado a la oración familiar o individual)
+ Agua exorcizada
+ Sal bendita
+ Sal exorcizada
+ Aceite bendito
+ Aceite exorcizado
+ El santo Crisma
+ El óleo de los catecúmenos
+ El óleo de los enfermos
+ Incienso bendito
+ Crucifijos
+ Medalla Milagrosa
+ Medalla de San Benito
+ Escapulario café (impuesto por un carmelita)
+ Escapulario verde
+ Rosarios benditos
+ Reliquias de los santos
+ Campanas benditas
+ Palmas benditas
+ Ceniza bendita
+ El cirio pascual
+ Los agnus Dei (cera pascual en bloque o encerrada en un relicario)
+ Veladoras y velas (candelas) benditas. Por extensión, también las lámparas votivas y de aceite.
+ Vestimentas benditas (sotanas, hábitos, alzacuellos, estolas, albas, casullas y demás vestiduras litúrgicas).
+ Imágenes benditas de Dios, la Virgen y los santos (pinturas, esculturas, estampitas)
+ Las palmas bendecidas el Domingo de Ramos
+ El pan bendito (no el eucarístico, que es sacramento)
+ La Biblia abierta (en casa o en el templo, en un lugar de honor)
+ Los oratorios (lugares dedicados al encuentro con Dios y los santos; por ejemplo, un rincón en la casa dedicado a la oración familiar o individual)
¡Cuidado con usarlos mal!Cuando se utilizan o se reciben los sacramentales, lo que se está haciendo es acogerse a la misericordia de Dios poniéndose bajo su protección. Por eso deben ser tratados con respeto y estar conscientes de lo que significan a fin de no deshonrar a Dios y a su Iglesia. En su uso entra aquello que advirtiera Nuestro Señor Jesucristo: «No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen» (Mt 7, 6)
Fuente: Apóstoles de la Palabra, Daniela Cruzábal, http://www.elobservadorenlinea.com/content/view/2775/1
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